Una marea muy alta en las peores condiciones cuando desapareció Andrea en la bahía de A Coruña

Xavier Fonseca Blanco
X. Fonseca REDACCIÓN | LA VOZ

GALICIA

Xavier Fonseca

Aunque sin un retén permanente en Riazor-Orzán, el rastreo para encontrar a la joven ourensana arrastrada por el mar se mantendrá al menos hasta el miércoles

02 abr 2018 . Actualizado a las 19:47 h.

Cada vez que en la bahía de A Coruña coinciden una situación de mar combinada, alerta por olas de más de siete metros y mareas vivas, las playas de Riazor y el Orzán pueden desbordarse. Durante la madrugada del viernes, cuando desapareció la joven Andrea Domínguez, se juntaron todos estos factores y además el avance del mar fue excepcionalmente intenso. Las mareas vivas se producen cuando se alinean el Sol, la Luna y la Tierra. La influencia del satélite y la estrella se suman y los efectos sobre los océanos aumentan. Sin embargo, esa alineación que tiene lugar dos veces al mes no ocurre en el mismo plano, excepto en marzo y septiembre, cuando se producen los equinoccios de primavera y otoño. Durante estos fenómenos astronómicos que marcan la llegada de una nueva estación, el Sol se encuentra en el plano del ecuador terrestre, el tirón gravitatorio se intensifica y el recorrido de las mareas crece todavía más, superando los cuatro metros. Este tipo de mareas reciben el nombre de equinocciales o lagarteiras.

A la hora en la que los amigos sitúan a su amiga en la playa del Orzán, acababa de producirse la pleamar de la primera luna llena de la primavera. El mar avanzaba con fuerza y no solo por causas astronómicas, sino también meteorológicas. El viento del noroeste soplaba con intensidad y el mar de fondo también era de componente oeste. Una combinación muy peligrosa que, unido a la pendiente de la playa, no ofrecía escapatoria.

Sin tregua en la búsqueda de Andrea

A la vera del monumento a los héroes del Orzán -los tres policías muertos en la aciaga noche del 27 de enero del 2012 intentando rescatar a un erasmus eslovaco-, estaba montado hasta ayer en la ensenada de A Coruña el puesto de mando del operativo que busca a Andrea Domínguez, la joven ourensana de 22 años que el mar se tragó en la madrugada del Viernes Santo.

Salvadas las 48 horas de rigor de búsqueda oficial, en el tercer día la intensidad se redobló y el dispositivo se reforzó. Al medio centenar largo de medios profesionales se sumaron hasta buceadores de escuelas y clubes deportivos: «Hoxe [por ayer] melloraron moito as condicións, tanto as meteorolóxicas coma as marítimas, e decidimos sacar todos os medios posibles para facer un gran intento», explicó al mediodía la concejala de Seguridad de A Coruña, Rocío Fraga, sobre el despliegue que por tierra, mar y aire no dejó de rastrear de una a otra punta la bahía coruñesa en un día que se esperaba «decisivo» para el hallazgo.

Pero el día fue pasando sin que la marea trajese novedades. A última hora de la tarde se retiró de la Coraza el puesto de mando, aunque la previsión es continuar buscando «ao menos tres ou catro días máis». «O mércores xa se espera que o mar empeore», dijo Fraga. Tanto el grupo subacuático de bomberos como Salvamento Marítimo y la Cruz Roja seguirán realizando incursiones, ya sin presencia permanente, para peinar las rocas, sumergirse en las furnas y avistar el mar del Orzán en busca de Andrea.