El alcalde de Ferrol se suma a las voces críticas con la gestión del caso Quinteiro

Susana Luaña Louzao
Susana Luaña SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

JOSE PARDO

El incidente de la diputada rompe el consenso entre los fundadores de En Marea

01 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Xosé Manuel Beiras dijo que si él fuese Paula Quinteiro, dimitiría. Martiño Noriega calificó el incidente de la diputada con la policía como «menor», y Xulio Ferreiro descartó que lo ocurrido fuese a manchar la imagen de la Marea Atlántica, donde, a su entender, «ninguén dubida de que depositou o seu voto en boas mans». El último en pronunciarse sobre el caso Quinteiro fue Jorge Suárez, quien dijo en una entrevista radiofónica que la gestión de dicha crisis había sido «decepcionante» para los votantes de En Marea. Son cuatro opiniones diferentes que demuestran que el caso Quinteiro ha hecho que se tambaleen los cimientos de En Marea hasta tal punto que incluso ha roto el discurso casi siempre unánime de los líderes que, en la asamblea de julio del 2016 celebrada en Vigo, sentaron las bases de lo que iba a ser el partido instrumental En Marea.

El último en hablar fue el más crítico. Jorge Suárez, que insistió en que todavía no había decidido si se volverá a presentar a las elecciones como cabeza de lista de Ferrol en Común, reconoció que estaba «preocupado» por el daño que el incidente de la diputada podemista causaba a En Marea. No quiso lanzar sus críticas contra nadie en particular, pero añadió: «Creo que a imaxe que se deu por todos en En Marea é un pouco decepcionante para os 400.000 votantes que chegou a ter. Creo que ninguén pode estar orgulloso da imaxe que se transmitiu na organización como conxunto, sen prexulgar a ninguén, pero esa imaxe non é boa para dar a coñecer o que cremos que é un proxecto político para o país». Es más, el regidor ferrolano está convencido de que esa imagen «desgasta» y que noticias de ese tipo «desactivan ao electorado».

En una cosa coinciden sus críticas con la opinión dada días atrás por el alcalde herculino, que consideró que «sería mellor» que el grupo parlamentario y los órganos de En Marea coincidiesen sobre el futuro de Quinteiro. No se le hizo caso, desde luego, pero también es verdad que Xulio Ferreiro no tardó en desmarcarse de un conflicto que no quiere que salpique a sus siglas para las municipales, por eso dijo también que «a Marea Atlántica non está prexudicada por esta cuestión».

Al que le toca más de cerca es al regidor compostelano, y no solo porque el incidente haya tenido lugar en Santiago y haya sido la Policía Local de su ciudad la que intervino, sino porque Paula Quinteiro, pese a ser de Podemos, está muy vinculada a Compostela Aberta, y a la marea compostelana pertenece su círculo más próximo. Martiño Noriega calificó lo ocurrido como «incidencia menor», y lo hizo unas horas antes de que su mentor, Xosé Manuel Beiras, también en una entrevista radiofónica, confesara que, si él fuese Paula Quinteiro, dimitiría. Días después, los dos fundadores de Anova comieron juntos y Noriega compartió la foto en las redes sociales, para dar una imagen de normalidad.

El fragor de la batalla es de tal magnitud que no solo rompió en pedazos la ya cuestionada unidad del partido, sino que también rompió el discurso hasta ahora coincidente de quienes hace menos de dos años soñaban con conquistar la Xunta.