La autopsia confirma la muerte natural del hombre cuya mujer veló 48 horas su cadáver en Lugo

TANIA TABOADA LUGO / LA VOZ

GALICIA

OSCAR CELA

Gary Michael Jackson, de 60 años, apareció muerto en el salón, de rodillas y con la cabeza sobre una mesa

28 mar 2018 . Actualizado a las 22:22 h.

La autopsia practicada ayer al cuerpo de Gary Michael Jackson, el ciudadano inglés de 60 años cuyo cadáver fue encontrado en el salón de su casa de As Eiras, en la parroquia de Gondrame, en el municipio lucense de O Páramo, revela que falleció por causas naturales.

Tal y como informó La Voz, el hombre, que llevaba casi tres años residiendo junto a su pareja en este lugar de O Páramo, murió la noche del sábado, pero su mujer, L. J. C., no avisó hasta el lunes por la mañana de su muerte. Además, no alertó a la Guardia Civil, sino que llamó directamente al consulado británico para comunicar el fallecimiento de su pareja.

Sobre las once de la mañana del lunes, una patrulla de la Guardia Civil y una ambulancia se presentaron en la casa. Debido a que el médico se negó a certificar la muerte, fue necesaria la presencia del forense judicial para levantar el cadáver y trasladarlo al HULA para practicarle la autopsia.

Sobre la una de la tarde de ese lunes, la mujer prestó declaración sobre su forma de actuar tras la muerte de su compañero. Confesó que el hombre falleció la noche del sábado. Contó que ella fue al dormitorio y que, cuando regresó al salón, lo encontró de rodillas y con la cabeza apoyada en una mesa, ya fallecido. Declaró que no comunicó antes el fallecimiento porque quería despedirse de él.

La forma de actuar de la mujer causó gran extrañeza entre los pocos vecinos que habitan la zona. Según explicó Ángel, que reside a pocos metros de la vivienda en la que ocurrieron los hechos, no veía a Gary desde hacía unos quince días, pero sabía que estaba en la vivienda por el ruido de las máquinas con las que realizaba las chapuzas en la casa. Este vecino se enteró de su muerte el lunes por la mañana, cuando vio los vehículos de emergencias. «Chegou a asistenta social e estaba fregando uns cacharros. A través da ventá xa vin o coche da Garda Civil e a ambulancia», manifestó.

Según explicó este mismo vecino, su relación con la pareja era buena, pero no se comunicaban mucho porque ninguno de ellos hablaba apenas español. Añadió que actualmente residían en la casa solos, aunque durante un tiempo vinieron los hijos del hombre ahora fallecido.

Fuentes cercanas indicaron que la mujer, que sigue ingresada en el HULA en estado de shock tras lo sucedido, se dedica a dar masajes y acude ciertos días a Portomarín para hacerles curas a los peregrinos.