El Sergas registró casi una agresión diaria a los profesionales sanitarios durante el 2017

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

LA VOZ

Son un centenar más que hace un año, y ocho de cada diez son a mujeres

24 mar 2018 . Actualizado a las 16:29 h.

La semana pasada los colegios médicos de Galicia daban a conocer los datos de agresiones a sus facultativos. Fueron 13 en el 2017. Insistían las entidades colegiales en que solo recogen la punta del iceberg. Y tenían razón. El Sergas ha registrado a lo largo del año pasado 328 episodios de violencia que afectaron a 346 profesionales, casi una diaria. El crecimiento de los casos notificados ha sido espectacular en los últimos años. En el 2014 se comunicaron 244 agresiones; bajaron a 172 en el 2015; en el 2016 volvieron a subir a 226; y el pasado ejercicio crecieron más de un centenar, hasta las 328.

Aumentan las agresiones, pero también empeora la tipología de estos ataques. En el 2017, cuatro de cada diez, el 38 %, entrañaron algún tipo de agresión física; en el 2016 eran el 34 % y en el 2015 solo una de cada cuatro. Eso sí, aquellas que implicaron alguna lesión fueron en su inmensa mayoría de carácter leve. El 77 %, además, fueron a mujeres.

Casi una agresión diaria denunciada -muchas verbales y gestuales no se notifican- es una cifra considerable, pero debe enmarcarse en un contexto de 38.000 trabajadores y 36 millones de actuaciones. Esto implica que los episodios de violencia afectaron al 0,9 % del total de los profesionales.

El Sergas quiere que todas estas agresiones que se producen en el día a día de las consultas, pasillos de hospitales o salas de urgencias se comuniquen, por lo que está desarrollando actividades para sensibilizar a los sanitarios de la importancia de notificar estos casos. De ahí que se haga hincapié en el sistema de registro y en el seguimiento de la implantación de los planes específicos de prevención de la violencia externa de las áreas sanitarias.

Hay además algunas medidas concretas que se han implantado en los centros del Sergas para evitar estas conductas o al menos intentar paliarlas. Por ejemplo, el proyecto Acude, un sistema de alerta para que el trabajador que está siendo agredido pueda avisar a los compañeros que están más cerca.

Dos interlocutores policiales

En octubre del 2017 la Xunta firmó un protocolo de actuación para dar respuesta a las demandas de seguridad del personal y ofrecer más protección jurídica. La comunidad tiene actualmente dos interlocutores policiales sanitarios, uno en la Guardia Civil y otro en la Policía Nacional, para conseguir un contacto más directo y fluido entre sanitarios y fuerzas de seguridad en caso de agresión. Este interlocutor policial fue creado en julio del año pasado por el Ministerio del Interior para tratar de frenar las agresiones. Además de esta figura también se creó un catálogo de centros médicos en los que se recoge qué tipo de seguridad y medidas contra las conductas violentas tiene cada centro, es decir, si hay seguridad privada, si tiene botón del pánico, etcétera.

Lo cierto es que los recortes llevados a cabo tras la crisis en la sanidad no han ayudado a que el clima en los centros sanitarios sea el más agradable, ya que la saturación, las faltas de personal o los tiempos de espera enrarecen la atención a los pacientes, pese a lo injustificable de cualquier agresión.