Claves para hacer bien la ruta

e. v. pita VIGO / LA VOZ

GALICIA

ALBERTO LÓPEZ

Botas de montaña, poncho, tiritas, menú del peregrino, madrugón y, algo que siempre ayuda, el bordón y la vieira

24 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Primera lección: los peregrinos no se saludan con un «hola», sino con un «buen camino». Es la frase mágica para darse ánimos los unos a los otros y que por sí misma ya lo resume todo. Segunda lección: siga la flecha amarilla. Y por último: el Camino de Santiago enaltece el espíritu y castiga los pies. Por ello, es obligatorio cuidar los talones machacados por marchas de 20 kilómetros al día de media. La solución son unas tiritas especiales que se adaptan a la piel y absorben las ampollas. Mano de santo.

También es recomendable usar botas de montaña de Gore-Tex, porque soportan bien los tramos de tierra y son impermeables, y es que hay algunos tramos enlodados. Las corredoiras se inundan con charcos y el poncho y las katiuskas se vuelven aliados.

Otra norma que todo caminante debe asumir: hay que madrugar con las primeras luces. Nada de pegarse al saco de dormir. Ya se desayunará cuando se pueda. Hay que salir y caminar sin parar, sin importar la lluvia. La razón es que los albergues públicos otorgan plaza por riguroso orden de llegada y tras sellar el pasaporte del peregrino, la compostela. Por ello, muchos peregrinos quieren llegar cuanto antes y coger cama gratuita o a precios simbólicos. En el verano, cuando hay aglomeraciones, la ruta jacobea se convierte en un competitivo trail campo a través para ser el primero y también para evitar el excesivo calor del mediodía. En los alojamientos privados, se puede reservar por teléfono, lo que da la tranquilidad de tener una litera y ducha caliente segura al llegar.

Respecto a la comida, la mejor opción es apuntarse al menú del peregrino, que incluye un plato caliente, un segundo, postre y bebida a un precio razonable. Posiblemente, cueste lo mismo que otro de carta, pero lo importante es que es la excusa perfecta para charlar con otros peregrinos y comentar las experiencias y conocer sus historias. Son esos caminantes que te has cruzado por varios tramos del camino y cuyas caras te suenan familiares. La cena es el momento de oír sus historias. Muchos vienen de muy lejos. Chapurrear inglés ayuda a hacer amistades.

Respecto al tradicional bordón del peregrino, ahora la mayoría van en chándal y apoyados en dos bastones de alpinista para apurar la marcha. Los palos ahorran sudor y las cuestas parecen planas.

La compostela es imprescindible. La carta la expiden las parroquias, las asociaciones de amigos del Camino o los albergues. Hay que poner el sello en cada etapa para probar que se han recorrido más de 100 kilómetros a pie, distancia que se cubre desde Sarria. Al llegar a Santiago, la Oficina del Peregrino entrega el certificado que acredita el fin del viaje espiritual.

Otro consejo importante es aligerar la mochila y salir con poco peso. Pasados 20 kilómetros, parece que es un saco lleno de piedras. Es conveniente llevar saco de dormir y ropa de abrigo. Vestirse por capas de cebolla es un buen truco para usar prendas ligeras. Tampoco puede faltar una botella de agua para evitar la deshidratación en la montaña. Se nota cuando no tienes saliva ni para masticar un sándwich. Procede beber pequeños tragos a lo largo de la caminata, se tenga sed o no. Frutos secos, plátanos o barritas energéticas ayudan.

Álvaro Ballesteros

Claves

Cuidado de los pies

La ampolla es el peor enemigo del peregrino. Unas nuevas tiritas las absorben y suponen un gran alivio. Conviene usar botas.

Tradición: El bordón y la vieira

Los peregrinos más entusiastas llevan capa, sombrero, bordón y una vieira colgada al cuello. La vestimenta usual es el chándal.

La «compostela»

Sellar el pasaporte del peregrino. En cada albergue público hay que presentar la carta sellada que prueba que se ha venido a pie.

Albergues públicos y privados

Cada etapa está jalonada de albergues. Los públicos dan cama según orden de llegada. A los privados se llama.

El menú del peregrino, sinónimo de confraternidad

Fuera de carta, incluye un plato caliente, un segundo, postre y bebida. Muchos piden vino.

horarios: Hay que salir al alba

La rutina del peregrino es sencilla: acostarse pronto y levantarse temprano, con la luz del alba.