Los motoristas de la Guardia Civil podrán hacer lo que Interior llama vigilancia integral, que incluye la realización de controles de velocidad, de alcohol y de drogas
21 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Llega a las carreteras la patrulla integral. Está formada por al menos dos guardias civiles que estarán preparados para afrontar la vigilancia de los tres factores que más inciden en la accidentalidad más grave: la velocidad, el alcohol y las drogas. A bordo de las modernas motos recientemente incorporadas al parque móvil de la Agrupación de Tráfico y de coches patrulla rotulados o camuflados, los agentes tendrán la capacidad de realizar controles integrales sin tener que solicitar el apoyo de otras unidades de apoyo, como por ejemplo los equipos de atestados para completar las pruebas de alcohol.
Se trata de «facilitar la actuación rápida y eficaz de los agentes, de modo que puedan atender las necesidades operativas con mayor versatilidad», explicó el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, que ayer presentó el nuevo concepto de patrulla integral que es pionero en Europa. Estos equipos están concebidos fundamentalmente para la vigilancia en las carreteras convencionales, en las que se producen la mayoría de los accidentes graves. Esa rapidez también permitirá a los agentes realizar controles más dinámicos para evitar los avisos entre conductores.
Las patrullas integrales llevarán consigo una especie de kit de vigilancia formado por equipos especiales para la detección de alcohol y drogas en los conductores, así como la gran novedad: los nuevos radares láser portátiles. Son 60 dispositivos de la marca Veloláser que la Dirección General de Tráfico adquirió recientemente para la dotación de las patrullas de vigilancia de la Guardia Civil de toda España. Está previsto que para Galicia vengan cinco de esos aparatos, que se estuvieron probando en carreteras de Extremadura. Por su pequeño tamaño pueden ser trasladados en los compartimentos de las motos de Tráfico y su versatilidad permite que sean instalados en muy pocos minutos en casi cualquier sitio. De hecho, pueden operar en un trípode o anclados a las propias motos, a coches patrulla o a guardarraíles.
El kit de las superpatrullas se completa con etilómetros de precisión, que permiten realizar en el momento la prueba completa de alcohol a un conductor, y con lectores de drogas portátiles que detectan todos tipo de sustancias.
Las patrullas integrales realizarán sus primeros servicios en la operación especial que la DGT ha diseñado para la Semana Santa. El operativo de vigilancia se pone en marcha a las tres de la tarde de pasado mañana viernes y se prolongará hasta las doce de la noche del lunes 2 de abril.
Se trata de la operación más importante del año en cuanto a desplazamientos por carretera. El ministro, que estaba acompañado por el director general de Tráfico, Gregorio Serrano, pidió la máxima prudencia a los conductores: «Es necesario que todos estemos concienciados en ser prudentes y en respetar las normas, porque evitar los accidentes es una responsabilidad compartida, y mientras haya un fallecido en accidente de tráfico no habremos conseguido nuestro objetivo».
300 motoristas muertos al año
Ayer también se presentó la campaña denominada El hombre de cristal, dirigida a motoristas. Se emitirá en televisión y en emisoras de radio. Además, se ha creado la página web elhombredecristal.es, que recoge recomendaciones para conductores y motociclistas sobre cómo circular sin poner en peligro la vida de los demás. Cada año mueren alrededor de 300 motoristas en accidentes de tráfico ocurridos en las carreteras españolas. Los estudios de la Dirección General de Tráfico señalan que el riesgo de morir en un accidente de tráfico es 17 veces mayor para un motorista que para un conductor de un coche.
Estudian reducir de 100 a 90 km/h la velocidad máxima en algunas carreteras
Durante la presentación de las patrullas integrales de cara a la Semana Santa, el ministro también se refirió a la reforma de la Ley de Tráfico, en la que se encuentran actualmente trabajando varios equipos de expertos coordinados por la Dirección General de Tráfico. Zoido apuntó que todavía no hay ninguna medida que esté definida en su totalidad, pues hay que culminar los estudios previos y compartir con los expertos las propuestas que se incluirán en la nueva legislación. De todas formas, sí avanzó que se está estudiando la reducción 100 a 90 km/h la velocidad máxima en determinadas carreteras convencionales. Esta idea ya figuraba en el borrador de reforma de la anterior cúpula de la DGT.