El ferrocarril gallego tiene puntos negros desde hace 17 años

Pablo González
Pablo González REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

ANGEL MANSO

Hay 25 zonas de reducción de velocidad por infraestructura defectuosa

22 sep 2021 . Actualizado a las 22:02 h.

La red ferroviaria convencional gallega, quizás por la fuerte apuesta por la alta velocidad, tiene problemas evidentes de mantenimiento que obligan a tomar medidas de seguridad que no siempre consisten en solventar el problema, sino en reducir la velocidad hasta a 30 kilómetros por hora para evitar males mayores. Uno de estos puntos negros está ahí desde febrero del 2001, y figura en la documentación de los maquinistas como una limitación temporal de velocidad a 30 por hora debido al mal estado de la infraestructura. Esta zona de precaución está en la línea que une León y Monforte, entre las poblaciones de Covas y Quereño, en Ourense. «Es sangrante que no solucionen estos problemas», asegura un maquinista.

En total hay unos veinticinco puntos en las líneas que llegan a Galicia y en la red interior troncal que obligan a los trenes a extremar la precaución, pues a una velocidad mayor de la estipulada en la consigna serie B -el documento que se entrega a los maquinistas para que atiendan estas zonas conflictivas- puede haber riesgo de accidente. El caso de Quereño es el más antiguo de la red, pero el resto de las limitaciones se deben a sucesos o a diagnósticos de la infraestructura que se produjeron entre el 2012 y el 2017, pero que tampoco fueron solucionados desde entonces.

En la línea Zamora-Ourense muchas de estas limitaciones tienen que ver con la falta de mantenimiento, pero también con las obras de la alta velocidad, en aquellos tramos donde confluyen la línea convencional y la futura de altas prestaciones, como por ejemplo la salida de la estación de Zamora. El tramo del AVE entre Zamora y Pedralba de la Pradería entrará en servicio a finales de este año, pero eso no es óbice para que no se reparen los tramos de vía defectuosos, aseguran profesionales del sector. En total, hay ocho limitaciones temporales de velocidad por este motivo que suponen un retraso de 17 minutos respecto al tiempo de viaje previsto.

Cinco defectos en una sola línea

En la línea entre León y Monforte no hay obras de alta velocidad, pero tampoco se reparan las deficiencias detectadas en la infraestructura. Así, por ejemplo, hay hasta cinco defectos en la infraestructura, un túnel en mal estado que está así desde hace seis años y otro límite más por un paso a nivel. Este es el tramo con más complicaciones de este tipo, junto con la conexión desde Monforte hacia Vigo (que en realidad termina en la bifurcación de Chapela). El trazado desde Ourense hasta la ciudad olívica es utilizado por los trenes Alvia que comunican el sur de Galicia con Madrid, y desde hace tiempo son muchos los maquinistas que cuestionan que esta deba ser la ruta para estos trenes. «Hay tramos peligrosos donde ha habido desprendimientos y que te obligan a reducir a 30 por hora», explica un maquinista, que no entiende por qué no se utiliza la línea de alta velocidad entre Ourense y Santiago, «pues sería mejor para todos». Pero para muchos vigueses no tiene sentido subir hasta Santiago para ir en dirección a Madrid.

Desprendimientos

En cualquier caso, en la línea del Miño que utilizan los Alvia hay cinco limitaciones temporales. Cuatro de ellas están relacionadas con desprendimientos sobre la vía ocurridos en el 2016. Ante la posibilidad de que puedan repetirse, se obliga a los trenes a circular a 30 por hora hasta superar la zona crítica. Fuentes consultadas creen que es preciso que se revisen las trincheras y los taludes en esta zona.

Esta línea es además la que cuenta con más limitaciones permanentes de velocidad, un total de 40, lo que refleja la complejidad de su trazado frente a la alternativa de la línea de alta velocidad Santiago-Ourense, que contaría con un único punto negro: la curva de Angrois donde se produjo el accidente del Alvia.

Por otra parte, la renovación total del eje atlántico entre A Coruña y Vigo ha reducido casi a cero este tipo de incidencias.

122 cambios de velocidad y unas 130 limitaciones permanentes

Es ya un tópico decir que la red ferroviaria gallega es compleja debido a la orografía, pero los datos de las líneas no hacen más que reforzar ese lugar común. Las principales líneas ferroviarias gallegas acumulan 122 cambios de velocidad. Es decir, los trenes apenas pueden ir a una velocidad constante por la propia geometría del trazado. También se fijaron 130 limitaciones permanentes de velocidad que obedecen a distintas causas, pero en casi todas hay un peligro que se intenta mitigar mediante una reducción de velocidad que es de obligado cumplimiento.