Una intensa tromba de agua provocó este viernes varias inundaciones en la comarca de Barbanza
03 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.La actividad ciclónica sigue a pleno rendimiento en el Atlántico. Durante las últimas horas, a la borrasca Emma se han sumado dos nuevas, y ahora mismo danzan entre ellas, cerca de Galicia, en un movimiento curioso que no se observa todos los días. «Probablemente se deba a la interacción de varios núcleos de bajas presiones, entre los que se encuentra Emma, todo ello reforzado por la gran masa de aire frío que ha afectado a Europa estos días y que está resultando difícil de desalojar», explica Francisco Infante, delegado de la Aemet en Galicia. Lo llamativo de este baile de bajas presiones reside en su desplazamiento, girando alrededor de un centro común pero de este a oeste, al contrario de la circulación general de la atmósfera. «El anticiclón, con su centro en Escandinavia, además de impedir el desplazamiento de las borrascas, está generando en latitudes medias, un extenso flujo de componente este. Ambos factores pueden explicar este movimiento», reconoce el meteorólogo.
La coreografía de estas borrascas garantiza un tiempo cambiante e inestable durante los próximos días en la comunidad. Hoy los chaparrones serán intensos, acompañados de tormentas y caerán en forma de nieve a partir de los mil metros de altura. Mañana por la tarde llegará un nuevo frente que dejará lluvias persistentes por la tarde. «La precipitación acumulada prevista hasta el próximo viernes oscila entre los 100 y 150 litros por metro cuadrado en el oeste y suroeste de Galicia, y los 50 y 100 en el resto», añade Infante.
Inundaciones
La configuración actual está permitiendo además que el agua invada paseos marítimos y carreteras, sobre todo en la costa sur. Ha ocurrido por ejemplo en la autovía de Marín, que ayer se mantuvo cortada durante una hora y media, coincidiendo con la pleamar. Ese avance del mar tan intenso es el resultado de la combinación de varios factores. Por una parte, vientos intensos del suroeste, con rachas que superan los cien kilómetros por hora. También por el fuerte oleaje, con ondas que están alcanzando los cuatro metros de altura. Y también por la acción de las mareas vivas debido al efecto gravitatorio de luna en fase llena.