La policía investiga si Sonia Iglesias estuvo enterrada antes en la casa y después fue trasladada a un nicho

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

GALICIA

RAMON LEIRO

Los agentes inspeccionaron un coche de la exmujer del hermano de Julio Araújo que lleva años en un taller de Sanxenxo

23 feb 2018 . Actualizado a las 17:04 h.

Tras el exhaustivo registro de los últimos días en una casa de la familia materna de Julio Araújo, la Policía Nacional dirige su búsqueda ahora al cementerio de San Mauro, a unos cincuenta metros de la vivienda. Según indicaron distintas fuentes, las sospechas de los agentes apuntan en la dirección de que la pontevedresa desaparecida en agosto del 2010 pueda estar enterrada en uno de los nichos del panteón que pertenece a la rama paterna de su excompañero.

La hipotésis con la que, presumiblemente, trabajan los investigadores es que el cuerpo de Sonia Iglesias pudo haber estado enterrado en las propiedades inspeccionadas estos días antes de ser trasladado a un nicho del panteón. Las catas que se hicieron en el terreno exterior y dentro de la casa permitieron recoger muestras del subsuelo que ahora se tienen que analizar, algo que puede demorarse algunas semanas. Con ese examen se trata de acreditar si en algún momento estuvo enterrado un cuerpo humano en esa zona. Es algo muy complicado, reconocen los investigadores, ya que, debido al paso del tiempo, los vestigios, de existir, pueden no diferenciarse de los de un animal.

En todo caso, las mismas fuentes están convencidas de que deberán poner pruebas muy contundentes sobre la mesa de la jueza instructora de la causa para que autorice la apertura del panteón de la familia Araújo, en cuyo interior se distribuyen 32 nichos y 8 columbarios, buena parte de los cuales están, en principio, vacíos.

Preguntas sobre el cementerio

Ayer se supo que al menos dos de las cinco preguntas que los investigadores de la Policía Nacional hicieron constar por escrito durante el interrogatorio a Julio Araújo, que se acogió a su derecho a no declarar, pivotaron sobre el cementerio de San Mauro. Esas preguntas hacían referencia a si había realizado alguna actuación en el panteón o si había recibido ayuda por parte de su hermano David, quien también está siendo investigado por la Policía Nacional.

De la comisaría al hospital

A la salida de la Comisaría de Pontevedra, Julio Araújo comenzó a sentirse mal, por lo que optó por desplazarse hasta un centro médico. Todo parece indicar que le han diagnosticado algún tipo de problema respiratorio, por lo que el pontevedrés permanece ingresado en un hospital desde entonces.

No ha trascendido hasta el momento qué es lo que padece exactamente el principal investigado por la desaparición de Sonia Iglesias, solo que debe permanecer bajo observación médica mientras le realizan una serie de pruebas.

Los agentes hallaron restos orgánicos en la casa, pero pueden ser de animales

Los investigadores de la Policía Científica de la Policía Nacional tienen ante sí un reto complejo: tratar de determinar si en las muestras del subsuelo tomadas en el registro de la casa de Mourente persiste algún tipo de vestigio humano, un hecho que permitiría dar un paso más en el esclarecimiento de la desaparición de Sonia Iglesias ocurrida hace ocho años.

Las distintas fuentes consultadas por La Voz aseguraron ayer que los especialistas de la Policía Nacional habían conseguido aislar algunos restos orgánicos. No obstante, de confirmarse esta circunstancia, no descartan que esos restos tengan un origen animal, sobre todo porque la finca examinada está en un terreno abierto y además la vivienda lleva muchos años sin estar habitada.

Él se muestra tranquilo

Estas mismas fuentes reseñaron que Julio Araújo asistió tranquilo a la inspección de las propiedades de su familia. De hecho, se le pudo observar en determinados momentos conversando con alguna vecina de la zona, una actitud que, según resaltaron fuentes de la Policía Nacional, ha venido manteniendo a lo largo de toda la instrucción del caso.

Añadieron las mismas fuentes que durante los registros en ningún momento requirió que lo acompañase su abogado, bajo el convencimiento de que no tiene nada que ocultar. Este extremo fue confirmado durante la jornada de ayer por distintas fuentes judiciales conocedoras del trasfondo de las diligencias abiertas.

Inspeccionan un coche de la exmujer del hermano de Julio Araújo que lleva años en un taller

Los registros autorizados hasta ayer por la jueza que instruye el caso Sonia Iglesias ya han finalizado. Además de la casa de Mourente, las pesquisas de la Policía Nacional se dirigieron hacia un coche, un Volkswagen Golf de color gris plata del que, al parecer, es propietaria la que era mujer de David Araújo, hermano de Julio.

Se da la particularidad de que este turismo lleva años depositado en Talleres Doro, un negocio ubicado en Vilalonga (Sanxenxo). El dueño del taller explicó ayer que el turismo fue llevado a su establecimiento hace años al rompérsele la caja de cambios, por lo que había que sustituirla por otra. «Pero la caja de cambios es difícil de encontrar, además de que es cara», explicó.

En el taller llegaron a adquirir el repuesto. Sin embargo, «pasó el tiempo y al coche empezaron a quitarle una pieza un día, otra pieza otro día». Y así fueron transcurriendo los meses y luego los años, mientras el turismo acumulaba polvo. Hasta que la jueza dictó el pasado día 15 un auto acordando la entrada en el taller, ubicado al paso de la carretera PO-550, para hacer una «inspección técnico-policial del vehículo». Ese registro lo hicieron el miércoles agentes del Grupo de Homicidios y Desaparecidos de la Comisaría General, de la Policía Judicial de Pontevedra y de la Policía Científica.

Ocho policías especialistas, equipados «con muchos aparejos», se desplazaron hasta Vilalonga para revisar el vehículo en profundidad. «Taparon el coche con unas mantas de aislamiento que traían. Dos estaban dentro del coche, otros dos fuera y otros estaban mirando». El propietario del taller no sabe qué hicieron los agentes.

Uno de los aspectos más curiosos del auto de registro de la jueza es que podía ser recurrido. Pero, debido a que las diligencias del caso están declaradas secretas, la única parte que se podría oponer al recurso es la Fiscalía de Pontevedra, que no lo hizo.