Las cámaras situaron a la expareja de Sonia Iglesias a unos 300 metros de la vivienda registrada

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

GALICIA

Salvador Sas | efe

La policía inspeccionó con linternas la capilla ubicada al lado de la casa de Mourente, que pertenece a la familia de Araújo

22 feb 2018 . Actualizado a las 22:37 h.

En el marco de la investigación policial por la desaparición de Sonia Iglesias, la Policía Nacional hizo una reconstrucción de la ruta que pudo haber seguido Julio Araújo la mañana en la que se perdió la pista a su expareja. Según confirmaron ayer distintas fuentes policiales, los encargados de este caso emplearon, primordialmente, las cámaras de tráfico que tiene distribuidas la Policía Local por distintas zonas de Pontevedra.

De este modo, el último de los puntos en los que había sido situado el 18 de agosto del 2010 se encuentra en la avenida de Juan Carlos I, en las proximidades del conservatorio de música de Pontevedra. Concretamente, una cámara situada en la rotonda de la confluencia de la calles A Estrada y San Mauro captó un coche similar al que conduce Julio Araújo y en el que se solo iba una persona mientras enfilaba por esta calle en dirección al conservatorio hasta que, en un momento dado, giró a la izquierda y se le perdió de vista.

Ayer estas fuentes destacaron la escasa distancia que existe entre ese punto y la vivienda donde se han centralizado los registros de los últimos días. «Son apenas unos trescientos metros que en coche se pueden recorrer en un corto período de tiempo, el suficiente para deshacerse de cualquier prueba incriminatoria», incidieron al respecto.

Sobre aquel día, Julio Araújo siempre ha mantenido, con ligeras modificaciones -la Audiencia minimizó al archivar provisionalmente la causa el impacto de tales contradicciones-, que, tras recibir una llamada de los compañeros de trabajo de Sonia comunicándole que esta no se había presentado, había recorrido los centros hospitalarios de la ciudad, y que también se dirigió a la casa de los padres de su excompañera, en el barrio de Monte Porreiro.

Por entonces, sobre las tres de la tarde, una antena de telefonía móvil situó el terminal de Julio en el monte Castrove. Tal circunstancia motivó que la familia de la pontevedresa solicitase una búsqueda en este entorno con el georradar, algo que fue descartado por la jueza instructora, en un primer momento, y por la Audiencia Provincial, posteriormente. El georradar sí que se empleó este miércoles en la inspección de los terrenos anexos a la vivienda de Mourente, dado que se trata de un espacio acotado y de no muy grandes dimensiones, todo lo contrario de lo que ocurría con el área de influencia de la antena de telefonía.

Nuevos registros

Lo que también autorizó la magistrada del Juzgado de Instrucción número 3 de Pontevedra, en el marco de unas diligencias declaradas secretas, fueron los registros que se están realizando en la vivienda de Mourente que pertenece a la familia de Araújo y que está a la venta. Tras la exhaustiva inspección del pasado martes, ayer se llevó a cabo una segunda de una menor duración, tanto en el tiempo -apenas duró dos horas y media- como en el espacio, de tal modo que los agentes centraron sus esfuerzos en otros puntos de la propiedad. Testigos presenciales confirmaron que se volvieron a realizar excavaciones y catas que serán objeto de análisis por parte de los expertos de la Policía Nacional.

Ramón Leiro

De igual modo, agentes equipados con linternas se adentraron en la capilla próxima a la vivienda, donde permanecieron durante algunos minutos sin que haya trascendido si estas pesquisas tuvieron algún tipo de resultado positivo.

Este segundo registro sorprendió por el hecho de que la zona en cuestión hubiera permanecido toda la noche sin vigilancia y sin precintar. Fuentes policiales lo enmarcaron dentro de la normalidad de una investigación por un suceso sucedido hace siete años y medio: «No es un crimen que ocurre hoy y hay que preservar el escenario para evitar que se contamine. Ha transcurrido mucho tiempo y es una zona por la que seguramente han pasado muchas personas, por lo que no existe ese riesgo».

La policía cree que a Sonia Iglesias la mató su expareja y también investiga al hermano

Los dos, que permanecen en libertad, se negaron ayer a declarar en la comisaría de Pontevedra

El caso Sonia Iglesias dio su segundo giro en menos de cuarenta y ocho horas. Si el martes Pontevedra amanecía con la noticia de que la causa judicial archivada provisionalmente hace casi tres años había sido reabierta con unas diligencias declaradas secretas, ayer se acostaba con la imputación de Julio Araújo -quien había sido pareja de la pontevedresa y padre de su hijo, de 16 años- y de su hermano.

En ambos casos están considerados policialmente como investigados no detenidos. En el caso del primero fue su abogado, Jesús Santaló, quien confirmó que «pola acta de lectura de dereitos impútaselle un delito de homicidio neste momento», al tiempo que precisó que es en este trámite en el que, «á parte de informar dos dereitos que ten [el investigado], hai que informar sobre os feitos que se están investigando e a tipificación posible. Todo é provisional». Entre julio del 2012 y abril del 2015 Julio estuvo imputado en relación con este caso por un delito de detención ilegal, algo que recordó su representante legal.

En el caso de su hermano David, aunque todo parece indicar que también se le investiga por un supuesto cargo de homicidio, sus allegados subrayaron a última hora de ayer que «no le concretaron los hechos por los que se le investiga», circunstancia que los ha dejado «estupefactos».

Desde el TSXG se limitaron a reseñar que, a nivel judicial, además de reabrir la causa y declararla secreta, lo único que se ha autorizado son los registros que, entre el martes y el miércoles, se desarrollaron en la vivienda de Mourente vinculada con Julio Araújo y su familia. Por su parte, el fiscal jefe, Juan Carlos Aladro, dejó claro que las posibles imputaciones que puede realizar la Policía Nacional «no son un concepto jurídico. La única imputación que existe es la judicial». Y esta solo se producirá una vez se les tome declaración a los dos hermanos en sede judicial, una comparecencia para la que aún no hay fecha: «No hay prevista ninguna declaración», añadieron desde el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia.

Tanto Julio como David Araújo han seguido la misma estrategia en su paso por comisaría, la de guardar silencio. Jesús Santaló confirmó que, por su consejo, su cliente «acolleuse ao seu dereito a non declarar», toda vez que «as dilixencias están [declaradas] secretas» y no se conoce su contenido, por lo que optaron «por non facer ningún tipo de manifestación».

Asimismo, el letrado dejó la puerta abierta a que esta decisión pueda cambiar en un futuro inmediato, en el momento en el que puedan acceder al contenido concreto de las diligencias que han dado pie a que se produzca el registro de la casa y de la consideración como investigados de los dos hermanos. «Descoñezo o contido das dilixencias dende que se declararon secretas», señaló Santaló, mientras que los allegados de David Araújo incidieron en que, «en su momento, hace años, ya fue interrogado por la desaparición de Sonia Iglesias y declaró entonces».

A este respecto, ayer trascendió que ya en ese momento la Policía Nacional analizó las llamadas y mensajes que se pudieron haber cruzado mediante aplicaciones de telefonía móvil. Sin embargo, estas indagaciones habían conducido a un nuevo callejón sin salida, por lo que se dejaron a un lado y no se le llegó a considerar ni imputado.

En el caso concreto de la comparecencia del mayor de los hermanos, y pese a su decisión de guardar silencio, el instructor policial quiso hacer constar en el acta que redactó una serie de preguntas que le hubiera gustado formular al sospechoso. A este respecto, Santaló evitó profundizar en el contenido de las cuestiones que se hicieron consignar en el informe apelando a que se trata de diligencias declaradas secretas.

En cuanto al hecho de que su cliente, como su hermano David, no hubieran sido arrestados, precisó que «é evidente que os novos elementos que determinaron a reapertura destas dilixencias non parecen suficientemente sólidos como para adoptar ningún tipo de medida». Eso sí, reconoció que no tenía acceso a tales elementos, que están consignados en, al menos, uno de los informes elaborados por un agente que, en los últimos meses, se ha venido dedicando en exclusiva a tratar de esclarecer la desaparición de Sonia Iglesias.

Horas antes de que se produjeran las comparecencias de los dos hermanos Araújo en la comisaría de Pontevedra, la Policía Nacional volvió a desplegarse en la vivienda de Mourente, donde llevaron a cabo una nueva inspección para complementar la ya realizada el martes pasado. Todas las fuentes consultadas precisaron que el análisis de las muestras que retiraron del subsuelo, así como de los efectos que pudieron haber recogido en la casa, podría demorarse semanas, ya que serán remitidos a un laboratorio del cuerpo para su estudio en profundidad. A este respecto, el abogado Jesús Santaló señaló que desconoce el resultado de tales registros, si bien dejó claro que entendía que no se han encontrado nuevas pruebas incriminatorias.

«Seguimos pensando que Julio sabe más de lo que dice»

RAMON LEIRO

Mari Carmen Iglesias, la hermana de Sonia, dijo ayer que no le sorprende que Julio Araújo, la expareja de su hermana, haya vuelto a ser citado a declarar como investigado porque en su entorno siguen «pensando que sabe más de lo que dice».

Iglesias mostró su «confianza» en que la declaración de Julio y de su hermano David, también investigado por este caso, «sirva para aclararlo todo».

Tras los registros realizados en las últimas horas en la vivienda de la familia Araújo, la hermana de Sonia Iglesias reiteraba su confianza, igual que lo hacía anteayer, en que esta vez haya una pista «sólida» o indicios que hayan motivado esta actuación policial.

Mari Carmen Iglesias lamentó, en declaraciones a Efe, que estos avances en las pesquisas «lleguen un poco tarde», por el «dolor» que ha atravesado la familia de Sonia todos estos años, aunque entiende que si «da sus frutos» esta investigación «al menos habrá valido la pena». «Habrá que esperar a ver si esto da resultado», ha concluido.

Por su parte, el entorno de los hermanos Araújo se mostró sorprendido por el vuelco de la investigación. El abogado de la expareja de Sonia dijo: «Polo que eu podo intuír, non atoparon datos que permitan ou aconsellen unha reapertura de dilixencias, pero esa é unha decisión que a min non me corresponde».