«Conductor, deme un billete que me lleve sana y salva hasta mi portal»

e. v. pita VIGO / LA VOZ

GALICIA

M.Moralejo

Comienza en Vigo el servicio ideado para acercar a casa a las viajeras del bus nocturno y evitar acosos

20 feb 2018 . Actualizado a las 23:31 h.

El bus de la línea C3 cubre la ruta de Teis a Coia. A las 22.30 horas inicia el servicio antiacoso. Muchos conductores se enteraron por la prensa y por un cartel de la empresa de que tenían que hacer estas paradas y recibieron instrucciones por mensaje para calcular y anotar la edad y el lugar de parada de cada viajera que solicite este servicio. Durante el trayecto solo viajan dos mujeres y suben sobre todo hombres. El último tramo por los astilleros de Bouzas es solitario y da miedo. No sube nadie. Hace unos días una señora de edad avanzada pidió al conductor que la acercase a su portal porque llovía mucho. Un conductor reflexiona: «Voy a tardar algunos minutos más, esto nos retrasará un poco el horario».

El N1 sale de Samil y pasa a las 22.55 horas por Coia. Es la hora de salida del trabajo y el bus va lleno. Las trabajadoras María Álvarez y Beatriz Lorenzo tienen que moverse en bus nocturno y alguna vez han tenido problemas en las paradas a las seis de la mañana con pandillas que vuelven de borrachera a casa. Álvarez le pide al conductor que le pare en un bar del Calvario porque así ataja unos metros. No la deja en casa y tiene que atravesar callejones. El procedimiento correcto es avisar al conductor justo cuando ella sube, pero la pasajera no lo sabía. El chófer ve factible detenerse allí porque es un lugar despejado y sin tráfico.

«La medida es un poco absurda pero tiene buena intención. Si todas las mujeres el fin de semana dicen párame aquí o párame allí no vamos a llegar nunca, y se pasa mal esperando el bus con retraso a las cinco de la mañana», dice la viajera. A veces llega cansada del trabajo y hay borrachos en la parada el sábado de madrugada. «Casi es mejor unirte a la juerga», añade. La otra pasajera dice que su casa está fuera de la ruta y el bus tendría que desviarse para dejarla.

Otras viajeras suben al N1 por el centro a las 23.11 horas, pero nadie más pregunta por este servicio. «Yo no sabía que había que preguntar al conductor», dice Álvarez, que carga un cartón de mudanza.

Los servicios de bus que dejan al viajero en la puerta son comunes en países con mucha nieve, como en Escocia. Los conductores se suelen apiadar del pasajero y lo acercan a su portal de camino a su ruta en medio de la nevada. En Vigo funciona desde este fin de semana el bus antiacoso que deja cerca del portal de su casa a las mujeres que viajan solas de noche y se lo piden al conductor. La idea es evitar que ellas tengan que caminar solas a lo largo de una o más manzanas y por zonas oscuras y ahorrarles un encontronazo con hombres de dudosas intenciones que las molesten o con pandillas ebrias. El viernes, primer día de funcionamiento, solicitaron el servicio seis pasajeras.

La medida solo afecta a aquellos buses que circulen a partir de las 22.30 horas y los búho nocturnos que hacen un recorrido circular por los principales barrios de la ciudad. Si la viajera vive en una calle de esa ruta, puede pedirle al conductor que pare cerca de su casa. Muchas usuarias aún desconocen la existencia del servicio: «No sabía que había esto», comenta una mujer que espera sola a las 21.40 horas en una parada de bus en la avenida García Barbón. Otras ciudades españolas, como Bilbao o Tarrasa, estudian implantar esta medida, que ya funciona en varias ciudades europeas, en sus líneas de autobús.