Galicia, abocada a dar un salto al vacío

Cristina Porteiro
cristina porteiro BRUSELAS / LA VOZ

GALICIA

ROI FERNÁNDEZ

La UE pretende eliminar las ayudas a las regiones en transición

16 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Bruselas ha puesto en marcha la cuenta atrás para la desconexión. No solo la del Reino Unido con la UE, también la de las eternas regiones en transición, como Galicia, de los fondos estructurales y agrícolas. Quiere recortes y reorientación de las ayudas hacia sectores que pueden aportar «más valor añadido». Eso es lo que deja entrever la hoja de ruta que presentó la Comisión Europea esta semana para los futuros presupuestos comunitarios 2020-2027. En ella hay tres vías. La de mantener el rumbo actual, que de inicio ya rechaza: «El estatus quo no es un opción», aseguró ayer la comisaria de Política Regional, Corina Cretu. Si no lo es, quedan otros dos escenarios y en ninguno Galicia salvaría un solo euro de los fondos europeos. Claro está que se trata de un punto de inicio para arrancar el debate sobre qué hacer con la política de cohesión y cómo financiarla, pero sienta un mal precedente. Los fondos estructurales y la PAC serán los rehenes con los que acudirá la Comisión Europea a negociar con los líderes de la UE a partir del mes de mayo. Si quieren financiar nuevas prioridades (seguridad, defensa y economía digital), además de evitar un escenario apocalíptico para regiones como Galicia, deberán rascarse los bolsillos. «Espero que en este mes de febrero, cuando se reúnan nuestros líderes, se enfrenten a la realidad y se planteen la posibilidad de aumentar su contribuciones a la UE tras el brexit», deslizó ayer Cretu. Pero no hay hambre en la mesa del Consejo Europeo para seguir financiando otros siete años más los programas de convergencia. Hay muchas razones que explican este recelo: el repliegue nacionalista, la desafección ciudadana hacia las instituciones de la UE, largamente estigmatizadas desde las capitales, y las presiones euroescépticas.

Según los estudios de la Comisión Europea, Galicia es una de esas regiones en transición que, a pesar de los fondos inyectados a lo largo de los últimos 20 años, no ha conseguido despegar para acoplarse al vagón de cabeza de la UE. Las regiones menos desarrolladas y las más ricas progresan más rápido que ella. Galicia se estanca y su situación puede agravarse si se cronifica el alto desempleo y persiste la sangría demográfica, dos riesgos que Bruselas no ha puesto en la balanza a pesar de la insistencia del Gobierno gallego. Conserve o no los fondos, los recortes de ayudas están asegurados. Llegó el momento de dar el salto al vacío.