Los policías gemelos de Ourense formaban «un grupo criminal» con el agente que apareció muerto

La Voz OURENSE / LA VOZ

GALICIA

Bernardo D.L.
Bernardo D.L. Santi M. Amil

La UDEV cree que actuaban por «odio y rencor» hacia sus compañeros

09 feb 2018 . Actualizado a las 10:25 h.

Formaban un «grupo criminal». La investigación realizada por la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la comisaría de Ourense, sobre las irregularidades e ilegalidades cometidas entre mayo del 2014 y el 9 de abril del 2016, fecha en la que apareció en un despacho con un tiro en la cabeza el agente Celso Blanco, presenta a los gemelos Bernardo y Roy D. L. y al agente fallecido como un equipo. Los muestra como autores de una serie de delitos «planificados para señalar falsamente, con odio y rencor, a varios policías de esta comisaría, calificándolos desde corruptos hasta cooperadores necesarios en el asesinato de una mujer policía».

El informe censura que en el anónimo enviado a la prensa, en febrero del 2015, los autores no hubieran «tenido reparos en utilizar» la muerte de una agente en un atraco en Vigo, aludiendo a que se hubiera utilizado en aquel suceso una de las armas robadas en la comisaría de Ourense. Sabían que el dato, rigurosamente falso, «pudiera resultar más interesante a los medios de comunicación, cuando señalan a sabiendas de su falsedad», la procedencia del arma. Y es que, además, según las conclusiones de la investigación, fueron esos tres policías los que se apropiaron de las seis armas en el búnker, crearon correos, redactaron y enviaron los anónimos injuriosos hacia compañeros y jefes desde la propia comisaría. En mensajes entre ellos tachan a compañeros y jefes concretos de nazi, mente trastornada, deficiente, subnormal, tarao y desastre.

Grandes amigos

El documento enviado por la UDEV a finales del pasado mes de septiembre al Juzgado de Instrucción 3, donde en la práctica se han investigado prácticamente todas las irregularidades de la comisaría, constata que Celso, Bernardo y Roy eran «grandes amigos». Hasta el 9 de abril del 2016 y al margen de que se determine la eventual intervención de los gemelos en la muerte del primero, que la familia del primero considera un homicidio.

Los tres, en opinión de la UDEV, actuaron «en grupo» y decidieron «de mutuo acuerdo» crear los anónimos falsos y engañar tanto a Asuntos Internos, como al Ministerio Fiscal y a la autoridad judicial. El informe en el que se detalla la mecánica seguida a la hora de fabricar pruebas ?retirar las armas del búnker y acceder a ordenadores con las claves de compañeros, para desviar la atención hacia los integrantes del grupo de drogas que acabarían siendo detenidos en noviembre del 2015? enfatiza que los tres formaban un grupo estable. Obraban, dice, «de manera concertada y coordinada», repartiéndose las tareas para lograr sus fines. Odio, rencor, envidia y animadversión a compañeros, por los éxitos ajenos en acciones contra el tráfico de drogas, por haberles retiraron permisos para utilizar la galería de tiro, que los llevaba incluso a usar el recinto con amigos a deshora.

Estructura organizativa

Ve la UDEV una cierta estructura organizativa entre los tres, sin señalar jefe. La relación entre los tres y la eventual distribución de funciones, vinculada a un esquema preestablecido, ayudaría al «éxito» -entrecomillado, en el original- inicial de su proceder, difícil de lograr de haber actuado de forma individual.

Los hermanos usaban como clave de acceso interna el número de DNI del otro

Las pesquisas realizadas por la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de Ourense, iniciadas en su día por orden del anterior comisario, Amable Valcárcel, incluyeron peticiones de información a Google, para localizar la IP del ordenador donde se habían creado los correos electrónicos utilizados para los anónimos. Aun faltan datos, pero lo fundamental está. La investigación ha dejado datos llamativos, como que los documentos originales aparecieran protegidos por contraseña en un ordenador del aula de formación, área de la que era responsable Bernardo. En contra de todas las indicaciones y recomendaciones de seguridad, la clave de desbloqueo era «123456789». No menos llamativo, signo inequívoco de la sintonía que mantenían los gemelos en todos sus actos, es el hecho de que sus claves de acceso internas fueran sus números de DNI, sucesivos -uno terminado en 8 y el otro en 0- aunque cambiados, es decir, Roy utilizaba el de Bernardo y viceversa.

Conocía Roy, por otra parte, clave y contraseña del entonces jefe de drogas, pues años atrás se habían ayudado cuando el destituido responsable del grupo de estupefacientes preparaba el ascenso a la escala ejecutiva. Se intercambiaban correos. Ese conocimiento facilitó supuestamente los accesos irregularidades para que lo desacreditaran.

«Jajajaja» y «una comida en el Barazal», al conocer las detenciones del grupo de drogas

La supuesta maquinación de los tres miembros de este «grupo criminal», que a juicio de la UDEV engañó a Asuntos Internos, a Fiscalía y a la Autoridad Judicial, según la expresión que se utiliza en el texto, condujo a la detención del jefe del grupo de drogas y de otro policía, junto con otras personas, el 10 de noviembre del 2015. Lograban los gemelos y Celso, según la tesis de la conspiración, uno de sus objetivos, que era acabar con el responsable del grupo de drogas, por animadversión y ánimo de venganza. Envidia, en fin.

«Jajajaja, estoy deseando llegar mañana al despacho ocupado por los del maletín»

En ese contexto, con dos agentes de estupefacientes detenidos, el 11 de noviembre Bernardo y Celso se cruzan mensajes por WhatsApp. «Acabo de ver a Antonio en el precalabozo» conduce a una respuesta tan elocuente como «Jajajaja, estoy deseando llegar mañana al despacho ocupado por los del maletín», en probable referencia a los efectivos de Asuntos Internos que se encontraban en las dependencias de As Lagoas. A continuación se alude a «una comida en el Barazal que ya tenemos», tras lo cual recoge el chat otro «jajajaja, ahora falta uno que sé yo», un apunte que UDEV vincula a la esperanza de que fuera detenido el encargado de armamento y tiro, a quien habían señalado en los falsos anónimos. La revisión de los mensajes entre estos tres grandes amigos de la comisaría, señala a los autores de los correos, en la medida en que «la única relación conocida» entre el entonces inspector de drogas y el armero «era la aportada en el anónimo» enviado a Asuntos Internos en 2014.