Sito Miñanco compartía riesgos con los narcos colombianos para lograr más beneficio

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

GALICIA

Sito Miñanco

Los investigadores creen que el narcotraficante transportaba mercancía propia con los alijos de sudamericanos

08 feb 2018 . Actualizado a las 07:24 h.

De la vieja escuela. Si en los últimos años, y fruto de la presión policial, los clanes de la droga de las Rías Baixas se dedican solo al transporte y almacenamiento de los alijos, de modo que estos son propiedad en exclusiva de los proveedores, Sito Miñanco, supuestamente, seguía financiando como antaño parte de las partidas. Fuentes policiales consideran que su capacidad económica, aunque elevada, no le permitiría como en el pasado adquirir varias toneladas de droga en origen y orquestar su transporte. En cambio, sí dispondría de medios para comprar cantidades más modestas que, posteriormente, sumaba al alijo principal.

De este modo, en opinión de las fuentes policiales, mandaba un mensaje muy claro, el de que estaba dispuesto a correr los mismos riesgos que los proveedores y contribuía a afianzar la confianza de estos en él. Y al mismo tiempo conseguía que aumentaran los beneficios. Y es que, si habitualmente las redes cobran en torno al 30 % del valor de la droga que trasladan a la costa, la organización desmantelada en la operación Mito sumaba las ganancias que pudieran obtener de la distribución de la mercancía, convenientemente cortada y adulterada, de su propiedad. Si algo funciona, por qué cambiarlo.

Las pesquisas de la Udyco y el Greco reafirman ya no solo que las Rías Baixas son la principal puerta de entrada de cocaína en la península ibérica y Europa, sino que se sigue utilizando la conocida como ruta atlántica, la que nace con el alijado de la droga en un puerto sudamericano a bordo de un mercante que termina recalando en un puerto de la Península (en Vigo y Marín se ha incrementado la vigilancia) o en un pesquero que cubre buena parte de esta travesía hasta que los alijos se trasvasan a otras embarcaciones que recorren el último tramo.

Las sospechas apuntan a que eran dos de las opciones que manejaban los implicados en la operación Mito. Por un lado, potentes planeadoras que les permitían cubrir largas distancias en poco tiempo y, por otro, pesqueros que, si bien son más lentos al navegar, tienen la ventaja de pasar más inadvertidos y poder recalar en puertos más pequeños y, por tanto, están sometidos a un menor escrutinio de la policía.

Lo cierto es que, de confirmarse las tesis de los investigadores, la organización tenía capacidad suficiente para coordinar el transporte de dos o más alijos de forma casi simultánea. Lo demuestra el hecho de que, en poco más de un mes, se interceptaran dos partidas que se vinculan con el entramado. A principios de octubre del pasado año, fue abordado el remolcador Thoran con 3.800 kilos de cocaína y fueron detenidos siete de sus tripulantes. Esta operación fue un ejemplo de colaboración internacional, ya que fue posible gracias a un aviso que emitió en septiembre la Policía Nacional de Colombia. En el escrito se refiere que el buque, con bandera de Comoras, «parece haber cargado una gran cantidad de sustancia estupefaciente, concretamente cocaína, mediante lanchas rápidas».

Tras su interceptación por la policía española, el 10 de noviembre eran agentes holandeses los que localizaban un total de 616 kilos de cocaína que presumiblemente habían sido introducidos días antes en este país en un contenedor.

También se movían por aire, en este caso con dinero. En el aeropuerto de Barajas se interceptaron hace meses 889.470 euros con los que miembros de la organización pretendían viajar a Bogotá.

Prado Bugallo será trasladado a la cárcel de A Lama para asistir al juicio por blanqueo

Tras la decisión de ayer de la jueza Carmen Lamela y en previsión de que no prosperen los predecibles recursos contra el auto de ingreso en prisión, fuentes consultadas confirmaron que Sito Miñanco será trasladado a la cárcel de A Lama en vísperas del arranque del juicio por blanqueo. La Audiencia de Pontevedra ha fijado el inicio de esta vista oral el 27 de febrero y se estima que se extenderá hasta el 1 de marzo.

En el banquillo, junto a Prado Bugallo está previsto que se sienten su exmujer, una de sus hijas -Rosa María Prado Pouso, quien figura como investigada en la operación Mito-, la que fue su cuñada y un empresario condenado por un delito de receptación de drogas en la misma sentencia que, a principios de los noventa, impuso veinte años de prisión a Sito Miñanco. En esta ocasión, la Fiscalía Antidroga de Pontevedra solicita para cada uno de los encausados seis años de prisión y una multa de diez millones.

Además, el ministerio público interesa la clausura definitiva de la inmobiliaria San Saturnino, negocio con el que se vincula con Rosa María Prado y que volvió a situarse en el centro de los registros que llevó a cabo la Policía Nacional en Cambados. El escrito de acusación relata que, «fruto de sus actividades de tráfico de estupefacientes, José Ramón Prado Bugallo fue haciéndose [...] con una importante cantidad de dinero. Con el objeto de que esas cantidades de ilícita procedencia tuvieran acceso al mercado legal», y «con la ayuda de las personas de su entorno», llevó a cabo una serie de acciones, de tal modo que «a través de esta sociedad inmobiliaria, con el auxilio de quienes fueran su esposa y cuñada, [Sito Miñanco] ha ido destinando las cantidades de dinero procedentes del narcotráfico a la adquisición» de inmuebles.