Las nuevas echan mano de los servicios de En Marea, mientras que las consolidadas enfilan el proceso con autonomía
30 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.En torno al medio centenar de mareas municipales son una realidad desde que en las elecciones del 2015 se organizaron candidaturas auspiciadas por los movimientos del 15-M. Unas, como las de A Coruña, Santiago y Ferrol, o las de localidades como Teo y Val do Dubra, gobiernan; otras lo hacen en coalición, y las demás trabajan en la oposición. En algunas hubo tensiones, en otras incluso rupturas, y las hay que superaron el ecuador del mandato con un balance favorable. Es de esperar que la mayoría concurran de nuevo a las elecciones del 2019. No serán las únicas: seis nuevas mareas municipales se han sumado ya a la lista y es de esperar que en los próximos meses se gestionen nuevos espacios de confluencias en el ámbito local.
Hace unas semanas se presentó la nueva marea de Mondoñedo; en Vilagarcía todo parece indicar que se consolidará el proyecto que fracasó en las municipales del 2015, y también en A Cañiza, Oleiros, Sarria y Touro prosiguen sus respectivas hojas de ruta para cerrar acuerdos en ese sentido.
Las mareas más pequeñas y las que todavía están en ciernes echan mano de los servicios de En Marea ante su evidente falta de medios para poner en marcha la maquinaria de las elecciones. Las que ya están consolidadas, en cambio, manifestaron su intención de emprender el proceso en solitario desmarcándose de la mano abierta del partido.
Entre las segundas están Marea Atlántica y Ourense en Común, que este fin de semana han puesto en marcha el proceso que culminará con la presentación de una candidatura para las elecciones locales del 2019. Ourense en Común constituirá en los próximos días el comité electoral y Marea Atlántica sometió a votación la modificación de sus estatutos, con un mayor control de las candidaturas por parte de la dirección y del grupo que encabeza el alcalde, Xulio Ferreiro. Supone, en la práctica, un acopio de poderes en la figura del regidor, precisamente, lo que Ferreiro y los críticos reprocharon a Villares cuando ya era portavoz en el Parlamento y se hizo con el liderazgo de En Marea.