La autovía de O Porriño que pide la Xunta cumple los requisitos para entrar en el plan de Fomento

Pablo González
pABLO gonzález REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

M.MORALEJO

Se trata de un vial de primera generación, con un gran volumen de tráfico y alta siniestralidad

11 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La rectificación de la A-55 entre Tui, O Porriño y Vigo es una de las demandas de la Xunta de cara a la inminente puesta en marcha del nuevo Plan Extraordinario de Inversión en Carreteras, un modelo de financiación extrapresupuestaria pactado con las constructoras que contará con un volumen inversor de 5.000 millones de euros para actuar en 2.000 kilómetros de autovías en todo el país. Todo indica que el Ministerio de Fomento está dispuesto a afrontar esta variante que puede acabar con uno de los tramos con más alta siniestralidad de España. También en la Consellería de Infraestruturas creen que se trata una obra urgente dentro del programa de máximos que remitieron al departamento que dirige Íñigo de la Serna y que supone una inversión cercana a los 600 millones de euros. Incluye otros proyectos prioritarios para el Gobierno autónomo como la autovía de A Mariña desde Barreiros hasta Burela, así como la variante norte de Ourense, entre otros. En el caso de A-55, se trata de construir una variante de 10 kilómetros con un túnel de 2,5 para evitar la serie de curvas más peligrosas del trazado, en las que ha habido múltiples accidentes, con tramos que baten récords como los más peligrosos del país. Costaría unos 120 millones.

Además, la autovía cumple todos los requisitos pactados por Fomento con la patronal, que debe adelantar el dinero mediante préstamos del Banco Europeo de Inversiones. Por un lado, tiene un altísimo volumen de tráfico, muy similar al de los accesos a alguna de las principales ciudades gallegas. En el tramo con más tráfico hay una intensidad media diaria de vehículos de 48.515. Y hay que recordar que en este país se construyeron autovías que no llegan a los 10.000 vehículos al día, la cifra mínima para plantearse invertir en una autovía.

Por otra parte, se trata de una autovía de primera generación, pues sus cinco tramos se pusieron en servicio entre 1992 y 1993, y este es uno de los factores en los que pretende incidir el nuevo plan de carreteras: adaptar estas autovías a los actuales estándares de seguridad vial.

En este punto confluye la alta siniestralidad de este vial, en el que se afrontaron algunas reformas para mejorar la seguridad mientras no se avanzaba en la rectificación del trazado.

El objetivo de Fomento es adaptar los trazados más peligrosos a la nueva normativa en materia de siniestralidad. De hecho, esta autovía fue una de las elegidas en un estudio sobre obras prioritarias para reducir los accidentes realizado por la patronal de las constructoras (Seopan).

El proyecto, no obstante, ha tenido un largo recorrido. En el 2009 se adjudicó el estudio informativo, que se aprobó parcialmente en el 2015, eliminando el tramo que no convencía al Concello de Mos.