La mujer del Chicle le trasladó por teléfono su apoyo y le garantizó que seguirá a su lado pase lo que pase

J. R. VIGO / LA VOZ

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La familia también se mueve en una difícil situación desde que José Enrique Abuín Gey fue detenido, pero no acaba de abandonarlo definitivamente

10 ene 2018 . Actualizado a las 08:07 h.

José Enrique Abuín Gey, el Chicle, ha escuchado la voz de su mujer en los últimos días. El juez suspendió la incomunicación la semana pasada y ella, Rosario Rodríguez, no tardó demasiadas horas en levantar el teléfono para saber cómo está siendo su segundo paso (el primero fue en el 2007, también preventivo) por el penal de Teixeiro. Habló con él al menos en una ocasión y según su entorno ha servido para mejorar su estado anímico, «bastante deprimido». La esposa, desimputada desde este martes en el caso Diana Quer, le ha mostrado su apoyo incondicional y le ha trasladado su deseo de seguir a su lado a pesar de todos los cargos que arrastra y de haberle ocultado a ella que el cuerpo de la joven difunta estuvo 16 meses en el fondo de un pozo por el que ambos, en todo ese tiempo, pasaron al lado juntos en no pocas ocasiones. Ella, más allá del apoyo por la situación actual, al parecer le transmitió que no lo dejará solo y que el matrimonio que forman seguirá.

La familia también se mueve en una difícil situación desde que el Chicle fue detenido, pero no acaba de abandonarlo definitivamente. De hecho, el núcleo familiar mantiene contactos con la defensa para conocer la evolución de la causa y de los cargos que se le imputan, igual que para enviar recados o llevarle ropa. Explican en su entorno que las amenazas que recibió en Teixeiro fueron veladas, y que no existen motivos para que eso solo justifique el traslado de cárcel. Lo que sí genera más preocupación es que otras personas pudieran vengarse de la colaboración en el 2007 con la Guardia Civil para desmontar una red de narcotráfico.

Rodríguez contactó con guardias civiles mientras investigaban a su marido

En el propio auto de sobreseimiento provisional de la causa contra la mujer de José Enrique Abuín Gey, Félix Isaac Alonso reconoce que existen indicios importantes de que esta pudo ejercer de encubridora: «De lo obrante en la causa se desprende una participación activa por parte de Rosario Rodríguez con el fin de desviar las investigaciones dirigidas hacia su esposo».

Esta implicación, afirma el togado, llegó al punto de que la propia mujer se puso en contacto con agentes de la Guardia Civil para tal fin, a pesar de que había preguntado a su marido en varias ocasiones si estaba implicado en la desaparición de Diana, por lo que el juez asegura: «Indica que efectivamente tenía sospechas de su posible participación en el delito, así como conocimiento de que su esposo estaba siendo investigado».

En este sentido, el instructor recordó que, a pesar de la existencia de estos indicios y de que haya entorpecido la investigación, el Código Penal excluye de pena a los encubridores que lo sean de su cónyuge.