La Xunta pide a Fomento 120 millones para la autovía Vigo O Porriño

Pablo González
pablo gonzález REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Oscar Vázquez

Reclaman 600 millones para la mejora de cinco autovías

10 ene 2018 . Actualizado a las 10:33 h.

El mapa de autovías que actualmente disfruta Galicia no es muy diferente al que tenía la comunidad antes de que se empezara a ejecutar -a ritmo muy lento- el programa de inversiones que aprobó el Gobierno de Aznar para Galicia a principios del 2003. Desde entonces se ha terminado la A-8 -aunque hay un plan para prolongar la transcantábrica desde Baamonde a Santiago- y Fomento también completó la autovía que une Verín con la frontera portuguesa. La Xunta ha desdoblado la mayoría de los corredores que había diseñado inicialmente con dos carriles y ha prolongado desde Carballo a Baio la autovía de la Costa da Morte. También ha terminado la AG-64 entre Ferrol y Vilalba, y ejecutó el tramo libre de peaje entre Santiago y Ourense, entre otros proyectos. Y en la AP-9 hace unos días se han terminado las obras de ampliación en Rande y Santiago. Ahora empieza una nueva etapa en la que la Xunta pide a Fomento una inversión extrapresupuestaria de cerca de 600 millones para avanzar en el cierre de la red viaria estatal en Galicia.

En estos 15 años de obras se priorizaron claramente las iniciativas relacionadas con el tren de alta velocidad, al menos en los proyectos de competencia estatal. Mientras que el AVE se acomete con cargo a una empresa pública -el ADIF- con amplio margen para acudir a los mercados y no computar en el déficit estatal, no existe una empresa similar que se encargue de las carreteras del Estado, salvo la Seitt, sociedad pública que asumió obras de distintos ámbitos. En Galicia, con la intervención de esta sociedad instrumental integrada en Fomento, se realizaron obras en la A-54 (autovía Santiago-Lugo), en la A-56 (Ourense-Lugo, una de las autovías interiores que apenas ha avanzado), la variante de Padrón o el acceso al puerto exterior de A Coruña. También algunos tramos de la autovía del Cantábrico en Asturias.

El actual ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, recogió recientemente el guante de las grandes constructoras para iniciar un plan de carreteras que diera protagonismo a la iniciativa privada y pudiera acometer proyectos estatales que demandan las comunidades autónomas. Ese plan ya existe y se ha bautizado como Plan Extraordinario de Inversión en Carreteras, y dispondrá de 5.000 millones de euros para actuar en 2.000 kilómetros de carreteras y en una veintena de corredores durante los próximos cuatro años.

El Gobierno gallego incluye un tramo de la polémica A-76 entre Ourense y Ponferrada

La Xunta no quiere quedarse al margen en esta nueva etapa para renovar la red viaria española y ya ha remitido al Ministerio de Fomento sus prioridades en este ámbito, aunque la decisión última sobre qué corredores se integrarán en el plan corresponde en exclusiva al Ministerio de Fomento, que deberá priorizar aquellos proyectos con mayor rentabilidad socioeconómica.

Así, la Consellería de Infraestruturas, siguiendo el llamamiento realizado por el propio ministerio, trasladó al Gobierno central sus prioridades en materia de infraestructuras viarias siguiendo dos criterios básicos: deben ser autovías con proyectos que están finalizados o a punto de terminarse para que puedan empezar a ejecutarse entre este año y el 2020. Por otro lado, se busca que sean autovías donde es preciso un importante esfuerzo inversor.

Proyectos a incluir

Así, destaca la inclusión de la variante norte de Ourense y el tramo hasta Cambeo, valorado en 94,9 millones, aunque el departamento que dirige Ethel Vázquez preferiría que esta actuación en el trazado de la futura autovía Ourense-Lugo (A-56) fuera por la vía convencional presupuestaria. No hay dudas, sin embargo, al respecto de los dos tramos que se incluyen de la A-74, la autovía de la Mariña lucense que vendría a sustituir el desvío hacia el suroeste (Vilalba) de la autovía del Cantábrico, que deja precisamente la orilla del mar en Barreiros. El primero de ellos es el que discurre desde esta localidad hacia Foz (83,4 millones) y el segundo el que continúa hasta Burela (92,4 millones). Ambos proyectos están en fase de redacción.

La otra autovía que se quiere priorizar es la rectificación prácticamente total de la autovía entre Vigo y O Porriño mediante un gran túnel, pues la actual tiene unos índices altísimos de siniestralidad y un gran volumen de tráfico. En ella se invertirían unos 120 millones de euros. Entre los proyectos solicitados a Fomento también se incluye otro tramo de 85,3 millones (A Ermida-Pilateiros) de la circunvalación de Pontevedra (integrada en la futura A-57). Y una sección de la polémica autovía entre Ourense y Ponferrada (A Veiga-O Barco), cuyo coste se estima en 72,1 millones.