El Chicle estuvo de fiesta con cuatro chicas tres días antes del último ataque

Ramón Ares Noal
MONCHO ARES RIBEIRA / LA VOZ

GALICIA

Lo hizo solo tres días antes del intento de secuestro que llevó a su detención y estuvo con ellas en varios locales de copas

09 ene 2018 . Actualizado a las 07:52 h.

A José Enrique Abuín, el Chicle, le gustaba la juerga, no en vano la práctica totalidad de las fechorías que se le conocen tuvieron como nexo común ambientes festivos y, tras su identificación como asesino confeso de Diana Quer y la difusión de su imagen por todos los medios, en establecimientos hosteleros de la comarca de Barbanza reconocieron sin ninguna duda a este individuo. Precisamente, esa repercusión mediática puso sobre la pista a testigos que lo vieron el 22 de diciembre, tres días antes del último ataque, divertirse en al menos dos locales hosteleros de Santiago con un grupo de cuatro chicas.

Según parece, el Chicle había utilizado una red social para contactar con las jóvenes, con las que se le vio bailando en los dos establecimientos. Aseguran que una salió de un local acompañada por José Enrique Abuín, pero supuestamente llegó a su destino sin sufrir ningún percance.

Declaración

Una de las chicas, al ver la imagen de José Enrique Abuín en los medios de comunicación el día de la detención y conocer la relación que se le imputaba con el intento de agresión en Boiro y la desaparición de Diana Quer, comentó en su casa que habían estado bailando con él en Santiago sin saber de quién se trataba. Al parecer, acompañada por sus padres, dio cuenta de los hechos a las fuerzas de seguridad por si su declaración podría tener valor para la investigación abierta en torno a sus delitos.

Y es que, desde que saltó la noticia de su detención y se divulgó la imagen del presunto asesino, abundan los testimonios que refrendan que el Chicle era un habitual de locales hosteleros barbanzanos muy concurridos durante los meses de verano, donde aseguran que su comportamiento no aparentaba ser el de un criminal machista, como se evidencia en el caso de la desaparición de Diana Quer y el intento de secuestro en Boiro el día de Navidad.

Lo que sí confirman las personas que ahora lo reconocen como cliente de esos concurridos locales de hostelería es que era un habitual de la noche, lo que vuelve a contradecir la coartada que le valió para no ser detenido antes como presunto autor de la desaparición y muerte de Diana Quer, poniendo en riesgo a otras chicas que, como las cuatro que bailaron con él en Santiago, no sospechaban del peligro que las acechaba.

Una vez que se ha constatado que el Chicle, después de la desaparición de Diana Quer, mantuvo sus costumbres como si no hubiese pasado nada, flota en el aire la pregunta de si habrá participado en alguno de los casos de acoso y abusos sexuales denunciados en la comarca de Barbanza.