Caso Diana Quer: La mujer y los cuñados del Chicle declaran que los amenazó para que no lo acusaran
GALICIA
El juez dice que la autopsia preliminar contradice a Abuín, quien relató un atropello mortal
06 ene 2018 . Actualizado a las 09:08 h.La resolución judicial se titula Pieza situación personal José Enrique Abuín Gey, se firmó el jueves en Ribeira y pone sobre la mesa la caída a los infiernos de su protagonista, apodado el Chicle. El empujón se lo dieron su mujer, Rosario Rodríguez, y dos cuñados que testificaron ayer nuevamente. Los tres declararon -según recoge el último auto judicial del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Ribeira sobre la desaparición de Diana Quer- que el Chicle los amenazó de alguna manera durante la investigación policial, para que ninguno desmontara su coartada. El juez instructor, Félix Isaac Alonso, lo aclara de forma elocuente: «Resulta imprescindible [que el Chicle esté en prisión] para evitar la destrucción de fuentes de prueba por parte del investigado que pudiera comprometer de modo grave el desarrollo del proceso. En concreto, la influencia que pudiera desplegar sobre los testigos (mujer y cuñados), constando como manifestado por los mismos en sede policial que tal extremo ya habría tenido lugar con anterioridad y mostrando temor hacia el investigado».
Las denuncias por intimidación a quienes hasta hace una semana eran su círculo más íntimo se reiteran en el documento: «Declarado por su esposa en sede judicial y por sus cuñados [una hermana de Rosario Rodríguez y su pareja] en sede policial que habría influido sobre ellos durante la investigación policial». Otro dato que se oficializa en el auto es que la versión exculpatoria del Chicle no resulta creíble a ojos del juez, que expone: «Se recoge en el informe preliminar de la autopsia que no aparecen signos de violencia, los cuales deberían apreciarse claramente en caso de un atropello como el descrito por el investigado en sede policial, habiéndose golpeado a la víctima fuertemente con el coche. Existiendo indicios de la comisión de un delito de homicidio o asesinato, el hecho de que el cuerpo estuviese desvestido apunta igualmente a la comisión de ilícitos de carácter sexual».
El juez expone claramente en su escrito que la explicación del Chicle no resulta creíble. Félix Isaac Alonso relata que hay pruebas para creer que este individuo paró aquel 22 de agosto del 2016 a la joven madrileña en la calle e intentó meterla a la fuerza en su coche, un Alfa Romeo 166 color gris, de ahí la acusación que afronta por detención ilegal: «La declaración del investigado resulta muy poco creíble, contando en la causa con los mensajes enviados por la víctima en el momento en que se produjeron los hechos, en los que expresa que alguien la estaba siguiendo». El instructor apunta que falta por conocer la versión de Abuín Gey sobre esta posible relación: «Se desconoce por otro lado la versión que el investigado pudiera prestar en sede judicial, habiéndose negado reiteradamente a declarar».
Se trata de la misma sede judicial en la que ayer prestaron declaración cuatro testigos: los cuñados de José Enrique Abuín, en relación con el caso Diana Quer, y los dos chicos que rescataron a la mujer de Boiro el pasado día 25. Los primeros explicaron que la noche que desapareció Diana, el 22 de agosto del 2016, cenaron con el matrimonio acusado. Pero al acabar, se fueron y no volvieron a saber nada del Chicle hasta el día siguiente.
Los dos chicos que literalmente rescataron a la víctima de Boiro, de unos 30 años de edad, del maletero del Chicle fueron muy claros. Ambos se reafirmaron en las versión de los hechos que ya adelantaron detalladamente a la Guardia Civil, y reconocieron al autor confeso de la muerte de Diana Quer como el culpable de los hechos denunciados en Boiro el día 25, cuya víctima ya prestó declaración en sede judicial el día 31.
También quería dinero
El Juzgado de Instrucción número 3, de guardia en la semana que ocurrieron los hechos de Boiro, firmó el día 1 un auto que argumenta la acusación que pesa sobre Abuín Gey. La víctima salió de su casa el día de Navidad, sobre las 22.30 horas. El Chicle, aseguró ella, la estaba esperando con la puerta del coche abierta en una calle con poca luminosidad. Tras el forcejeo inicial, y después de ponerle un objeto punzante en el cuello, recoge la titular del tercer juzgado de Ribeira, la víctima se vio «con la cara del asaltante frente a la suya». Él insistió, «dame el móvil, que necesito dinero». Atemorizada, ella le ofreció 20 euros y él los rechazó. Entonces, relata el auto, «el agresor le preguntó si tenía una tarjeta, pero la víctima le dijo que no. Entonces insistió en que entrase en el coche o si no le clavaba el objeto punzante, a la vez que le indicaba que se metiese en el vehículo».
La mujer de Boiro que denunció los hechos tuvo una gran sangre fría. Según explicó en declaración oficial, y recoge la jueza de guardia aquel día, «la víctima ofreció enseñar su DNI al agresor, para poder librarse de él, e hizo amago de buscarlo en su bolso». Justo en ese momento el agresor redoblaba sus amenazas: «El asaltante repetía a la víctima que se metiese dentro del maletero, que no gritase y que le entregase el móvil, de lo contrario, le clavaría el objeto punzante». En cuestión de segundos aparecieron, como caídos del cielo, los dos vecinos de Boiro que lograron socorrer a la mujer y disuadieron al autor de este presunto delito de detención ilegal, uno más de los que pesan sobre José Enrique Abuín Gey, el Chicle.
Mujeres jóvenes, altas, delgadas, con el pelo largo y casi siempre morenas
Así son las víctimas de José Enrique Abuín, el Chicle
MONCHO ARES
José Enrique Abuín, el Chicle, parece que no improvisaba demasiado a la hora de cometer sus fechorías machistas, según se desprende de los datos que se concluyen de la investigación y del auto judicial, ya que el perfil de sus víctimas preferidas, al menos así coincide en tres de las acciones en las que se vio involucrado, correspondería con el de jóvenes, altas y de pelo largo y oscuro. Sin embargo, en el acoso al que sometió a tres chicas en Nochebuena, se obsesionó con una rubia, a la que llamó en reiteradas ocasiones.
A pesar de que, en un primer momento, se apuntó que esperaba a sus víctimas con el coche parado y en un lugar apartado, su probable modus operandi era transitar en el interior de su vehículo por una población y elegir a su posible presa sobre la marcha, detener el automóvil un poco más adelante y tratar de llamar la atención de la mujer con cualquier subterfugio que le permitiese abalanzarse sobre ella e introducirla en el maletero.
Más fuerza y fortuna
Desgraciadamente, consiguió su objetivo con Diana Quer, pero no con la que intentó secuestrar en Boiro el día de Navidad, que al parecer coincide en los rasgos físicos con la joven madrileña, pero esta tuvo más fuerza y fortuna para repeler la acción del agresor al contar con el auxilio de dos chicos.
Aplicando la forma de actuar en el caso de Boiro, el Chicle probablemente hizo lo mismo en A Pobra el 22 de agosto del 2016. Eligió a una chica joven, alta y de pelo largo sobre la marcha, la esperó en la zona de penumbra del paseo del Areal, la llamó «morena, ven aquí» -el día de Nochebuena le dijo a la joven a la que acosaba «rubia, ven aquí»- y se abalanzó sobre ella, para introducirla en el coche y huir de la zona.