La Guardia Civil reforzará los controles en Fin de Año con coches camuflados

José Manuel Pan
josé manuel pan REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

CARLOS CASTRO

7.600 conductores gallegos han dado positivo en alcohol o drogas dos o más veces en los últimos cinco años

29 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Aumenta el tiempo de reacción, provoca euforia y altera la percepción de las distancias. Son tres de las reacciones del alcohol en el organismo, incluso en dosis bajas, incompatibles con la conducción de un vehículo. Sin embargo, son muchos los que se ponen al volante después de haberse bebido varias cervezas, varias copas de vino o varios chupitos. En noviembre, más de 900 conductores gallegos fueron apartados de la carretera tras dar positivo en alcohol en alguno de los controles de la Guardia Civil. Dejar de conducir es la primera consecuencia de un positivo. Los agentes inmovilizan el coche hasta que llegue alguien que no haya bebido. Lo siguiente es la multa: de 500 a 1.000 euros y la pérdida de entre 4 y 6 puntos.

Muchos de esos conductores conocen bien esos controles. Son reincidentes. Desde el 1 de enero del 2013 hay 7.654 los gallegos que han dado positivo en alcohol o drogas dos o más veces, según reveló el Gobierno central al grupo socialista en el Congreso. Los datos muestran un problema difícil de erradicar y que supone un riesgo muy grave para el tráfico. El 43 % de los conductores muertos en accidentes el año pasado habían ingerido alcohol o drogas en cantidades superiores a las permitidas, y el 20 % habían mezclado alcohol y cocaína, una de las asociaciones más peligrosas, que «es relativamente frecuente y que multiplica por 200 el riesgo de sufrir un accidente mortal», explica Juan Carlos González Luque, médico y subdirector de Investigación e Intervención de la DGT.

Todo el mes en alerta

«Habrá controles de alcohol y de drogas en todas las carreteras», avisa el teniente coronel Molano, jefe de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil de Galicia, cuyos agentes llevan todo el mes de diciembre en alerta constante y realizando decenas de controles a todas horas y en todo tipo de vías. «Quedan los peores días», señala Molano, en especial el de Fin de Año. Esa madrugada, las patrullas de la Guardia Civil extremarán la vigilancia en todas las carreteras, incluso con coches camuflados para detectar a conductores bebidos o drogados que evitan los controles circulando por carreteras secundarias.