Más de 30 agentes de la UCO llegan a Galicia de urgencia por avances del caso Diana Quer

Javier Romero Doniz
JAVIER ROMERO VIGO / LA VOZ

GALICIA

CARMELA QUEIJEIRO

Relacionan al principal sospechoso de la desaparición con un intento de agresión a una joven en Boiro

29 dic 2017 . Actualizado a las 10:49 h.

La búsqueda de Diana Quer nunca se ha desinflado. Hace muchos meses que el caso se convirtió en una máxima para la Guardia Civil por varios motivos. El primero y fundamental pasa por dar con el cuerpo de la joven y con el autor, o autores, de su desaparición tras el gran despliegue de recursos humanos y técnicos realizado desde su desaparición, el 22 de agosto del 2016. Una vez superada la repercusión inicial, que dificultó sobremanera la investigación, se separó el polvo de la paja en forma de indicios útiles o inútiles. El resultado permitió afinar el tiro policialmente hasta el punto de cercar las sospechas sobre un individuo residente en la comarca de Barbanza que prestó declaración en varias ocasiones y que, incluso, podría haber estado imputado de forma temporal. Ahora, en el ecuador de las vacaciones navideñas, los menos de cinco agentes que han mantenido activa la búsqueda de la joven se han visto reforzados, en la Comandancia de A Coruña, con más de 30 compañeros llegados de Madrid. Y concretamente de la Unidad Central Operativa (UCO) especializada en los delitos contra las personas. El zafarrancho de especialistas tiene su razón de ser en la denuncia presentada por una joven de Boiro que asegura haber sido víctima de un intento de agresión sexual.

Lo primero fue comprobar que la denuncia tenía fundamento y no era ficticia. Dicha denuncia se cursó en el puesto de Boiro el lunes o el martes de esta semana. En este caso entró de lleno desde el principio la Policía Judicial de Noia, única unidad de la zona especializada en este tipo de investigaciones. El relato hecho por la joven de Boiro en su denuncia sostiene que un hombre intentó introducirla en un coche a la fuerza. La brusca oposición de la denunciante y sus gritos habrían frenado las pretensiones del individuo, que desapareció del lugar. Lo que no pudo evitar el asaltante -del que no ha trascendido si ya está identificado- es que la joven se quedara con sus características físicas, que detalló a la Guardia Civil. De la misma manera, la chica contó datos que permitieron avanzar en la identificación del vehículo del hombre. Algunas fuentes incluso añaden que la denunciante habría aportado hasta los números y las letras de la matrícula.

El trabajo inicial realizado por este suceso de Boiro dio pie a ciertos avances que acabaron llevando al caso Diana Quer. Lo que parece claro es que ambas investigaciones coinciden en algunos puntos, ya sea porque el individuo señalado esta semana en Boiro es el principal sospechoso de la desaparición de Diana Quer o porque está relacionado con la ausencia, ya sea de forma directa o indirecta, ejerciendo un papel secundario de encubridor. A falta de concretar estas incógnitas, lo que sí se puede asegurar es que la Guardia Civil se ha volcado una vez más poniendo en el caso a sus mejores investigadores. Prueba de ello es que entre los más de 30 agentes de la UCO movilizados de urgencia -muchos interrumpieron sus vacaciones de Navidad- hay especialistas en este tipo de trabajos. Algunos, incluso, tienen rangos elevados dentro del cuerpo y otros son más técnicos que agentes especializados en el trabajo de campo. Lo que parece seguro, atendiendo a los protocolos establecidos de investigación, es que además del trabajo de despacho que realizan estos especialistas de la UCO, sobre el terreno, es decir en Barbanza, y concretamente en los municipios de Boiro, A Pobra y Rianxo, está desplegada una unidad operativa encargada de inspeccionar la zona para atar ciertas pruebas o indicios o para descartarlos. También para hacer labores de seguimiento a la persona, o personas, que están en el punto de mira.

El perfil del individuo que se busca ya lo adelantó La Voz en noviembre del 2016: varón, de entre 35 y 45 años de edad, con antecedentes por tráfico de drogas y consumidor, residente en Boiro o Rianxo, gran conocedor de la red de carreteras principales y secundarias de la comarca y con un carácter violento que le hizo acabar en el calabozo en más de una ocasión.

Llamada al juez

El trabajo policial está teniendo continuidad en sede judicial. Esta misma semana, según parece el miércoles, uno de los agentes en la comarca de Barbanza contactó con el juez que instruye la causa de Diana Quer, titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Ribeira, Félix Isaac Alonso, que cogió las riendas de la instrucción tras varios cambios al frente de esta sede judicial por situaciones internas que nada tienen que ver con el caso.

Lo que resulta evidente es que la denuncia de la joven de Boiro ha resultado creíble a ojos de la Guardia Civil, que además de tener a la Policía Judicial de Noia sobre el terreno para hacer trabajo de campo, ha movilizado a auténticos especialistas desde Madrid en pleno periplo navideño. Es más, el trabajo, este jueves , era frenético en la Comandancia de A Coruña, tal y como pudieron comprobar decenas de agentes para los que no pasó desapercibida la presencia de tantos compañeros movilizados desde la capital de España a pocos días de celebrarse la Nochevieja y que, incluso, se quedaron trabajando hasta altas horas de la madrugada de este jueves.

La madre y la hermana de la joven estuvieron en A Pobra en Nochebuena

A Pobra do Caramiñal quedó marcada por la repercusión que alcanzó el caso Diana Quer en los últimos meses del 2016 y el primer semestre del 2017. De la misma manera que la villa marcó de por vida a la familia de la joven madrileña por dos factores contrapuestos. El primero responde a los buenos momentos que los Quer López-Pinel disfrutaron durante los años que precedieron a la separación de los progenitores. A partir de ese momento, la vivienda de verano pasaron a disfrutarla solo la madre y las dos hijas. El segundo factor llega tras la desaparición de Diana, el 22 de agosto del 2016, momento en el que todos esos buenos recuerdos quedaron ensombrecidos por la ausencia de la joven y todas las preguntas sin respuesta que rodeaban, y lo siguen haciendo a ojos de la sociedad, su ausencia. La madre, Diana López-Pinel, ha seguido visitando la comarca de forma espaciada, pero regular, desde que perdió a su hija mayor. La última, según anunció la hermana pequeña en una red social, tuvo lugar la pasada Nochebuena.

La propia Diana López-Pinel, el pasado agosto y coincidiendo con el primer año de la ausencia de su hija mayor, reconoció que «A Pobra es un sitio al que yo le tengo muchísimo cariño y que, en cierto modo, cuando voy me une a Diana aunque no esté. Por eso sí me siento con fuerzas de volver». En donde no tienen noticias de la progenitora desde hace tiempo es en el colectivo SOS Desaparecidos. La relación entre ambos fue en aumento a medida que el caso avanzaba, hasta el punto de que el máximo responsable de la asociación, Joaquín Amills, la nombró responsable de relaciones institucionales, cargo que ella aceptó, pero en el que estuvo poco tiempo. El motivo, según apuntaron siempre en SOS Desaparecidos, responde a las discrepancias que el abogado de Diana López-Pinel mantuvo desde el inicio con esta asociación.