La guerra del agua llega a los colegios

Javier Romero Doniz
JAVIER ROMERO VIGO / LA VOZ

GALICIA

Óscar Cela

La Xunta exige al Concello de Vigo análisis de los centros, mientras en Canido ya se puede beber

24 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La mala calidad del agua, constatada por las analíticas realizadas desde hace dos meses en varias zonas de la ciudad, ha generado una nueva guerra política entre el Ayuntamiento de Vigo y la Xunta. A ello se une la desinformación que el Gobierno gallego asegura sufrir por el oscurantismo del que responsabiliza al Concello. La batalla actual se libra en los colegios y en el agua que sale de sus grifos y beben sus alumnos.

Las analíticas demuestran que los centros San Salvador, en Teis, y Ría de Vigo, en Canido, tuvieron agua no potable durante semanas sin que nadie alertase a las direcciones de ambos centros o a la Xunta. Es por eso por lo que las consellerías de Sanidade y Educación han hecho valer su superioridad administrativa para exigir al gobierno municipal que entregue hasta la última analítica hecha en todos los centros del municipio desde septiembre.

La normativa obliga a los ayuntamientos a realizar de forma periódica analíticas en cada centro, y es evidente que si el agua no es potable tiene que notificarse a la Xunta. Explicaban el viernes en San Caetano que el Concello no ha remitido numerosos informes, por lo que no pueden saber si el resto de los centros estuvieron en la misma situación de riesgo que los dos ya citados. El objetivo es hacer un estudio para conocer la evolución de los niveles de hierro -principal sustancia contaminante en el agua de Vigo- para aclarar si, al igual que ha ocurrido esta semana en el centro Ría de Vigo, es necesario restringir el uso. 

55.000 litros embotellados

En previsión de lo que puede estar por llegar, la Consellería de Educación ha hecho acopio de 55.000 litros de agua embotellada. El tirón de orejas de la Xunta al Concello por no informar de los resultados de las analíticas tiene continuidad en la llamada al orden que la Consellería de Sanidade ha hecho a la empresa concesionaria del agua en Vigo, Aqualia, que es la única a la que el Concello da credibilidad a la hora de hacer los análisis. Según exponen en este departamento autonómico, la empresa Aqualia, que ha declinado hacer declaraciones a La Voz, también ha incumplido su obligación de enviar a Sanidade todos los informes que realiza, haciéndolo tan solo de forma parcial o remitiéndolos incompletos.

La situación en Canido

Ayer, el Concello, ante las acusaciones hechas el viernes por el Gobierno de Feijoo, aseguró que el agua de Canido es potable. La afirmación se basa en la analítica realizada ayer por la mañana en esa zona de la ciudad, que ofreció un resultado inferior a los 600 microgramos de hierro por litro. Aun así, en el gobierno local sostienen: «El agua de Canido es potable». El muestreo, según las mismas fuentes, lo hizo Aqualia en la línea de abastecimiento que da directamente al colegio Ría de Vigo: «A Xunta de Galicia, novamente, terá que rectificar a información na que asegura que a auga desta parroquia non é potable. O goberno de Vigo reclámalle responsabilidade á Administración autonómica dado que esta é a cuarta vez que quere alarmar á poboación viguesa».

Análisis

Ciudadanos en medio del fuego cruzado

El pulso eterno que mantienen el Concello de Vigo, con Abel Caballero de alcalde, y la Xunta ha reforzado la posición política del regidor en la ciudad en forma de votos masivos (17 de 27 concejales posibles). Cualquier cuestión relacionada con la gestión de Vigo sirve para iniciar una nueva guerra dialéctica con San Caetano que, en esta ocasión, ha ido a más al destaparse que dos colegios de Vigo con cerca de 300 niños matriculados consumieron agua no potable, según varias analíticas. El Concello no ha entrado a valorar por ahora la situación del colegio de Teis. En cuanto al de Canido sostiene que es culpa de las tuberías, que son viejas. Añade que en el resto de esta parroquia la situación es buena, algo que la Xunta niega. Es decir, en las dos trincheras de esta guerra cargada de fuego verbal cruzado aseguran tener la razón usando informes técnicos sin lograr sentarse para unificar criterios con el ánimo de al menos tranquilizar a la población, que ya tiene asumido que al agua, aunque no alcance los valores necesarios para no ser potable, sale del grifo sin saber qué consecuencias puede acarrear a medio plazo.