El aumento de las patologías respiratorias y de los ingresos vuelve a saturar las urgencias hospitalarias

E. Á. SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

RAMÓN LEIRO

Los complejos hospitalarios gallegos han reforzado el personal y habilitado más camas

13 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Vuelve el frío, vuelven las patologías respiratorias y vuelve la presión de las urgencias hospitalarias, con pacientes pendientes de ingreso y esperando en los pasillos, pese a que los complejos sanitarios admiten que han reforzado personal y habilitado camas que estaban inoperativas.

El Álvaro Cunqueiro es quizás el más saturado. Casi una treintena de personas amanecieron ayer sin cama y se atendieron en 24 horas 428 pacientes adultos, casi cien más que la media. Fuentes de urgencias aseguran que hubo esperas de entre cinco y seis horas para un traslado en ambulancia, y el porcentaje de ingresos es mayor que en otra época. Casi todos los complejos coinciden en que la tasa de ingresos está siendo más alta, lo que complica la búsqueda de camas. En este hospital se desdoblaron 68 habitaciones para tener más espacio. De momento la saturación se mantiene y en el Meixoeiro sigue cerrada toda una planta quirúrgica, con 60 camas. El presidente de la junta de personal del área, Ángel Cameselle, ha reclamado su apertura.

El CHUS también ha tenido que reabrir la planta de medicina interna del Gil Casares, ocupando de momento 18 de las 42 camas. Por la tarde había más de una veintena de pacientes pendientes de ingreso y una decena en el pasillo de entrada. Desde la gerencia recuerdan que el mayor número de ingresos, unido a la disminución de altas por el puente, han provocado que haya que reabrir habitaciones del Gil Casares, así como reforzar personal. En 24 horas hubo 459 urgencias, cuando la media son 350.

Una situación similar se vivió en el complejo hospitalario de Ferrol, con veinte enfermos aguardando una cama ayer y, según afirmó el sindicato médico CESM, alguno esperando desde el domingo. La gerencia asegura que se ha producido un pico de demanda, pero que los pacientes están encauzados.

En el Chuac el número de enfermos pendientes de ingreso era mayor, de medio centenar, con usuarios en los pasillos en camillas y sillas de ruedas, tal y como denunció la presidenta de la comisión de centro. La gerencia afirma que no ha habido ningún recorte ni improvisación y que el cien por cien de las camas están operativas. El lunes, por ejemplo, se registró un incremento del 15 % en la demanda de urgencias.

En el Montecelo, en Pontevedra, lunes y martes fueron días complicados en los que hubo que reforzar personal médico y de enfermería. Trabajadores sanitarios y de ambulancias insisten en la saturación, con pacientes en camillas pendientes de ingreso.

En el HULA el personal lamentó la elevada presión asistencial y la escasez de camas, pese a que la gripe aún está en una fase sin grandes variaciones. Mientras, en el CHUO explican que, aunque estos últimos días se ha notado un repunte de la actividad propio de la época, el porcentaje que más ha subido es el de ingresos ordenados por los facultativos. Un ejemplo gráfico de esa realidad demográfica es la edad media de estos ingresados, la mayoría en medicina interna. El lunes esta media fue de 83 años y la persona más mayor tenía 103.

Sin pico de gripe

Ha aumentado la presión de las urgencias por las patologías respiratorias, pero la gripe todavía no circula con mucha intensidad y se mantiene en un nivel basal con una difusión esporádica. De momento el 55 % de los mayores de 65 años se han vacunado contra este virus, pero hasta el día 29 de este mes todavía es posible hacerlo.

Con información de Dolores Cela, Ángel Paniagua, Fina Ulloa, Bea Abelairas, Dolores Vázquez y Cristina Barral.