El enemigo invisible que matará este año a tres gallegos

Luis C. Sandoval REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

La Xunta alerta sobre el monóxido de carbono, que cada invierno provoca tres víctimas en Galicia

07 dic 2017 . Actualizado a las 15:39 h.

Ojalá que no ocurra, pero si se cumple la estadística, este invierno tres personas morirán en Galicia por la inhalación de monóxido de carbono (CO). Es la media de los últimos años que se ha cobrado este enemigo silencioso: el producto de una combustión defectuosa sin ventilación. El monóxido de carbono no se ve ni se huele. Ese es uno de sus principales peligros. Y respirado en grandes dosis es mortal.

Para evitar la luctuosa lista de víctimas que provoca anualmente el CO, la Xunta dio a conocer una serie de consejos sobre el uso de los diversos aparatos domésticos que pueden derivar en este tipo de accidentes. El principal es, desde luego, un buen mantenimiento de electrodomésticos como el calentador, las estufas o cualquiera que funcione a base de combustión. Y, si el uso se produce en una estancia cerrada, es preciso llevar a cabo una ventilación frecuente.

La Xunta desaconseja el uso de los tradicionales braseros de leña en las viviendas. Para aquellos que no puedan prescindir de su uso, pide que se mantengan siempre a la vista y que se apaguen del todo cuando el usuario se vaya a dormir. La ventilación de la estancia debe ser también tenida en cuenta para evitar la acumulación del gas. Asimismo, está desaconsejado el uso del carbón dentro de la vivienda, ni siquiera en las chimeneas, o el uso del horno de gas de la cocina como medida para calentar la casa.

Muchas de las muertes causadas por la inhalación de monóxido de carbono llegan mientras las víctimas duermen. De hecho, se conoce también como muerte dulce porque su inspiración no produce sensación de ahogo. Sin embargo, existen algunos síntomas que sí podrían alertar del problema en su fase inicial. Así, en bajas concentraciones en el aire el CO provoca falta de aliento, náuseas y mareos ligeros. A medida que va penetrando en el organismo, los síntomas se complican y derivan en dolor de cabeza, mareos, náuseas intensas, confusión mental progresiva e incluso desvanecimientos. En cantidad suficiente, el gas es capaz de acabar con su víctima en pocos minutos.

Algunos detalles pueden apuntar a una combustión incorrecta susceptible de provocar una intoxicación. En los aparatos que funcionan con gas, por ejemplo, el cambio de tono de la llama, más amarilla y menos azul, indica problemas que aumentan la generación de monóxido de carbono.

La Xunta recomienda que, en caso de encontrarse en un ambiente cerrado con un aparato de combustión encendido y sufrir alguno de lo síntomas relacionados, debe apagarse cuanto antes el aparato, ventilarse la estancia y salir para respirar aire fresco.

Durante el año 2016, 14 personas tuvieron que ser ingresadas por intoxicación de CO en Galicia y anualmente se producen alrededor de un centenar de alarmas que son atendidas por los servicios de emergencia, aunque normalmente solo se confirman una cuarta parte. Las personas más vulnerables son las embarazadas, los bebés, niños pequeños y personas de edad avanzada, anémicos o pacientes con problemas vasculares o respiratorios.