El BNG golpea en el punto débil de En Marea

Domingos Sampedro
domingos sampedro SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Ed

La crisis catalana le sirve a Ana Pontón para hacer aflorar las contradicciones internas del partido de Luís Villares

26 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

A punto estuvieron En Marea, y la antecesora AGE, de darle la estocada definitiva al BNG. Desde que Xosé Manuel Beiras y los irmandiños dieron la estampida y empezaron a tener más alegrías en las urnas que el propio Bloque, el sustrato electoral de su antigua organización se fue achicando cada vez más, hasta el punto de condenar al BNG y a sus siglas a ensayar su propio entierro -fue rebautizado como Nós en las generales- y a invocar la refundación como algo inminente. 

Ya con Ana Pontón al frente, las autonómicas del 2016 hundieron un poco más al BNG, cierto que menos de lo previsto, y tuvo que encajar el golpe emocional que supuso ver a En Marea arrebatándole en el Parlamento las dependencias ocupadas por los nacionalistas durante décadas.

Aunque no tardaron los de Pontón en encontrar el talón de Aquiles de la única formación que compite en su mismo espacio. Le vino servido en bandeja con la crisis territorial provocada con el desafío independentista de Cataluña, un asunto al que se sumó En Marea de inmediato para forzar una quiebra del modelo de Estado y «acabar con este régimen de una puñetera vez», como propuso el propio Beiras el pasado julio, en la Universidad Progresista de Verano de Cataluña.

Pero con este asunto En Marea y Podemos no tardaron en descubrir que entre el original y la copia se suele preferir el original. Y el intento de orillar al BNG de una discusión en torno al soberanismo y la identidad solo sirvió para sacar a la luz las enormes contradicciones que convivían en el conglomerado de fuerzas rupturistas, donde hay algún independentista convencido, como seguramente son los de Anova, pero a cuyo lado campan unionistas, federalistas y algún que otro antinacionalista criado en la cultura de Comisiones y del PCE.

En los cuarteles del BNG tenían muy presentes estas contradicciones, así que se apresuraron a prepararles alguna carga explosiva a los de Luís Villares. La primera estalló el mes pasado en pleno debate sobre el estado de la autonomía, con una resolución registrada por el Bloque para reconocer la validez de los resultados del referendo catalán. Cuatro diputados de En Marea (tres de Podemos y la secretaria xeral del PCG) se negaron a pulsar el botón verde y estalló la polémica, la primera ruptura de la disciplina de voto de los rupturistas.

Este pasado miércoles, el BNG repitió la operación con otra resolución para reprobar la aplicación del artículo 155 en Cataluña. Y en Marea mordió de nuevo el anzuelo, aunque intentó evitar la escandalera con la burda maniobra de que se ausentaran de la votación los diputados que iban a romper la disciplina de voto.

En el BNG, cuya iniciativa obtuvo solo seis votos de los 75 posibles, sonrieron tanto como si se aprobara, pues la nueva carga explosiva detonó en el objetivo. Dentro de En Marea ya hay quien cree que el Bloque dio con su aguja de marear y temen que lleguen más trampas. Aunque el tiempo dirá si el marchamo independentista le dará al BNG la oportunidad de resurgir de las cenizas para volver a volar como la mítica ave fénix.