Cuando tu trabajo se llama fuego

Gladys Vázquez REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Gladys Vázquez / Emilio J. Cerviño / Daniel Portela

El mando único, más personal fijo y un aumento de la formación, son algunas de sus reclamaciones

17 nov 2017 . Actualizado a las 11:39 h.

Reconocen que aún les duele el corazón y que les va a seguir doliendo mucho tiempo. Ellos son una representación de los gallegos que miran al fuego cara a cara. Hace un mes veían arder ante sus ojos 49.000 hectáreas de monte. No era la primera vez. Porque aunque llevan a su espalda varias olas de incendios, todos coinciden: lo que sucedió el pasado 15 de octubre no fue normal. Y es que hacía mucho que no se encontraban con una situación tan terrible: el monte ya no era lo primero. Tenían que salvarle la vida a cientos de vecinos.

armando

En el monte desde 1990

«Que como era todo cando comecei? Levaba as botas e o pantalón da mili ao lume. Despois houbo material en abundancia. Agora nin material, nin nada», explica Armando, jefe de una brigada pública durante 20 años. No quiere dar su apellido. No quiere problemas, pero sí sitúa su área de acción: O Xurés. Ahora tiene 55 años y se siente cada vez con menos ánimo. Lo que más echa de menos es la formación. «A xente nova non recibe ningún curso da Xunta. Nin dos concellos, nin de Seaga». Y es que los veteranos se encuentran con muchas situaciones en las que tienen que ayudar a los novatos. «Cando todo o levaba a Xunta, funcionaba mellor. Aínda así, o de outubro non foi comparable ao 2006. Na miña zona, o monte foi o que menos nos preocupou. Sacamos aos veciños da cama!».

Sobre las causas, Armando no coincide con la opinión de los expertos. «Isto estivo organizado. Prendéronlle lume e punto».

PABLO LÓPEZ

33 años y 15 en extinción

A pesar de su juventud, Pablo López sabe lo bueno y lo malo de este trabajo. Formó parte de la brigada municipal de Triacastela. Ahora está en la helitransportada de Marroxo, pero «aínda así traballo nove meses». A Pablo, octubre ya le daba malas sensaciones. «Estaba sendo movido. Actuamos na vaga no Xurés, O Courel, Cervantes...». Fueron algunas de las zonas más complicadas. El domingo 15 trabajaron 27 horas seguidas. «Despois destas situacións habería que sentarse. Analizar os fallos. Non se fai. Tampouco hai formación», lo dice serio, convencido de que esto se va a repetir y «cada vez máis preto das vivendas». En solo 15 años él ya ha notado que el fuego es más virulento. «As cousas seguen igual ou peor: o persoal envellece, non se cobren as prazas...», explica.

NACHO MAGARIÑOS

Un trabajo de solo 90 días

Nacho Magariños tiene 40 años y es uno de esos bomberos forestales que trabaja tres meses al año. «2017 está a ser excepcional. Houbo prórroga dúas veces». Ahora es jefe de brigada para Seaga y suma 11 años de experiencia. Su zona de trabajo es Pontevedra-Salnés, pero una gran emergencia le puede llevar a cualquier punto de Galicia. «Os lumes do 2006 colléronme acabado de chegar. Os compañeiros xa dicían que aquilo non era normal. O lume estaba cerca das casas e para iso non estamos preparados». Los veteranos de aquella brigada C8 no sabían moverse por zonas urbanas. Nacho confiesa que tenía cero formación. «Apréndenche os veteranos. Cada lume real foi unha clase». Enamorado de su trabajo, cada año se plantea no volver. «Non podemos vivir disto. Non hai profesionalización nin unificación. Precisamos un servizo público». Nacho fue uno de esos bomberos forestales que se fue a la calle el pasado 12 de octubre. El 13 ya sabían que volvían al trabajo casi de inmediato. Ophelia y aquel terrorífico domingo 15 se estaban asomando. «Pasámolo mal. O persoal non era suficiente. Estivemos na Armenteira e o vento era infernal. Crías que estabas nunha zona sen perigo e o vento levantaba as chamas». Nacho destaca el esfuerzo de los compañeros e insiste en que esta situación se repetirá. «O tempo é o que é, pero hai que cambiar a política forestal: o monte ten moita materia vexetal. Se un lume non se controla, deseguido se converte nun GIF [un Gran Incendio Forestal]. Eses son os incendios que nos esperan agora. Hai que fomentar o rural e que o servizo de extinción sexa único, público e coordinado co resto das emerxencias», explica Nacho.

RAFA cudeiro

No empezó sus vacaciones

Después de 25 años como agente forestal, Rafa Cudeiro no recuerda una situación ni parecida a la del 15 de octubre. «O vento aquí tamén era moi forte e a visibilidade nula. Non viamos máis aló de 50 metros». Y eso que estaba trabajando en su zona, Allariz y Maceda. «Non sabiamos se o lume estaba por diante ou por detrás». Tanto que confundió un nuevo incendio con el mismo en el que ya estaban trabajando. En el 2006 trabajó en Boiro y Carnota. «Foi moi similar, pero o lume foi aparecendo durante días, non durante horas», explica. Para este profesional de Medio Rural que renunció a sus vacaciones, una de las soluciones está en actuar sobre los datos ya conocidos. «En cada distrito ten que haber un grupo de investigación. Se actuamos sobre as causas, isto cambiará». Pero no lo deja ahí. «Ten que haber máis xente profesional. Non valen as brigadas dos concellos. Hai traballadores que están un ano e xa non volven. O persoal está a renovarse constantemente. Necesitamos profesionais de verdade», asegura.