Buscan a un gallego afincado en Venezuela como cabecilla de una red internacional de transporte de cocaína

Susana Luaña Louzao
Susana Luaña SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Agentes de la Guardia Civil en una imagen de archivo
Agentes de la Guardia Civil en una imagen de archivo MARTINA MISER

La Guardia Civil detuvo a 40 personas y se incautó de cuatro toneladas de droga; 870 kilos estaban en un chalé de Vedra

17 nov 2017 . Actualizado a las 18:03 h.

La Guardia Civil desmanteló una organización internacional de tráfico de cocaína dirigida, supuestamente, por un gallego afincado en Venezuela y que está en busca y captura. La operación Ventus se saldó con 40 detenidos, entre ellos seis mujeres, y la incautación de cuatro toneladas de cocaína en diferentes puntos de España y Marruecos; entre ellos, los 750 kilos hallados el pasado mes de agosto en un chalé de Vedra. La operación, que contó con la colaboración de Europol, Eurojust, la DEA y las policías alemana, italiana y marroquí, se desarrolló en su ramificación gallega coordinada por el grupo ECO-Galicia de la Guardia Civil.

La investigación empezó en el 2016, cuando se interceptó un velero con destino al puerto de Cádiz con 400 kilos de coca ocultos en la proa, en un doble fondo con planchas de hierro. Fue así como se tuvo constancia de una red de transporte de cocaína procedente de Venezuela hasta las costas andaluzas y levantinas. En el chalé de Vedra, próximo a Santiago, se localizaron 750 kilos de coca que iban a ser transportados en una autocaravana hasta Vigo, y se detuvo a las personas que ocupaban la vivienda, naturales de Vigo, Bilbao y Burgos. En Lloret del Mar se encontraron 130 kilos más ocultos en un habitáculo, con destino a Inglaterra y que habían salido también del chalé de Vedra. En total, la operación se saldó con la aprehensión de 1.270 kilos de coca en España y 2.580 kilos en Marruecos, además de la incautación de 13 millones a una red a la que se le acusa también de blanqueo de dinero.

El cabecilla, un gallego asentado en Venezuela, contaba con colaboradores en el País Vasco y en Melilla, los primeros para el transporte de la droga y los segundos para el blanqueo de dinero. Había creado una empresa de transporte de muebles de madera que se enviaban a Venezuela en contenedores en los que se ocultaban billetes de 200 y 500 euros. También utilizaba a personas de escasos recursos que ocultaban el dinero entre sus pertenencias en vuelos con destino a Venezuela. Más de ocho millones de euros fueron interceptados en el puerto de Valencia y otros cuatro en vuelos procedentes de Málaga y Melilla.

En total se confiscaron a la organización 18 vehículos (entre ellos la autocaravana en la que se trasladaba la droga), tres barcos y otros bienes por valor de catorce millones de euros. La droga interceptada tendría un valor en el mercado superior a los 103 millones.