Tras la pista de las reliquias del Prestige

Pablo González
Pablo González REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

JOSE MANUEL CASAL

Varias piezas las guarda en Madrid la empresa que las peritó. Parte de un bote está en un cámping y una tapa acabó expuesta en el Museo do Mar

15 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Las dos secciones del Prestige, la de proa y la de popa, están hundidas a 220 kilómetros de la costa gallega, separadas por unos 3.500 metros y a profundidades diferentes. La proa está a 3.820 metros. La popa, a 3.545. El petrolero y su rastro de fuel marcaron la historia reciente de Galicia pero ¿qué quedó del barco en tierra firme? ¿Se conserva alguna reliquia? Hay constancia de que en el puerto de Camariñas se guardaron durante algún tiempo los restos de un bote salvavidas del petrolero, aunque se desconoce qué pasó con él. La popa estaba destruida y, curiosamente, la parte trasera de un bote -probablemente el que acabó en Camariñas- apareció en la playa del castro de Baroña. El dueño del cámping Valverde, en Corrubedo, la recuperó con una excavadora mientras limpiaban esa playa. Pesa 100 kilos y está expuesta como si fuera una escultura, «a la intemperie, cerca del restaurante», explica el propietario Manuel Romero.

En la torre de control de A Coruña, donde inicialmente se guardaron algunas piezas de los cortes que se realizaron para extraer el fuel del pecio, ya no queda nada, según confirman diversas fuentes. Estos mismos funcionarios dan la pista de su posible ubicación: durante la instrucción judicial fueron puestas bajo custodia y, después, entregadas a la empresa SGS (Société Générale de Surveillance), a la que se le encargó su análisis para ver si se podía demostrar la debilidad estructural del petrolero.

Efectivamente, tras algunas gestiones para comprobarlo, fuentes de la empresa confirmaron que esas piezas siguen en su poder y están almacenadas en Madrid. «Hasta que el juzgado nos autorice, seguirán custodiadas por nosotros», aseguran. Se trata de cinco piezas con forma de disco que se cortaron en cubierta para extraer el fuel de los tanques con las lanzaderas. Además, hay una plancha de estribor que se extrajo solo para la investigación pericial sobre el estado estructural del barco. La tapa de una bita expuesta en el Museo do Mar de Vigo es otro de los escasos testimonios materiales que se conservan del barco. En su momento, el perito de SGS que analizó la plancha lamentó que no fuera representativa del estado del buque. En el juicio, declaró que debía haberse extraído más cerca de la zona dañada en la avería inicial. «La pieza estaba fetén», le espetó el abogado del capitán, José María Ruiz Soroa. Dado que el caso está cerrado, quizás algún museo científico quiera interesarse por estas piezas como testimonio de la mayor catástrofe ecológica de la historia de Galicia.

XOAN A SOLER

Estas son en principio las únicas reliquias del Prestige. Ni siquiera en el hangar del Helimer hay rastro del barco accidentado frente a la costa gallega hace quince años, y eso que suelen llevarse alguna prenda -un salvavidas, por ejemplo- de los casos de salvamento más emblemáticos. En aquella ocasión no estaban para esto. Había que evacuar a la tripulación con una de las peores tempestades que se recuerdan.