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La velutina está ya en tres de cada cuatro concellos gallegos

M. S. REDACCIÓN / LA VOZ

AGRICULTURA

MARCOS CREO

Solo el interior y el este de la provincia de Ourense se libran de momento de su presencia

14 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

A finales del 2014, hace solo tres años, la velutina apenas se conocía en una decena de concellos del Baixo Miño en la provincia de Pontevedra y en la comarca de A Mariña en Lugo, y empezaba a asentarse, aún tímidamente, en el área de influencia de A Coruña. Un año después, la avispa asiática había colonizado prácticamente toda la provincia de A Coruña y la mitad occidental de la de Pontevedra, además de mantenerse en el norte de la de Lugo. Al finalizar el 2016, la avispa velutina se había extendido por las provincias de A Coruña y Pontevedra y la mitad norte de la de Lugo. A mes y medio de que concluya el 2017, el insecto llegado de Asia ocupa ya casi la totalidad de las provincias de A Coruña, Pontevedra y Lugo y los municipios del área occidental de Ourense.

A estas alturas, la velutina está ya presente en tres de cada cuatro concellos gallegos y solo el centro y el este de la provincia ourensana están todavía libres de la invasión de esta especie. En el sur de la provincia de Lugo, donde el año pasado la velutina apenas tenía presencia, están ya apareciendo nidos, aunque de momento no de forma masiva.

A pesar de que hasta hace poco tiempo los científicos creían que la velutina no iba a colonizar las zonas de alta montaña en Galicia, porque es una especie a la que no le gusta la altura, se ha detectado ya su presencia en zonas altas. De hecho, en municipios como Navia de Suarna o Cervantes han aparecido ya nidos. En realidad, lo que han observado quienes realizan estudios sobre esta especie es que se adapta con mucha facilidad a los cambios y a las condiciones ambientales de las zonas en las que se asienta, de manera que quizás la altura acabe por no ser un problema para ella y la velutina llegue a colonizar toda Galicia.

Mientras, las investigaciones en marcha siguen tratando de encontrar fórmulas para frenar la propagación de una especie depredadora de abejas que causa graves perjuicios a sectores como el de la apicultura o el de la fruta. La búsqueda de un biocida que no afecte a otros insectos es el gran objetivo.