El plante de Carmela Silva y Darío Campos al Parlamento crea la primera crisis en el nuevo PSdeG

Mario Beramendi Álvarez
mario beramendi SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

PACO RODRÍGUEZ

El PP le pide a Gonzalo Caballero que interceda para que ambos comparezcan en la Cámara gallega

04 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Las incomparecencias en el Parlamento de los socialistas Darío Campos y Carmela Silva para dar cuenta de forma voluntaria de los presupuestos de las Diputaciones de Lugo y de Pontevedra, una tradición que se remonta a los tiempos de Touriño, desencadenaron ayer una nueva refriega política en O Hórreo. Esta decisión, justificada por ambos en el ninguneo presupuestario de la Xunta a sus respectivas provincias, colocó ayer en una difícil postura al grupo parlamentario socialista, y de rechazo al partido, que estrena liderazgo con Gonzalo Caballero y que afronta su primera crisis.

El mensaje de los diputados socialistas fue el de justificar las incomparecencias. En esa línea se expresaron tanto Luis Álvarez, elegido por Lugo, que habló por la mañana en la comisión a la que faltó Darío Campos, o el de Patricia Vilán, por Pontevedra, que hizo lo propio en la ausencia de Silva. «Respectamos a autonomía e entendemos os seus motivos, pero preferiríamos que compareceran», apuntó Vilán por la tarde. Los movimientos de Carmela Silva y de Darío Campos son interpretados no como un pulso a la Xunta sino al nuevo líder del PSdeG, y una forma de marcar territorio ante el liderazgo de Caballero. Pese a ello, Carmela Silva advirtió ayer a Feijoo que se «acabaron los tiempos de control de la administración local».

Acuerdo incumplido

En el Parlamento, el grupo del PPdeG acusó a los ausentes de faltarle al respeto a los gallegos al existir un acuerdo de los cuatro grupos para las comparecencias. Fue el mensaje lanzado por el diputado lucense Daniel Vega, y similar al expresado por la tarde por el pontevedrés Alberto Pazos Couñago. «Después de la existencia de un acuerdo de las cuatro fuerzas esta es una afrenta intolerable al Parlamento».

Por la mañana, casi a la misma hora que el socialista Luis Álvarez justificaba al ausente Darío Campos, el secretario xeral del PP, desde la sede, se despachaba a gusto y reclamaba a Gonzalo Caballero que intercediera ante Silva y Campos para que rindiesen cuentas en la Cámara gallega. «Pregúntome se o novo secretario xeral do PSdeG aposta por un partido que non dá a cara, que non rende contas, e que non respecta as institucións», ironizó Miguel Tellado.

Valentín Formoso, en cambio, sí compareció ayer en la Cámara para informar sobre la situación de la Diputación de A Coruña, institución que preside. El alcalde de As Pontes no quiso entrar a valorar las ausencias de Silva y Campos, al entender que tienen autonomía para tomar sus decisiones, y que él respeta. Sobre las razones para acudir, Formoso recordó a Touriño. «Esta iniciativa a puxo en marcha o Parlamento en tempos de Dolores Villarino para dar resposta a una demanda cidadá, que era que as administracións se coordinaran entre elas; non é tanto vir render contas», puntualizó Formoso.

La posición de Villarino

La expresidenta de la Cámara gallega, y una de las valedoras del liderazgo de Gonzalo Caballero, no cree que deba levantarse una polémica por esto. Preguntada al respecto, Dolores Villarino ironizó sobre el debate. «¿Sería mejor que fueran? Pues por supuesto que sí, pero tampoco hay que exagerar y no pasa nada, porque el PP ya lo hizo y no se montó tanto revuelvo», sostuvo. El Bloque criticó ayer las incomparecencias porque en el Parlamento gallego se debe estar siempre para rendir cuentas, según Xosé Luis Rivas, por ser depositario de la voluntad ciudadana. La crítica se produce a pesar de que los nacionalistas son socios de gobierno de los socialistas tanto en A Coruña como en Pontevedra. Eva Solla, de En Marea, también criticó la ausencia de los presidentes de Lugo y Pontevedra.

Baltar comparece y desata las críticas de la oposición

José Manuel Baltar, presidente de la Diputación de Ourense, defendió ayer su comparecencia en el Parlamento en aras de respetar las instituciones y la transparencia, pero recibió duras críticas por parte de la oposición por el atraso económico y la crisis demográfica que sacude a la provincia de Ourense. «Menos mal que os catro anos do bipartito de Quintana e Touriño foron un paréntese inesquecíbel de progreso», sostuvo irónico José Manuel Baltar.