El fenómeno de las peleas concertadas: «Pasa lo que pasó siempre, pero si pasa los jóvenes lo graban»

M. S. REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Psicólogos y educadores analizan las peleas concertadas de jóvenes a raíz del caso de A Guarda

31 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Un fenómeno de siempre modificado por el impacto de las nuevas tecnologías. Es el análisis en el que coinciden psicólogos y educadores con respecto a la pelea concertada en A Guarda que se difundió por WhatsApp. No es la primera vez que ocurre algo semejante -las convocatorias a través de las redes sociales de peleas de jóvenes en Lugo y A Coruña fueron noticia recientemente-, aunque «tampoco se da todos los fines de semana», destaca Gonzalo Sotelo, del equipo de investigación tecnológica de la Guardia Civil de Pontevedra.

El origen

Los motivos de siempre

Las peleas de adolescentes o de jóvenes (los dos contendientes de A Guarda tenían 19 y 20 años) no son nada nuevo. «Lo de quedar para pelearse viene de la época de los duelos», sostiene Isabel Ruso, educadora y presidenta de la Asociación de Directores de Secundaria de Galicia. Ni tampoco los motivos son nuevos. «Supongo que son los mismos de siempre, las relaciones personales», dice Sotelo. «La tensión agresiva y la rivalidad se da más con el semejante. Es el fenómeno de toda la vida, el enfrentamiento entre barrios, las peleas entre pueblos en las verbenas [en este último caso se investiga el papel de las rencillas entre localidades, pues uno de los jóvenes era de A Guarda y otro de O Rosal]», explica el psicólogo Manuel Fernández Blanco. Una «tensión agresiva» que se agudiza en la colectividad: «Para muchos, la mayor de las tonterías si las propone el grupo o, en el caso de los hombres, si se apela a la virilidad, son irresistibles», añade Fernández Blanco.

las novedades

El impacto de las redes

El fenómeno es el de siempre, «pero ahora entra en juego el factor tecnológico -destaca Sotelo-, y se amplifica y se publicita». «Pasa como pasó siempre, pero si pasa los jóvenes lo graban. Eso significa que te enteras más y que genera más alarma social», insiste. «Hay un nuevo medio y una difusión mucho mayor. Antes, para ver la pelea había que asistir a ella», dice Fernández Blanco. Una idea en la que también insiste Ruso: «Ahora esto no es solo un fenómeno de 20 o 30 personas». Lo nuevo, añade Fernández Blanco, «es la necesidad de dar a ver. Ya no es necesario solo hacerlo, sino también mostrarlo, de manera que a veces hay incluso una puesta en escena. De lo que ocurre allí se va a enterar mucha más gente: es el orgullo amplificador». Es «una manifestación más de que hoy casi todo tiene que pasar por una pantalla».

la solución

El papel de la educación

Como educadora, Isabel Ruso deja claro que las peleas concertadas no son un fenómeno generalizado, ni siquiera frecuente, entre los jóvenes. Pero existen y que no sean la norma «no significa que no tengamos que estar preocupados». No hay soluciones mágicas para acabar con estas prácticas, concuerdan los expertos. Pero todos destacan la importancia de la educación y de la concienciación. «Manejamos las redes sociales de una forma muy peligrosa, y tenemos que enseñar a los chiquillos a usarlas y concienciarlos de que participan de la misma manera en hechos de este tipo quienes lo hacen directamente que quienes lo difunden», dice Ruso. Gonzalo Sotelo insiste en la misma idea: «Es una cuestión de educar y de concienciar. Es complicado que a día de hoy no salga una imagen, pero lo importante es que los jóvenes conozcan el alcance de lo que hacen, e incluso el alcance legal que puede tener». Para Fernández Blanco, «solución absoluta no hay [...] y alguien que pretenda dejar la violencia en nivel cero es un ingenuo», pero sí se pueden hacer cosas. De hecho, «en el 34 hubo una declaración de independencia en Cataluña que duró diez horas y hubo 80 muertos. Ahora la gente se fue a tomar cañas. A nivel de civilización, parece que las cosas han cambiado para bien».