El dispositivo antiincendios varía hasta en 4.700 efectivos según la época

Xurxo Melchor
xurxo melchor SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

VÍTOR MEJUTO

Medio Rural considera que el operativo es flexible y se adapta a los niveles de riesgo

23 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Desestacionalización. O, lo que es lo mismo, ofrecer distintas alternativas en función de la época del año. Tras la ola de incendios que el 14 y 15 de este mes arrasó al menos 35.500 hectáreas, el término está muy presente entre las voces que critican el dispositivo gallego de lucha contra los incendios forestales. Especialmente, entre los colectivos de brigadistas que trabajan solo tres meses al año y que sostienen que, debido al cambio climático, los fuegos ya no se circunscriben al verano y que la Xunta debería ampliar sus contratos para que estuviesen operativos más tiempo.

Medio Rural no lo ve así. Considera que el dispositivo previsto en el plan de prevención y defensa contra los incendios forestales de Galicia (Pladiga) ya es lo suficientemente «potente e flexible» y que permite adaptarse a las distintas circunstancias de cada momento del año. «De feito, xa se produce unha adaptación natural coa progresiva incorporación de persoal a medida que se incrementa o nivel de risco e o seu paulatino repregue cando estea baixa», señala la consellería.

Lo cierto es que los efectivos con los que cuenta la Xunta para poder hacer frente al fuego en los montes pueden llegar a variar hasta en 4.700 personas en función de la época del año. Los meses en los que el despliegue cuenta con menos personal son diciembre, enero y febrero. El invierno es la época de menor riesgo y el dispositivo baja a 2.292 personas, de los que 1.369 corresponden al personal fijo de la Consellería de Medio Rural, 498 a los parques de bomberos comarcales y de las ciudades, 366 a los 24 grupos de emergencias supramunicipales (GES) y 59 al personal del Estado.

En marzo, se suma a este dispositivo el personal fijo-discontinuo de la Xunta con contrato de nueve meses. Son 610 brigadistas que están operativos el resto del año, hasta salir en diciembre, elevando a 2.902 los efectivos disponibles. Esta es la época de riesgo medio de incendios, mientras que en julio y durante el verano se eleva la alerta a máxima. Es cuando se produce el mayor incremento de personal. 

Alerta máxima

En los tres meses de verano se incorporan las brigadas municipales, que este año han sumado 1.765 personas, además de los 500 brigadistas de la empresa pública autonómica Seaga y los 436 fijos-discontinuos de la Xunta cuyos contratos solo son de tres meses. En total, suman 5.603 efectivos, a los que aún hay que añadir el personal de refuerzo que aporta la Policía Nacional, la Guardia Civil y el Ejército, que extienden esta cifra hasta los 7.000.

En octubre, los refuerzos de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado dejan Galicia, con lo que el operativo vuelve a tener un máximo de 5.603 efectivos, como ha ocurrido este año, en el que las condiciones meteorológicas adversas y la grave sequía hicieron necesario prorrogar los contratos de las brigadas municipales, del personal de Seaga y de los fijos-discontinuos de la Xunta con contratos de tres meses. Sin esta amenaza de incendios, que hizo que a principios de mes la Xunta ampliase el período de alerta máxima, esos tres colectivos profesionales habrían dejado ya el operativo.

Este sería el personal máximo disponible, aunque fuentes de Medio Rural aclaran que no todos los cuerpos están siempre completos al cien por cien. Puede haber bajas por diferentes motivos, como vacaciones o enfermedades. En este mes, por ejemplo, no estaban al completo las brigadas municipales.

Este mismo operativo se repite año tras año en su esencia, y la Xunta defiende que esta estabilidad es buena y que los cambios que hay que introducir para mejorar son normativos. Es decir, intensificar la lucha contra los incendiarios y lograr que se endurezcan las penas, especialmente para los que son reincidentes en el delito.

M.MORALEJO

La Xunta descarta el peligro de que las cenizas de los últimos fuegos lleguen a los ríos 

El temor a que las cenizas procedentes de los incendios puedan llegar a ríos, acuíferos y rías está hasta el momento descartado. Eso es al menos lo que cree la conselleira de Medio Ambiente, Beatriz Mato, con la prudencia que merece el seguimiento pormenorizado de la situación que, a juicio de Mato, volverá a analizarse en la reunión prevista para hoy lunes, en el marco de la reunión que mantienen varias consellerías «para facer unha valoración certeira da situación na que nos atopamos», señaló la conselleira en una entrevista en la Ser. «Polo de agora non hai perigo de riadas», lo que, de producirse, supondría un grave problema medioambiental.

Reconoció Beatriz Mato que las jornadas en las que se produjo la devastadora ola de incendios en Galicia se circunscriben «nunha situación na que houbo horas moi delicadas. Ter nove incendios nun mesmo sito non é normal. Pese a todo, os protocolos habilitáronse da xeito rápido», explicó.

La Serra do Xurés, O Courel y Os Ancares, todos ellos espacios protegidos, han sido algunos de las lugares más castigados por los fuegos, como ha explicado la titular de Medio Ambiente. Mato tuvo duras palabras para los incendiarios, a quienes calificó de «terroristas» porque «non só fan dano ao patrimonio medioambiental, senón a vidas humanas», por las cuatro personas muertas en los fuegos.

Insistió en que los incendios son «un problema que, prioritaria e ponderadamente, é máis de orde pública que de circunstancias provocadas pola natureza». 

Eliseo Trigo | Efe

Galicia, Asturias y Castilla y León se unen para pedir ayudas europeas

Las tres comunidades han decidido aunar esfuerzos para pedirle al Gobierno que tome la iniciativa para poder tener acceso a unos fondos que ya se distribuyeron en otros casos 

Los Gobiernos de Galicia, Asturias y Castilla y León han solicitado al Ejecutivo central que plantee a la Unión Europea que reduzca las exigencias necesarias para acceder a los denominados fondos de solidaridad europeos de forma que se puedan beneficiar las zonas afectadas por la última oleada de incendios.

En el 2015 Asturias ya solicitó esa medida, pero no fue atendida. Ahora, las tres comunidades han decidido aunar esfuerzos para pedirle al Gobierno que tome la iniciativa para poder tener acceso a unos fondos que ya se distribuyeron en otros casos aunque no se cumpliesen todos los parámetros. La decisión de solicitar esas ayudas la anunció ayer el consejero de Presidencia del Gobierno asturiano, Guillermo Martínez, tras contactar con sus homólogos de Galicia y Castilla y León, con los que también ha acordado solicitar al Gobierno central que flexibilice los criterios para las denominadas ayudas permanentes de protección civil que concede el Estado y que anteriormente correspondían a las zonas declaradas catastróficas. 

Los incendios llegan al Congreso

El PSOE pedirá explicaciones al Gobierno el miércoles en el pleno que celebrará el Congreso para debatir sobre las políticas de prevención de incendios forestales y las medidas que pretende poner en marcha el Ejecutivo para evitar en el futuro situaciones como las vividas la pasada semana en Galicia, Asturias y Castilla y León.

Los socialistas dirigirán una interpelación en este sentido a la ministra de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, iniciativa que dará lugar a la votación de una moción en el pleno de la semana del 6 de noviembre en la que podrían incluir una censura a la actuación del Gobierno.

En el texto, al que ha tenido acceso Europa Press, el PSOE denuncia que los fuegos registrados en el noroeste de España, que han dejado cuatro muertos en Galicia y decenas de miles de hectáreas calcinadas, han puesto sobre la mesa «la grave situación forestal» a la que se enfrenta el país «con un aumento del número de incendios» a lo largo del año.

A juicio de los socialistas, esta situación se debe a que actualmente «no basta con combatir los incendios únicamente con medios de extinción» que, a su juicio, «no son del todo necesarios. Debemos adaptar la prevención y la lucha contra los incendios a la realidad actual y ello exige un cambio de estrategia».