«Solo pudimos recuperar un álbum de fotos de nuestra hija»

A. Martínez / S. Varela / X. M. Rodríguez VIGO, LUGO, OURENSE / LA VOZ

GALICIA

Carlos Castro

Perdieron sus casas en los incendios del fin de semana. También se les han ido los recuerdos de toda una vida

20 oct 2017 . Actualizado a las 09:57 h.

Los fuegos del pasado domingo arrasaron muchas hectáreas de monte, pero también las viviendas de algunos gallegos que enfrentan estos días a la desolación de perder su hogar. El fuego arrasó por completo la vivienda de una familia de Nigrán, que lo perdió todo. «Solo pudimos recuperar un álbum de fotos de nuestra hija», afirma el propietario. «Aparte de eso, solo quedamos con una maleta que traía yo en el coche porque había estado de viaje», comentaba el jueves en la tienda de pinturas que regenta en A Ramallosa. La estructura de la vivienda quedó tan dañada que cree que posiblemente haya que tirarla y reconstruirla de nuevo. «El Ayuntamiento ya sabe de la situación y nos comunicaron que iba a haber ayudas. Si recibimos algo, bienvenido sea». De momento, solo tiene palabras de agradecimiento para los familiares y amigos que les están apoyando en este momento.

«Non quero moverme de aquí»

La vida de Antonio González, vecino de O Pando (Cervantes) está por completo vinculada a la casa que las llamas destruyeron por completo. La construyeron sus padres cuando él nació, hace 66 años, y en ella ha vivido siempre, primero con sus hermanos, que emigraron, y desde que falleció su madre, hace cuatro años, solo, con la compañía de tres perros. En la aldea, de muy difícil acceso y en pleno corazón de Os Ancares, solo vive un matrimonio mayor. «Eu non quero moverme de aquí, é a miña vida e non coñezo outra», reflexionaba el jueves. La Xunta le ha ofrecido dos alternativas: un piso de alquiler en una vivienda social en Becerreá; o un bono de alquiler de 175 euros al mes y durante tres años. Además, puede recibir una subvención de infravivienda por un importe de 15.000 euros. «Eu non vallo para vivir nunha cidade ou nunha vila. Estou enfermo e aquí vivo relaxado», explica González. Desde que le ardió su casa, no se separa de ella, dando paseos e intentando recuperar alguna pertenencia. La noche la pasa en una casa de la aldea que le deja un hermano, pero su ilusión es poder levantar un trozo de vivienda en el mismo lugar donde nació.

«Foi todo en media hora»

José Serrano Rodríguez tiene perfectamente pautada la tragedia vivida en la noche del domingo. Con un gallego en el que asoman las expresiones en portugués que delatan su presencia en la emigración brasileña. Regresó en el año 2000 a Carballeda de Avia para cuidar a su madre, y se quedó tras su muerte. Este vecino de Saa estaba en su casa natal. «Foi todo en media hora: faltaban dez minutos para a media noite e fun para a cama porque gusto de escoitar o parte deitado. Quería saber como ía o dos incendios porque estaba pendente do que pasaba e coñecía que o lume andaba por Melón. Se non é polo Marcos eu morría». Ese Marcos es un familiar que esa noche le preguntó si estaba en casa y ante la respuesta afirmativa se alarmó: «‘‘Marche, que vai morrer queimado, que está ardendo o pobo’’. Abrín a porta e xa estaba aí o lume. Sacoume a Garda Civil, e ás doce e vinte xa estaba en Carballeda coa xente evacuada». Se quedó literalmente con lo puesto -«só coa roupa do lombo»-, y con la satisfacción de salvarse -«‘‘Estou vivo e iso é o único que importa’’, foi o que me dixo ao vernos», recuerda el alcalde Luis Milia. José Serrano vive ahora temporalmente en casa de su prima Hortensia.