Investigan acciones coordinadas en la ola de incendios que asoló parte de Galicia

José Manuel Pan / E. V. Pita REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Oscar Vazquez

Ya no hay riesgo para viviendas después de que ardiesen más hectáreas que en todo el año

18 oct 2017 . Actualizado a las 07:38 h.

La Guardia Civil sospecha que la mayoría de los incendios forestales que asolaron Galicia entre el jueves y el domingo fueron intencionados. Es la primera hipótesis de trabajo de los investigadores del instituto armado, que en las próximas horas contarán con refuerzos de equipos especializados en la investigación de grandes incendios. Llegan desde Madrid para colaborar en la búsqueda del origen de los fuegos que sumieron a Galicia en el caos, que quemaron más hectáreas que en todo el año y que causaron la muerte de cuatro personas, dos de ellas atrapadas en un vehículo cuando intentaban escapar de las llamas en Chandebrito (Nigrán).

Pero las investigaciones policiales van más allá, según las fuentes consultadas. Las sospechas apuntan hacia acciones coordinadas de varias personas para provocar el mayor caos posible en el monte. Según esa teoría, las acciones delictivas empezaron ya el jueves día 12, cuando se iniciaron fuegos en espacios naturales de las provincias de Lugo y Ourense con varios focos simultáneos. La Xunta y la Delegación del Gobierno alertaron ese día de que se estaba detectando una «desmesurada actividad incendiaria» en Galicia y que se habían dado instrucciones a la Guardia Civil y a la Policía Nacional para reforzar la vigilancia en los montes.

PARA SABER MÁS

Casi al mismo tiempo

La tesis de la acción grupal se refuerza con el hecho de que se iniciaron fuegos casi al mismo tiempo en cinco espacios protegidos: Pena Veidosa, Macizo Central y Serra do Xurés-Baixa Limia, en la provincia de Ourense, y Ancares-O Courel, en la de Lugo. Según fuentes cercanas a la investigación, hubo un quinto intento en las Fragas do Eume, en la provincia de A Coruña, pero las llamas no llegaron a prender. Las mismas fuentes añaden otros dos datos significativos: que entre las doce de la noche del sábado y las ocho de la mañana del domingo se declararon 25 incendios en Galicia, y que entre las seis de la tarde y las doce de la noche del domingo surgieron 62 fuegos en zonas separadas por varios kilómetros.

El domingo, el caos

El domingo se produjo el caos. Los vientos del huracán Ophelia amplificaron el daño del fuego y las llamas saltaron de un lado a otro con gran facilidad. Llegaron a cruzar el Miño entre Portugal y Galicia por dos puntos diferentes. Dos mil vecinos tuvieron que ser evacuados de sus casas. Los investigadores policiales están convencidos de que los incendiarios trataron de causar el mayor daño posible ese domingo porque el lunes se anunciaban lluvias en Galicia. «Era su última oportunidad», asegura una de las fuentes consultadas.

Hay pocas dudas sobre la intencionalidad en estos incendios, pero los expertos en criminología forestal advierten de que es pronto para conocer el origen de los incendios forestales y que salvo que el autor sea visto en plena acción es difícil atribuir delitos de incendio, castigados con penas de entre 10 y 20 años de prisión cuando hay riesgo para la vida.

Un correo para denunciar

Vigo es uno de los puntos centrales de investigación. La Policía Nacional ha habilitado una dirección de correo electrónico (vigo.incendios@policia.es) en la que de forma anónima se puede aportar información sobre los incendios en Vigo y Redondela. Los lemas son «Tu colaboración es importante» y «Han acabado con vidas humanas, naturaleza, fauna... Trabajamos para localizar a los autores». Agentes de la Policía Científica rastrean escenarios urbanos en los que se sospecha de fuegos intencionados y examinan grabaciones de cámaras de seguridad.

43 incendios activos

La situación empezó a normalizarse ayer en Galicia, fundamentalmente gracias a la lluvia. Anoche solo permanecían activos 43 incendios, 24 de ellos sin controlar, según la Consellería de Medio Rural. Desde el mediodía del martes ya no hay fuegos de nivel 2, con lo que ya no había riesgo para casas o personas.