Dos viejas amigas que los domingos se reunían para jugar a la brisca

Alejandro Martínez NIGRÁN / LA VOZ

GALICIA

MILA MÉNDEZ / ÁLEX LÓPEZ-BENITO

Maximina Iglesias y Angelina Otero se quedaron atrapadas en una furgoneta al caer un pino en llamas en Nigrán

17 oct 2017 . Actualizado a las 11:10 h.

Maximina Iglesias, de 86 años, y Angelina Otero, que ya rebasaba los 75, eran dos amigas de Chandebrito que cada domingo por la tarde se reunían en casa de la primera para jugar a la brisca. También lo hicieron el día que la parroquia más apartada en el monte del municipio de Nigrán se convirtió en un auténtico infierno. La partida de cartas se vio interrumpida cuando una tercera amiga se marchó precipitadamente para echar agua en la casa de su cuñada, asediada por las llamas. Poco después, llegó la Policía Nacional y ordenó a todos que se fueran, porque el incendio era incontrolable. Maximina y Angelina se subieron en la furgoneta de otra vecina, que es extranjera. El vehículo tomó la bajada hacia Camos, pero no llegó a salir del pueblo. Cien metros más adelante, las ramas de un pino en llamas cayeron sobre el vehículo.

Maximina y Angelina quedaron atrapadas, mientras que la conductora pudo escapar con quemaduras y corrió de vuelta hacia su casa, en el barrio de Laxe, pidiendo auxilio. Ayer continuaba conmocionada y fue ingresada, cuentan los vecinos. No hubo tiempo ni medios ni forma humana de socorrer a las dos ancianas, que murieron abrasadas. Sus cuerpos calcinados permanecieron toda la noche dentro del vehículo al borde de la carretera. Por allí paso una dotación de emergencias de O Val Miñor, en la que iba el concejal de Vías y Obras y bombero Rubén Rial. Contempló la imagen dantesca sin poder hacer nada. También la observó impotente Miguel, un bombero de Vigo que más tarde expresó en las redes sociales su malestar por «la falta de medios y de previsión».

Una comisión judicial decretó el levantamiento de los cadáveres ayer por la mañana, después de que la Guardia Civil investigase sobre el terreno. «El error fue que las mandaran escapar hacia donde estaba el fuego», afirmaba Manuel Iglesias, vecino y primo de Maximina. Otros allegados de las víctimas prefirieron guardar silencio.

Ambas mujeres eran muy queridas en la aldea. Llevaban una vida tranquila dedicadas por entero a sus familias. Angelina tenía cuatro hijas y dos nietos. Estaba casada con Rafael, que ayer no se encontraba en el domicilio familiar. Maximina era natural de Vincios, pero llevaba más de 50 años en Chandebrito. Era viuda del dueño de uno de los dos bares del pueblo. No tenía hijos, pero crio a sus sobrinos como si lo fueran. Todos en Chandebrito estaban desolados por las consecuencias de este incendio, que ha teñido de negro sus fincas y causado numerosos daños.

Un hombre muere atrapado por las llamas en un pajar de Carballeda de Avia

La víctima, de Abelenda das Penas, es Marcelino Martínez Fernández

El fuego que durante los últimos días azota Ourense también se cobró su primera víctima. Ocurrió en Abelenda das Penas, en Carballeda de Avia, en un incendio que se inició en Melón y se extendió por este municipio.

Marcelino Martínez Fernández, de 78 años, salió de su casa para intentar abrir la cuadra para que salieran los animales. Y ya no regresó.

El hombre tenía ovejas y ocas en un cobertizo de su finca. Cuando salió para liberarlos el fuego aún no había llegado a su propiedad pero un colpe de viendo trajo las llamas y provocó la tragedia. Pasadas las diez de la mañana se ordenó el levantamiento del cuerpo.

La Guardia Civil investigaba anoche las circunstancias del suceso, mientras los vecinos relataban aterrorizados cómo el fuego había entrado por esta población y la había atravesado por entre las casas.

Las dos personas que se dieron por desaparecidas durante la noche, ya están localizadas y a salvo.

Cuarta víctima mortal de los incendios, en Comesaña

Las mujeres de Chandebrito, de 78 y 86 años, murieron al caerles un pino ardiendo encima de la furgoneta. El vecino de Comesaña, de 70 años, cayó por un terraplén mientras intentaba apagar las llamas y falleció en la ambulancia camino del hospital

Alejandro Martínez

Cuarto muerto por la oledada de incendios en Galicia. A.C.S., un vecino de 70 años de la parroquia viguesa de San Andrés de Comesaña, cayó por un terraplén cuando intentaba apagar las llamas que se aproximaban a su vivienda y la de una vecina. La vícima manejaba una manguera en esos momentos y estaba subido a un muro. Ocurrió anoche poco después de las 22.00 horas. Según confirmaron en el Ayuntamiento vigués, el fallecimiento se produjo en una ambulancia del 061 que pasó a recogerlo cuando iba de camino al hospital Álvaro Cunqueiro, donde ingresó cadáver.