Portugal registró ayer más de trescientos fuegos de diferente consideración, indicó la portavoz de la protección civil de ese país, Patricia Gaspar, que calificó la jornada como «el peor día del año en materia de incendios», con más de 300 declarados durante el día. Al menos tres personas han muerto y más de una veintena han resultado heridas en los incendios que afectan al centro y el norte de Portugal, donde más de 5.300 bomberos tratan de controlar las llamas. Dos de las víctimas murieron en el municipio de Penacova, en el distrito de Coímbra, en tanto que la tercera falleció en el término municipal de Sertã, en el distrito de Castelo Branco.
Según el último balance de las autoridades, al cierre de la edición permanecían activos en el país 88 focos, y eran especialmente preocupantes los que afectaban a los términos municipales de Monção y Vale de Cambra, en el norte, y Seia, Lousã, Sertã y Arganil, en el centro. En estos municipios hay desplegados más de 1.500 bomberos, añadió la portavoz, que precisó que se han movilizado «todos los medios disponibles».
Gaspar informó de que, ante el empeoramiento de la situación en las últimas horas, todos los distritos del país estaban en alerta roja por incendio hasta hoy por la mañana, cuando se espera que desciendan las temperaturas e incluso que llueva en parte del territorio. Asimismo, Gaspar indicó que hay 23 heridos leves -17 de ellos bomberos-, principalmente afectados por inhalación de humo.
Las altas temperaturas, que superaron los treinta grados en gran parte de Portugal, sumadas a la escasez de precipitaciones en las últimas semanas, están complicando el trabajo de extinción. Las autoridades han extendido el período crítico de incendios forestales hasta el próximo 31 de octubre. Es la segunda vez que se decreta una extensión de la temporada de lucha contra el fuego.