La lluvia emigra al norte de Europa

Xavier Fonseca Blanco
Xavier Fonseca REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Xavier Fonseca

Este nuevo contexto meteorológico se produce porque la inestabilidad atmosférica ha emigrado hacia el norte

03 oct 2017 . Actualizado a las 09:26 h.

Galicia es la región europea más lluviosa. Sin embargo, hay una ciudad en el viejo continente que se impone por goleada a cualquiera de las urbes de nuestra comunidad. Se llama Bergen y está situada al suroeste de Noruega. Allí el agua cae de la misma forma que lo hace en Vigo. Eso básicamente es de forma torrencial. Cuando los frentes se desplazan por el Mar del Norte entran por la ciudad noruega y si circulan más hacia el sur penetran por la olívica. Aún así, la media de precipitación anual se decanta claramente hacia la escandinava. En Vigo se registran unos 130 días de lluvia que descargan alrededor de 1.900 litros por metro cuadrado. En Bergen las jornadas con precipitación superan las 200. Pero con la configuración actual, este año esa diferencia podría ampliarse notablemente. Mientras en Galicia se ha decretado oficialmente la alerta por sequía, en Noruega, este martes, el aviso es de color rojo por la cantidad de lluvia que podría caer en poco tiempo, hasta 200 mm en tan solo 36 horas.

Este nuevo contexto meteorológico se produce porque la inestabilidad atmosférica ha emigrado hacia el norte. En el mapa se aprecia una borrasca con una presión mínima central de 981 milibares que está situada justo al norte de Noruega. El frente (de color azul) descarga con intensidad en el suroeste del país, justo donde se encuentra Bergen.

Esta imagen es además muy representativa de lo que está sucediendo porque se aprecia como la lluvia afecta a diferentes países de Europa pero no consigue alcanzar Galicia. Para que las precipitaciones pudiesen llegar hasta aquí, el centro de acción de la borrasca debería estar sobre el Reino Unido.

El responsable de esta situación es el anticiclón de las Azores, que aparece muy bien destacado al oeste de la península, con una presión de 1030 milibares. Como su propia palabra indica, su función natural es evitar los efectos de un ciclón. Y eso que las borrascas tratan de venir a Galicia, como siempre lo han hecho. No hay más que ver los centros de bajas presiones que vienen detrás. Hay incluso una tormenta tropical que parte desde el Caribe rumbo hacia Europa. Pero por el camino se toparán con el anticiclón que les obligará a moverse al norte o directamente acabará por deshacerlas. En definitiva, que no conseguirán dejarnos ni un solo litro de agua. Más bien lo contrario. El lunes se alcanzaron los 34,8º en Ourense. Esta cifra supone un nuevo récord histórico de temperatura en octubre.