Feijoo: «Estoy obsesionado con hacer en estos tres años lo que no pude asumir antes»

Juan María Capeáns Garrido
Juan capeáns SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Xoán A.Soler

El jefe del Ejecutivo cree que el mérito de salir de la crisis es de la sociedad gallega, «la Xunta solo la ha acompañado»

01 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Alberto Núñez Feijoo (Os Peares, 1961) suele perder la mirada durante unos segundos y adoptar un gesto severo cuando le están haciendo una pregunta y, antes de que el interlocutor acabe el planteamiento, es habitual que esboce media sonrisa para dar a entender que ha captado el sentido. Y que se la sabe, como cuando hacía exámenes en Derecho. Solo que ahora son los gallegos los que le van a poner nota en una sesión de control periodística sobre el primer año de su tercer mandato al frente de la Xunta, en el que está de acuerdo en dejar por un rato a un lado «lo de Cataluña» por un exceso de vigencia.

-Antes de ganar la tercera mayoría dijo en La Voz que se había dedicado ocho años a aguantar las paredes de Galicia. ¿Ya se puede empezar a pensar en la decoración?

-Este ha sido el mejor año de los nueve desde el punto de vista de construir la Galicia del futuro que queremos. Todos los indicadores económicos están en verde, y ya llevamos tres años así. Esto nos ha permitido consolidar bajadas de impuestos (sucesiones y el rural) y al mismo tiempo hemos llegado ya a los 52.000 dependientes atendidos, cuando el objetivo de la legislatura son 60.000.

-¿Da por superada la crisis?

-Galicia es hoy una comunidad que ha abandonado en términos macroeconómicos la depresión y que ahora está orientada a seguir creando empleo. Por eso animo a aquellas empresas que han salido de la crisis a que se note en los salarios de los ciudadanos. Ya no duermo preocupado por cómo podemos hacer para que Galicia llegue a fin de mes. Mi preocupación es qué puedo hacer este mes para acelerar el crecimiento de la economía y acompasar unos buenos servicios públicos.

-¿La tercera mayoría puede haberle relajado?

-No es que esté o no ilusionado, es que estoy obsesionado por aprovechar estos tres años para hacer cosas que no pude asumir antes. En este primer año hemos conseguido encarrilar algunos objetivos, pero queda mucho tiempo.

-Los presupuestos van a crecer y para el debate de autonomía está anunciada alguna rebaja de la presión fiscal: ¿se reserva más golpes de efecto?

-Podremos acertar más o menos, pero les prometí a los gallegos que iba a mirarles a los ojos durante toda la legislatura y que iba a intentar cumplir lo prometido en campaña. Y cualquier gallego, por discrepante que pueda ser, debería reconocer que en Galicia hay estabilidad. Observe lo que ocurre en Cataluña o en el Gobierno central, o en ciudades como A Coruña, Santiago o Ferrol. Dicho esto, yo creo que lo importante no es tanto el balance del primer año como los retos de los tres siguientes.

-Aquí le prestamos unas líneas para avanzar algunas ideas.

-Lo importante es construir esa Galicia del 2021 que esté preparada para recibir a más de 10 millones de personas; a la que se pueda venir en AVE en tiempos competitivos; una Galicia con un patrimonio mejor cuidado, con hospitales nuevos o renovados y con vías de alta capacidad desdobladas. La mejor Galicia que hemos tenido desde el punto de los servicios públicos y de la autoestima, porque es una nación histórica que sabe lo que quiere y que mira sin complejos las equivocaciones de otras.

-Cita usted el AVE. Con ese tema no puede estar satisfecho. Nadie, de hecho.

-Que el AVE llegue en el tercer trimestre del 2019 es la palabra del ministro y del presidente Rajoy. Yo le pregunté si estaba dispuesto a ser el presidente del AVE a Galicia o no. La respuesta fue contundente. «Yo inauguraré el AVE a Galicia». Comprendo el escepticismo de los gallegos, entre los cuales me incluyo, pero en este momento las garantías del Gobierno son totales, el desbloqueo de los tramos es un hecho y por eso hago un llamamiento: si alguna empresa con adjudicaciones puede ejecutar obras más rápido, que hagan una propuesta a Fomento y yo seré el primero en defenderla ante el ministro.

-Últimamente abandera retos de difícil visualización a cuatro años: el rural, la defensa del patrimonio, el paisaje...

-En el rural nunca hemos tenido tantos proyectos de inversión como ahora. Son ambiciosos y creo que se notarán en poco tiempo, porque las inversiones son potentes. En cuestión de patrimonio, vamos a acabar de rehabilitar la catedral de Santiago, que no es un tema menor, y vamos a presentar proyectos de recuperación de monasterios, iglesias y edificios singulares. Tendremos una legislación completa para defender el paisaje y vamos a finalizar el saneamiento de las rías gallegas.

-¿Qué queda de aquel todopoderoso departamento de Política Territorial que usted conoció?

-Lógicamente, no vamos a construir carreteras que ya hemos hecho. Pero estamos desdoblando la autovía de O Morrazo, hay proyectos viarios para las zonas de A Coruña, Viveiro o San Cibrao, y avanzaremos con los viales de A Estrada y Baixo Miño. Son algunas de las inversiones previstas, pero lo más importante que está haciendo la Consellería de Infraestruturas, aunque pase desapercibido, es concentrar la gestión de las obras del resto de los departamentos para que, por ejemplo, Sanidade solo haga lo que tiene que hacer, que es encargarse de los servicios sanitarios. 

«Mi pregunta sobre Angrois es: ¿hay algo que deberíamos saber y aún ignoramos?»

En asuntos muy vivos, como la comisión de investigación de Angrois o la transferencia de la AP-9, Feijoo se está defendiendo con el argumento de que él nunca ha cambiado su postura.

-¿Es un pecado político modificar la opinión sobre algo?

-Cuando tienes un compromiso con la sociedad lo coherente es intentar cumplirlo. Y si fallas, aceptarlo. A eso le llamo ser un político fiable. Yo fui a la inauguración de esa línea ferroviaria con un ministro socialista y no se me ocurrió intentar politizar las muertes. Además de la evidente velocidad excesiva, todavía tengo una pregunta sobre Angrois: ¿hay algo que deberíamos saber y aún ignoramos? Esa es la cuestión. ¿Vamos a montar una comisión política de investigación paralela a la judicial? No creo que sea oportuno, porque parece que estamos desconfiando de los jueces. ¿Fueron unos hechos relevantes y merecen una comisión política posterior? Correcto. Lo que hemos visto ahora es un nuevo líder en el PSOE que ha cambiado de opinión, y a mí un político me tiene que dar la seguridad de que ha pensado antes de decir una cosa, y una vez dicha, que la mantenga y que no actúe según lo políticamente correcto o para quedar bien o mal.

«El alcalde de Vigo amenaza por la mañana e insulta por la tarde»

El presidente admite que su Gobierno puede hacerlo mejor o peor, pero está convencido de que no forma parte de los problemas de los gallegos.

-El alcalde de Vigo piensa exactamente lo contrario.

-Está utilizando una estrategia muy antigua. El Concello de Vigo hace con la Xunta lo que la Generalitat de Cataluña con el Gobierno de Rajoy. Pero, mire, yo creo que las mentiras tienen patas muy cortas y cualquier vigués se puede dar un paseo y ver lo que estamos haciendo. El hospital, la depuradora, la Cidade da Xustiza o el proyecto de la ETEA son buenos ejemplos. Es la mayor inversión económica que ha recibido Vigo por parte de la Xunta, y a cambio me he sentido muy solo trabajando por Citroën o los astilleros. Tengo la sensación de que nosotros invertimos el tiempo en hacer cosas y el alcalde en amenazar por la mañana e insultar por la tarde. Pero cada vez más gente se está dando cuenta.

Ed

«Hasta dos y tres conselleiros se han ofrecido a liderar listas municipales»

Feijoo pretende seguir con el mismo Gobierno durante el 2018 y decidir a principios del 2020 su futuro político

j. C.

Al presidente de la Xunta le cuesta mirar más allá del próximo 19 de octubre, cuando tiene previsto presentar los presupuestos del año 2018, que piensa desarrollar «con el mismo equipo», con el que dice estar «plenamente satisfecho». Por él no haría cambios en todo el ejercicio que viene, pero los intereses del partido, que vive aún conmocionado por el batacazo municipal del 2015, puede que le obliguen a retocar la alineación antes o después del verano.

-¿A cuántos conselleiros ha puesto en prealerta?

-En estos momentos no tengo planes de remodelación del Gobierno. Hay una eventualidad, que son unas municipales del 2019, y el partido que apoya al Gobierno tendrá que decidir sus candidatos. Si hay alguno que forma parte de mi equipo, como es natural, tendremos que pensar qué es lo que procede.

-¿No es un camino atípico ese de conselleiro a aspirante a alcalde?

-Le puedo asegurar que algún miembro del Gobierno se ha ofrecido a liderar listas municipales. Más de dos y de tres. ¿Qué significa esto? Que hay gente que sabe lo importante que es ser útil y que, si las ciudades avanzan en la misma dirección, Galicia va más rápido.

-A mí me parece una faena.

-Pero es que hay mucha generosidad en este Gobierno. La ha habido en el partido, cuando el secretario general -Alfonso Rueda- asumió las riendas en Pontevedra. O cuando los conselleiros renunciaron una vez más a sus actas de diputados. Eso demuestra que no están aquí por el cargo y sí por un proyecto.

-Me voy a ahorrar la pregunta sobre si usted se presentará a un cuarto mandato, pero al menos diga cuándo se lo va a pensar para no darle más la lata.

-A mí me enseñaron a tomar las decisiones cuando toca. Y supongo que tocará en el último año de la legislatura. Vamos a ver cómo organizamos esto... Si en octubre del 2020 hay elecciones, habrá que decidir a principios de ese año, pero por el medio habrá unas locales y unas generales.

-De Madrid, ni hablamos.

-El que crea que desde aquí estoy buscando algo... -niega con la cabeza-. Yo tomé la decisión de ponerme a disposición del partido un tercer mandato cuando faltaban seis meses para las elecciones. Le aseguro que en estos momentos no ocupa ni un minuto de mi tiempo.

-Y el PSdeG ¿le preocupa?

-Yo quiero lo mejor para Galicia, y por eso prefiero un partido socialista que lidere la oposición y no un PSdeG que sostenga a las mareas de Podemos (por En Marea). Es malo para ellos y para Galicia.

-¿Quién sería el mejor líder de los tres aspirantes?

-El que le encaje mejor a Pedro Sánchez. Mi opinión es irrelevante.

-No hay muchas disputas entre ellos y el perfil de la campaña es bajo: ¿eso es bueno para usted o para sus rivales?

-Que no se peleen es bueno para ellos, honradamente. El PSOE ha vivido épocas de convulsión muy grandes, de hecho a mí me ha tocado debatir con distintos líderes, y si alguno de ellos hubiese tenido autoridad dentro del partido se podría haber llegado a acuerdos con ellos. Lo que pasa es que han sido endebles y se han convertido en una fuerza que solo apoya a las mareas de Podemos.

-¿No le resulta un poco desagradable lo que está pasando con Luís Villares en los últimos plenos del Parlamento?

-Sí lo es, y no le encuentro explicación. Si le preguntas a un señor si acata la Constitución uno entiende que le dirá: «Sí, por supuesto». Pero ante esa pregunta empiezo a recibir un conjunto de calumnias e insidias de alguien que proviene del mundo judicial. Hasta yo mismo, que estoy acostumbrado a las discusiones dialécticas intensas, me he quedado sorprendido. La interpretación que hago es que se trata de una persona a la que empiezan a no tomársela en serio dentro de su grupo, y si sigue así tampoco se lo van a tomar en serio en el mundo judicial.

-¿De verdad cree que Villares no debe volver a dictar una sentencia judicial en Galicia cuando deje la política?

-Creo que en España debemos plantearnos un proceso para que un juez, después de que ocupe un cargo de importancia, como puede ser el de jefe de la oposición, ministro o presidente autonómico, pase por un período de reciclaje.

-También los de su partido.

-Tengo un compañero, el ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido, que es magistrado en Sevilla, y creo que debería tener ese tiempo de reciclaje, sí. ¿Pero es que alguien ve al señor Villares presidiendo una sala de lo penal tras su última intervención parlamentaria? ¿Le daría mucha seguridad? Someto a la consideración de los gallegos esa respuesta.