El calentamiento del Atlántico traerá a Galicia huracanes de la misma categoría que «Irma»

Xavier Fonseca Blanco
Xavier Fonseca REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Xavier Fonseca

Las proyecciones de la comunidad científica dibujan la segunda mitad del siglo XXI con ciclones de máxima fuerza

16 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Galicia es la puerta al Atlántico. El lugar que ocupamos en la Tierra define nuestro clima. Somos, por ejemplo, el comité de bienvenida de las borrascas que circulan por el océano en otoño e invierno. Sufrimos como nadie en Europa los efectos de los potentes centros de bajas presiones, al menos en lo que se refiere a la lluvia, y los temporales de viento y olas gigantes son algo habitual. El término ciclogénesis explosiva forma parte del lenguaje común entre los españoles, incluso está admitido por la Real Academia, pero solo los gallegos podemos entender el verdadero significado de estos fenómenos atmosféricos.

En un futuro no demasiado lejano, además de seguir recibiendo envites de ciclones extratropicales, llegarán hasta nuestras costas huracanes.

Dependiendo de la evolución de las emisiones de gases de efecto invernadero, a lo largo del siglo el IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático) propone cuatro escenarios sobre las consecuencias del calentamiento global. «En el más pesimista no evolucionamos mucho y la tecnología se estanca. En el más optimista ocurre lo contrario. Pero está demostrado que esas soluciones tecnológicas que necesitamos que sean eficientes todavía no están desarrolladas. De hecho, para poder alcanzar el escenario más optimista deberíamos reducir dióxido de carbono a partir del 2020, y eso no va a ocurrir», explica José Miguel Gallardo, meteorólogo y autor del libro 2065.

Sobre una de esas proyecciones el científico ha construido una historia en la que relata cómo ese año un huracán entra por Oporto. «La peor parte se la lleva Galicia. Explico en el libro cómo llega a las costas gallegas coincidiendo con la marea más alta, tal y como ha ocurrido con Irma, por lo que la devastación es mucho mayor. Habría pueblos inundados, desaparecidos, fallecidos y por supuesto grandes daños tanto en la vegetación como en los inmuebles. Es decir, todo lo que hemos visto con Irma estos últimos días, pero en Galicia», explica Gallardo.

El Atlántico

En ese escenario, que no es el más pesimista, durante la segunda mitad de siglo el Atlántico se convierte en una máquina de generar grandes ciclones. Muchos, como ahora, seguirán tomando una ruta hacia el Caribe, y otros llegarán desde América hasta Galicia. «Para entender lo que va a pasar basta con recordar los viajes de Colón. Salió desde Canarias para llegar al Nuevo Mundo y después regresaba por el norte. Lo que hacía era buscar los vientos que impulsaban sus barcos, que son los del anticiclón de las Azores. Si un huracán se forma en el Caribe, lo que hará será subir hacia el norte y seguir la circulación general de la atmósfera hasta llegar a Galicia», añade el físico.

La visita de estos gigantes sistemas meteorológicos no sería nada nuevo. Desde 1882 la península ibérica recibió el impacto de hasta diez huracanes. Eso sí, todos degradados a una categoría menor, ya que, por el camino, las aguas frías del océano favorecen que este tipo de fenómenos pierda intensidad.

Pero en el futuro el Atlántico, como el resto del planeta, también será mucho más cálido. Y el alimento de este tipo de ciclones, al contrario que las borrascas, es el agua caliente. Por tanto, no habrá impedimentos para que lleguen huracanes de máxima categoría.

«Los modelos predicen que los huracanes se van a formar cada vez con mayor frecuencia en el interior del océano, cerca de España. En el 2065 las temperaturas serán mucho más elevadas y favorecerán que el agua se mantenga por encima de los 27 grados, una cifra suficiente para mantener con vida los huracanes. Así que se cumplirían todas las condiciones para tener una de esas bestias encima de nosotros», termina el meteorólogo.