Los 25 alcaldes del BNG firman un manifiesto en apoyo a los regidores catalanes investigados

Susana Luaña Louzao
susana luaña SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Francisco García, alcalde de Allariz
Francisco García, alcalde de Allariz Santi M. Amil

Villanueva advierte de que cualquier actividad «en contra da legalidade» no va a tener autorización

16 sep 2017 . Actualizado a las 19:08 h.

Los 25 alcaldes del BNG han firmado un manifiesto en el que muestran su apoyo a los más de setecientos regidores catalanes que están siendo investigados por su posible apoyo al referendo ilegal. En un escrito que firman regidores como el pontevedrés Fernández Lores y el de Allariz, Francisco García, los alcaldes del Bloque Nacionalista Galego muestran su solidaridad con sus homólogos catalanes «que están a defender os dereitos democráticos do seu pobo, da súa nación, que respectan o dereito da sociedade catalá a decidir sobre o seu futuro».

En el manifiesto, los alcaldes del BNG califican como «admirábel» la «resistencia do pobo catalán contra toda a utilización do aparello xudicial e policial do Estado», y también la de los alcaldes que han sido llamados a declarar como investigados y que «non se amedrentan diante das ameazas da Fiscalía e mantéñense fieis ao compromiso co seu pobo». Y en una línea parecida a la que el jueves manifestaron Beiras y los dirigentes de Anova, el BNG también subraya que no es solo un apoyo a la situación que se vive en Cataluña, sino a los derechos democráticos que afectan también a los gallegos. «A súa loita é tamén a nosa loita. Estase a discutir algo máis que o dereito a decidir de Cataluña, estanse discutindo tamén os dereitos e liberdades de todas e todos nós». Una circunstancia que los regidores nacionalistas aprovechan para reiterar que, desde el Bloque, seguirán luchando «na conquista dun novo marco institucional que garanta a plena capacidade de decidir sobre os nosos asuntos en función dos intereses do pobo galego». 

«Autogoberno»

El alcalde de Allariz, Francisco García, como portavoz de los firmantes, dijo que la decisión de asignar el manifiesto se tomó ante el «asombro» por la respuesta judicial y policial al desafío catalán, y en particular por la decisión de la Fiscalía de investigar a los regidores. «Hai un aspecto que nos move, que non é só unha mostra de apoio e solidariedade co pobo catalán senón que pensamos que toda a democracia se ve afectada». A su entender, «empeza a ser inaudito que tomen medidas como entrar nos medios de comunicación ou limitar a liberdade de reunión e de expresión». García cree que «hai unha crise de Estado evidente en Cataluña, pero para nós tamén nas nacións que non nos conformamos co estado actual e buscamos máis autogoberno».

El movimiento de ficha del BNG, sumado al de Beiras, Antón Sánchez o Villares, no pasó desapercibido en las filas populares, y así su secretario general en Galicia, Miguel Tellado, censuró tanto a En Marea como al Bloque por emplear sus esfuerzos en hacer «turismo independentista» que solo busca «romper a convivencia dun país». 

Un aviso desde el Gobierno

Fueron Xosé Manuel Beiras y el portavoz nacional de Anova, Antón Sánchez, los que el jueves exhortaron a los gallegos a movilizarse a favor del derecho a decidir del pueblo catalán. Esa arenga no se ha concretado en la convocatoria de ningún acto pero sí en un apoyo manifiesto a quienes los organicen. El delegado del Gobierno en Galicia advirtió de que no se van a autorizar, tampoco en suelo gallego, las manifestaciones que se convoquen «en contra da legalidade», porque «a legalidade, a lei, está para cumprila, todos temos que cumprila, os poderes públicos e a poboación». Eso sí, Santiago Villanueva puntualizó que «haberá que ver en cada momento, en cada circunstancia e en cada caso concreto de que tipo de convocatoria se trata».

La respuesta de Antón Sánchez no se hizo esperar. El líder de Anova calificó como «ameazas» las declaraciones de Villanueva, que a su entender ratifican su idea de que existe «un estado de excepción non declarado». El diputado de En Marea dijo que «non conseguirán pararnos» y preguntó a los representantes del Gobierno «desde cando se suspenderon os dereitos fundamentais da liberdade de expresión e de reunión neste país para que vostedes actúen preventivamente de censores e inquisidores de quen vai a opinar politicamente».

El partido de Colau se suma a los secesionistas e invita a participar en la «movilización» del 1-O

Catalunya en Comú, la formación que lidera Ada Colau, llamó ayer a su militancia a participar en la votación del 1 de octubre para responder a la oleada «represiva» puesta en marcha, a su juicio, por el Gobierno del PP. Pero sin dar el rango de referendo a la jornada, que para los comunes es una mera «movilización».

Después de meses de dudas, de decir que puede que sí, luego que no lo sé, Catalunya en Comú salió de la indefinición y emplazó a su electorado a «votar» en la consulta del 1 de octubre. La formación de la izquierda alternativa, que integra a Iniciativa, Barcelona en Comú y sectores de Podemos, consultó a sus bases para fijar la posición del partido con la siguiente pregunta: «¿Tiene que participar Catalunya en Comú en la movilización del 1-O?». 2.053 personas respondieron que sí, el 59,4 % de los votos; y 1.404 dijeron que no, el 40,6 %. Participó un 44 % del censo. Los comunes prefieren hablar de «movilización» del 1-O. «No es el referendo que nos gustaría», afirmó ayer la portavoz de la formación Elisenda Alamany. «No es la solución ideal, pues no se dan todas las garantías», dijo.

En principio, Catalunya en Comú no se moja y su portavoz advirtió: «No nos significaremos por el sí o por el no». Tampoco harán campaña, aunque algunos de sus dirigentes comparten actos con miembros de la izquierda secesionista. Buena parte de sus dirigentes, como Colau, Xavier Domènech, Jaume Asens, Gerardo Pisarello o la propia Alamany, han confirmado que irán a votar y con toda probabilidad lo harán a favor de la independencia. El acuerdo entre Puigdemont y Colau es una especie de pacto de no agresión. Los comunes no se desmarcan, pero tampoco se implican al cien por cien en un asunto que en definitiva no es su guerra y con el que no quieren quemarse.