Los diez rincones de Galicia que conviene visitar fuera del verano

C. Barbería LA VOZ

GALICIA

OSCAR VíFER

Silgar, la Catedral de Santiago o el banco de Loiba son solo tres ejemplos de enclaves que se han vuelto muy concurridos durante la época estival

22 ago 2017 . Actualizado a las 13:30 h.

Los números no pueden ser mejores. El turismo en Galicia supera barreras cada año. El número de visitantes en la comunidad crece cada año, atraídos por un verano suave (al menos en la mayor parte del territorio), una oferta gastronómica sin igual a precios contenidos, unos escenarios inolvidables y la tranquilidad respecto a otras zonas. Este último aspecto, el de la paz y la desconexión durante las vacaciones, lejos del abarrote, será una de las principales apuestas del sector de cara al futuro más inmediato. Los agentes que participan en este motor económico gallego que es el turismo están convencidos de que al low cost le ha llegado la hora, y lo que toca es invertir para mejorar la calidad. 

A poco más de una semana para arrancar la última hoja de agosto, Galicia va camino de superar el récord de visitantes del 2016, con un 90 % de ocupación.

El presidente del Clúster Turismo de Galicia, Francisco González, reconocía hace tan solo unos días que por aquí deberían ir los tiros: «Si tengo 100 habitaciones, prefiero ocupar 50 a 100 euros la noche que 100 a 50 euros. Porque con lo primero tengo posibilidad de crecer, pero con lo segundo estoy a punto de sentirme desbordado». La comunidad todavía está lejos del efecto Venecia, nombre bajo el que se conoce a algunos destinos que aseguran kilómetros de colas y la correspondiente pérdida de la paciencia, sin embargo hay algunas localizaciones que garantizan saturaciones durante julio y agosto, por lo que quizá resulte una muy buena idea acercarse durante otras épocas del año.

Illas Cíes 

Sin duda, una de las grandes joyas de Galicia. Las guías de viajes y los medios más prestigiosos del planeta ensalzan las aguas cristalinas (y frías) del popular Caribe galego. El aforo al archipiélago vigués está limitado a 2.200 visitantes diarios más los 800 que logren una plaza en el camping, pero en los últimos días la Xunta detectó que las navieras incumplían las normas y trasladaban hasta el Parque Natural a el doble de gente de la permitida, por lo que algunas embarcaciones tuvieron que regresar a tierra firme sin poder desembarcar a visitantes que habían adquirido su billete de forma reglamentaria. 

El Camino Francés 

El Camino de Santiago es uno de los grandes factores que provoca que la ecuación del turismo crezca y crezca sin freno, porque el número de peregrinos crece y crece sin freno. Durante los meses de julio y agosto las últimas etapas de esta ruta milenaria se encuentran abarrotadas, por lo que los que pretendan encontrar cama en un albergue al final de etapa están condenados a descomunales madrugones. El llenazo está garantizado desde O Cebreiro, pero desde Sarria hasta el Obradoiro hay tramos por los que resulta complicado abrirse paso. Uno puede tener la sensación de en lugar de un peregrinaje se encuentra en la cola del pan. El aspecto positivo es que no hace falta andar buscando las flechas amarillas para no perderse; basta con seguir al de adelante. Elegir una de las rutas alternativas o realizar el Camino en otra época puede ser una gran idea. 

Colas en el albergue de O Pino
Colas en el albergue de O Pino XOÁN A. SOLER

La Catedral de Santiago 

La meta de los peregrinos es el sepulto del Apóstol Santiago, punto en el que desembocan todos los caminos y al que se suman todos los turistas que no quieren dejar escapar la oportunidad de darle un abrazo al santo. Los horrorosos andamios que cubren desde hace unos años la fachada barroca del Obradoiro no han espantado a nadie. Las colas de entrada, especialmente los días nublados, en los que todos los turistas con campamento base en algún lugar de costa coinciden en que es el mejor momento para pasar la jornada en la capital gallega, pueden resultar insoportables. Desde el 2008 ya no se le puede dar croques al Maestro Mateo (no, no era el santo, sino el padre del majestuoso Pórtico de la Gloria). 

SANDRA ALONSO

Faro de Fisterra 

Otro de los lugares fetiche para los peregrinos es el Faro de Fisterra, sitio hasta el que continuaban muchos romeros a los que no les llegaba con haber alcanzado Santiago con la intención de quemar sus botas y sus ropas viejas como señal de purificación del alma. Hasta hace unos años, tan solo la niebla o la guitarra desafinada de un hippie podía chafar una puesta de sol desde este maravilloso enclave. Ahora hay que sumarle el abarrote. 

ANA GARCÍA

Sanxenxo 

La localidad pontevedresa de Sanxenxo se convierte en la tercera ciudad de Galicia durante el verano. Se calcula que durante julio y agosto multiplica su población por hasta 7,5, alcanzando una población que supera a Ourense en 25.000 habitantes. Los días de sol hay que madrugar para coger un lugar en la playa de Silgar. Para hacerse con un sitio en la barra de cualquier local de copas de la zona del puerto no queda otra que armarse de paciencia. Estar en el lugar de moda tiene un precio. 

Playa de Silgar
Playa de Silgar CAPOTILLO

Torre de Hércules 

Con el objetivo de evitar las grandes colas que se formaban para subir al gran símbolo de A Coruña a contemplar las mejores vistas de la ciudad y un buen trozo de Atlántico, la administración ha introducido recientemente un sistema con el que reparte unas tarjetas en las que se le indica la franja horaria en la que podrá empezar a subir los 234 escalones del monumento. El máximo de visitantes que pueden acceder dentro del faro romano en cada instante está limitado a 30 personas. 

EDUARDO PEREZ

Playa de As Catedrais 

Desde el año 2015 la playa más famosa de Ribadeo y una de las grandes maravillas de Galicia tiene limitadas sus visitas a 5.000 personas diarias durante Semana Santa y verano (desde el 1 de julio hasta el 30 de septiembre). Riadas de turistas armados con cámaras de fotos y móviles de última generación concurrían durante la marea baja para disfrutar de este paraíso de A Mariña. Para lograr la autorización es necesario contar con una autorización gratuita que puede conseguirse desde 90 días antes de la visita a través de la web facilitada por la Xunta.

XAIME RAMALLAL

Illote de Areoso 

Desde hace un tiempo son cada vez más numerosas y más críticas las voces que reclaman la regulación de este enclave en medio de la Ría de Arousa. En el 2015 la Xunta, el concello de A Illa y la cofradía instalaron unas nuevas boyas que delimitaron la zona donde quedó prohibido navegar y fondear a las cada vez más numerosas embarcaciones que se acercan a este paradisíaco y frágil lugar. Este mismo verano, desde la Cofradía amenazaron con que no permitirían ni una falta más y que denunciarían a la Guardia Civil cualquier actuación irregular de las motoras. 

Un velero varado en O Areoso
Un velero varado en O Areoso SALVAMENTO MARITIMO

Castros de Baroña 

Hace tan solo unos años acercarse a disfrutar de los Castros de Baroña, en Porto do Son, garantizaba la tranquilidad más absoluta: la bravura del mar, un entorno mágico repleto de historia, la proximidad de los montes... Sin embargo, en los últimos tiempos este enclave de origen prerromano frecuentado por nudistas se ha convertido en uno de los puntos más concurridos de la comarca de O Barbanza. El número de visitantes no es muy elevado respecto a otros sitios, pero los accesos a la zona no son los más cómodos, y encontrar un sitio para aparcar en la entrada no resulta sencillo. Las furgonetas ocupan mucho espacio y suelen quedarse un par de días estacionadas. 

SIMÓN BALVÍS

Banco de Loiba 

Es muy probable que el sitio de Galicia que ha aumentado su número de visitantes de manera más acentuada es el Banco de Loiba, en Ortigueira. Hace dos años fue reconocido como el banco más bonito del mundo y hoy en día atrae numerosos turistas que esperan largas colas para sentarse en él y disfrutar de sus vistas.