Una parte de la población que genera gasto pero aporta grandes beneficios

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Pilar Canicoba

Absorben dos tercios de lo que se invierte en recetas, y uno de cada tres ayuda a conciliar cuidando de sus nietos

08 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Aplicando la corrección política habría que hablar de mayores o de edades avanzadas, pero Galicia sencillamente envejece. Y lo será más en los próximos años. Y cada vez costará más mantener a una población envejecida. ¿Cuánto? Depende de cómo se aborde, desde ya, la atención a este colectivo. Porque los que pasan de los 65 años son también una riqueza social. 

sanidad

Casi todo el gasto farmacéutico. Una parte muy importante del gasto sanitario pivota en los mayores. Pero no puede hablarse de los 65 años como el punto de inflexión. Desde el Sergas ya trabajan con los 75, la edad en la que se multiplican las patologías, los tratamientos y las visitas hospitalarias. Y hay datos que así lo corroboran. El 23 % de la población gallega llega a los 65. Consumen el 62,4 % de las recetas y producen el 49 % de los episodios de hospitalización. Pero la proporción se dispara con los mayores de 80. Aunque solo son el 8 % del total de la población, consumen el 38 % de las recetas y el 27 % de las hospitalizaciones. 

Dependencia

A partir de los 75 se eleva. En Galicia, según los datos de junio del Ministerio de Sanidad y Servicios Sociales, hay 49.000 personas beneficiarias de la dependencia. No todos son mayores, pero sí la mayoría. La falta de autonomía personal es una de las consecuencias de la vejez, de ahí la importancia de promover un envejecimiento activo. La Estratexia Galega de Envellecemento Activo (2016-2020) elaborada por la Xunta, recoge un estudio sobre el perfil de las personas de 55 o más años que refleja que el 49,8 % de los que tienen 65 o más años tienen alguna discapacidad reconocida igual o superior al 33 %, siendo la que tiene más incidencia la física. Una de cada cinco personas de 75 o más años tiene algún grado de limitación de su autonomía personal reconocido. 

Política social

Cuidan de los mayores y de los menores. La prevención y el envejecimiento activo no solo logran ahorros. Generan riqueza. Y mucha. Los mayores suponen un desahogo para decenas de miles de familias gallegas. Una de cada tres personas de 55 a 79 años ayuda a cuidar de sus nietos, siendo lo más habitual hacerlo todos los días o alguna vez a la semana. Casi el 15 % de este colectivo ejerce como cuidador de otras personas, bien por motivos de salud o por una situación de dependencia, ya sea de su pareja, progenitor u otro familiar. 

El entorno social

El 90 % mantienen el contacto con sus vecinos. Nueve de cada diez mayores de 65 hablan con vecinos, bien todos los días o al menos una vez a la semana. No obstante, en la encuesta de la estrategia gallega contra el envejecimiento se recoge que un 6 % no tiene a nadie con quien hablar de temas personales, y un 2,3 % ni siquiera a quien pedir ayuda en caso de necesidad. 

El futuro sanitario

Alejar al mayor del hospital. No implica no atender a los mayores, sino hacerlo cómo y dónde sea más adecuado. Es ya una histórica reivindicación la puesta en marcha de centros de crónicos. Y es que los hospitales de la comunidad gallega son de agudos, es decir, están dotados de tecnología y especialistas para abordar procesos agudos, no dolencias crónicas que son las que básicamente afectan a los mayores. La atención a domicilio, el uso de nuevas tecnologías como la telemedicina, o dar más herramientas para que el mayor sea atendido en su centro de salud son algunos de los retos en los que ya se está trabajando. Y, el más urgente, la prevención de enfermedades y el fomento del autocuidado entre los mayores. 

El futuro social

Mejor en su entorno. Facilitar que las personas mayores vivan en su hogar siempre que sea posible y quieran. No solo es el deseo de la mayoría de los ciudadanos que van cumpliendo años sino que de esta forma se fomenta su autonomía personal y, teniendo en cuenta que la población rural es una de las más envejecidas, también se evita el abandono de pequeños núcleos. Bien sea desde la ayuda a domicilio de los concellos hasta el aprovechamiento de las nuevas tecnologías para evitar que el mayor tenga que abandonar su casa. Una de las líneas estratégicas de este plan gallego pasa además por poner en valor la revolución de la longevidad. ¿Cómo? Por ejemplo, incluyendo en el currículo educativo contenidos sobre el papel de los mayores en la sociedad, fomentando el emprendimiento sénior o eliminando términos que incidan en estereotipos. 

700 profesores tienen más de 65 y el 20 % de lo sanitarios retrasan su retiro

Más allá de los 70 mantenerse en activo es casi un privilegio. Están por un lado los eméritos en la universidad y en el Sergas, aunque en este último caso se cuentan con los dedos de dos manos; aquellos que tienen su propio negocio; o determinados cargos institucionales -Romay Beccaría es presidente del Consejo de Estado con más de 80 años-. Pero entre los 65 y los 70 son muchos los que deciden seguir en sus puestos de trabajo.

La universidad es uno de los pocos ámbitos en donde se permite la jubilación a los 70 casi de forma automática para el personal docente que así lo decida. Según los datos del curso pasado, 309 profesores sobrepasan los 65, de un total de 5.182 en las facultades gallegas, lo que implica un porcentaje nada desdeñable.

Muy inferior es la proporción en la enseñanza no universitaria, en donde estas prórrogas solo se conceden a determinados colectivos como los catedráticos de instituto. Según el Ministerio de Educación 437 pasan de los 65 en toda Galicia, de un colectivo de casi 39.000 personas. 

Facultativos

Sí eran muchos los médicos que decidían seguir trabajando después de los 65 y hasta los 70 -el Sergas no permite ir más allá-, hasta que la crisis llevó a la Xunta a cortar esta posibilidad para dejar entrar a gente joven. Tras años de quejas, Sanidade volvió a permitir las prórrogas en principio durante dos años a todo su personal desde el 1 de mayo del 2016. El primer balance que hizo la administración sanitaria reflejaba que el 20 % del personal -no solo médicos- que cumplió los 65 años solicitó esta prórroga.