Plantillas escasas y poca planificación lastran a las policías locales gallegas

m. r. vicedo / s. c. REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

M. MORALEJO

Muchos concellos se han visto obligados a suprimir el turno nocturno entre semana

05 ago 2017 . Actualizado a las 17:51 h.

Una plantilla escasa, en la que en pocas ocasiones se cubren las vacantes, y una planificación mínima a la hora de diseñar los organigramas de los próximos años lastran el futuro de las policías locales gallegas. Estas, además, afrontan ahora la incertidumbre de un decreto que permitirá a los agentes jubilarse a los 59 años, ejerciendo más presión sobre los diezmados equipos. 

plantillas escasas

Bajo mínimos. De los 131 ayuntamientos que disponen del servicio policial, solo el municipio coruñés de Cerceda supera el número de agentes recomendado por cada 1.000 habitantes, seguido de Celanova, Ribadavia y Sanxenxo. En el resto, el personal apenas ha variado en los últimos años: en O Grove, hay 12 agentes y 7 auxiliares, cuando hace una década eran 17 y 10, respectivamente; en Arzúa y Laxe son dos las personas que se encargan del servicio; en A Pobra de Trives hay dos policías, y uno está en segunda actividad, es decir, no hace ni fines de semana ni festivos; y en Abegondo, por ejemplo, solo hay un agente. La normativa fija que la dotación mínima del cuerpo de Policía Local debe ser de tres trabajadores. 

Casos extremos. Los casos extremos son Ferrol y Pontevedra. En la ciudad departamental durante el verano solo se cubren los servicios mínimos con sus menos de 50 agentes, y es que hay 14 vacantes pendientes, siete de ellas del cuadro de mandos y algunas sin ocupar desde el 2004. Pontevedra, por su parte, igual que Sanxenxo, Poio, Bueu, Marín y Caldas de Reis, no registra problemas de plantilla. 

Ayuda en el verano. En verano, y con las plantillas de vacaciones, se hace imprescindible la contratación de auxiliares sin los cuales sería imposible cuadrar turnos. Incluso en ocasiones, como ha ocurrido en O Carballiño, ni siquiera han conseguido llenar todas estas vacantes, ya que había cuatro plazas convocadas y solo dos personas superaron el examen. Todas las plantillas de la comarca de Barbanza, con excepción de las de Carnota y Outes, se han reforzado con auxiliares. En total hay 38 en los siete destacamentos. 

demasiados turnos

Esfuerzo personal. Los turnos se acaban cuadrando gracias a los agentes en prácticas o con horas extra muchas veces no reconocidas. El jefe de la Policía de O Carballiño asegura que están «a punto de desbordarse» y piensa que cuando ocurra (este verano habrá un par de jubilaciones) los vecinos echarán de menos los muchos servicios complementarios que hasta ahora realizan a costa del esfuerzo personal de los agentes. 

Sin servicio nocturno. La situación es tan precaria en general que desemboca en la supresión de turnos, y los de noche son los que más afectados se ha visto. En A Pobra de Trives, por ejemplo, trabajan de mañana exclusivamente. Muros y Noia tampoco pueden garantizar siempre el horario de tarde, y en A Rúa y Maceda los agentes están de 8.30 de la mañana a 8.30 de la tarde. En Barbanza, no pueden ofrecer servicios nocturnos Noia, Porto do Son, Muros, Carnota y Outes. 

En Sarria y Vilalba solo se cubren ciertas noches: fines de semana, vísperas de los principales festivos y las jornadas de fiesta local. En la Costa da Morte solo en dos concellos existe atención nocturna: Carballo y Cee (y en este caso, los sábados exclusivamente), aunque durante eventos multitudinarios muy puntuales se cubren en Vimianzo, Muxía y A Laracha. Algo parecido ocurre en O Grove, O Barco o Ribadavia, donde las patrullas nocturnas se limitan a fines de semana y épocas concretas, como puentes o vísperas de festivos.

Apoyo de la Guardia Civil. A pesar de que esta merma en el número de agentes puede derivar en retrasos o en la dificultad de abarcar el total del territorio durante la jornada, esta situación no supone un perjuicio para los vecinos. «Siempre que sea necesario nos coordinamos con la Guardia Civil, que tiene aquí un puesto» dice Francisco Meijide, jefe de la Policía de Miño. Los concellos también cuentan con el total apoyo de la Policía Nacional y otras fuerzas de seguridad del Estado, así como colectivos como Protección Civil o Bomberos. 

poca planificación

Dos años de espera. Otro de los problemas estructurales es la falta de planificación. «Se tarda dos años en formar a un policía. Es algo que no se está teniendo en cuenta», dice Manuel Rivas, policía de Vilalba. Por eso, cuando un concello convoca plazas no lo puede hacer pensando en sustituir a un agente que se va a jubilar en el mismo año, ni siquiera en el siguiente. 

Oposiciones. En Vigo, cuya zona presenta carencias policiales en varios municipios como Tui, se han anulado las oposiciones en las que se iba a aumentar la plantilla en 23 plazas. Con todo, muchos concellos han empezado a convocar exámenes para intentar suplir la falta de personal. En Vilagarcía se han creado tres plazas y está previsto que haya tres más. Y desde el Concello de A Coruña también se prevé un ligerísimo aumento en la plantilla: «Están en marcha procesos selectivos para dar cobertura de 9 postos de axente, dous oficiais e un inspector de promoción interna»

Contratación de auxiliares. En As Pontes, que cuenta ya con seis auxiliares, se han convocado dos plazas más con un contrato de duración de seis meses; y el Concello de O Grove quiere contratar a dos auxiliares para reforzar el servicio de aquí a la Festa do Marisco, en octubre. 

Con información de A. Gerpe, S. Garrido, T. Longueira, R. Estévez, C. López, C. Casares, O. Pelayo, L.C. Llera.