12 horas menos en tren a Madrid en 75 años

Pablo González
pablo gonzález REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

MARCOS MÍGUEZ

Coruñeses y vigueses tardaban unas 18 horas en viajar a la capital en 1942. En 25 años se redujeron a la mitad

05 ago 2017 . Actualizado a las 21:56 h.

La frustración por los retrasos en el nuevo acceso ferroviario no debería ocultar el progreso en los tiempos de viaje que se ha producido en toda España, en menor medida en Galicia, con la apuesta por la alta velocidad. Incluso en aquellos territorios que no se han beneficiado de un trazado completo de altas prestaciones -es el caso de la comunidad gallega, pero también el de todas las comunidades del norte y algunas provincias mediterráneas como Granada o Almería- ha habido avances relevantes en tiempo. La Fundación de Ferrocarriles Españoles, en la que participa el Ministerio de Fomento y empresas públicas como el ADIF o Renfe, acaba de publicar el Atlas de la alta velocidad española, donde se describe el panorama del progreso ferroviario del país a través de, entre otros aspectos, la mejora en los tiempos de viaje. La publicación celebra el 25 aniversario de la llegada del AVE a Sevilla, la primera línea construida en el país con motivo de la Expo de 1992. Y en ella se constata que A Coruña y Vigo recortaron unas doce horas en el viaje a Madrid desde 1942, cuando eran los míticos expresos los que recorrían el tortuoso camino hacia la capital. 

Galicia ha sido la periferia de la periferia en lo que respecta al ferrocarril. Quedaría unida con el resto del país 25 años después que Alicante, la primera ciudad costera que disfrutaría de este medio de transporte, recuerda Xosé Carlos Fernández en su libro El ferrocarril en Galicia. En 1942, antes de que se construyera la línea Ourense-Zamora, los vigueses tardaban 18 horas en llegar a Madrid y los coruñeses, veinte minutos más. Solo Algeciras tenía un registro de tiempo parecido. A partir de 1967, con la apertura diez años antes del actual trazado ferroviario entre Ourense y Zamora a través del Padornelo, el tiempo se redujo casi a la mitad. El rápido dejaba Vigo a nueve horas de Madrid y A Coruña, que seguía con el expreso, estaba una hora y 10 minutos más alejada de la capital. Este fue el principal salto adelante en la historia del ferrocarril gallego, solo comparable al que se producirá a partir del 2020, cuando las principales ciudades gallegas estén a un promedio de tres horas y veinte minutos de Madrid, unas dos horas menos de lo que se tarda en la actualidad si se eligen las frecuencias con mejores registros de tiempo. Hacia la mitad de la década de los ochenta hubo progresos más modestos -ambas ciudades recortaron menos de una hora en el trayecto- y en el 2007, con la puesta en servicio del AVE hasta Valladolid, también se arañaron minutos. 

En los ochenta Algeciras aún seguía a una distancia temporal de 12 horas. Sin embargo es Málaga, otra ciudad andaluza, la población española que ha reducido más la brecha temporal, pasando de 13 horas y 45 minutos en 1942 a tan solo dos horas y veinte minutos a día de hoy.

Desde diciembre del 2011, gracias a la conexión de alta velocidad Ourense-Santiago y al eje atlántico, A Coruña mejora los registros de Vigo en el viaje a la Meseta, pese a que la ciudad olívica siempre aventajó a la urbe herculina entre 1942 y los albores del siglo XXI. 

Velocidad media

Las velocidades medias de los trenes gallegos carecen del impulso de los convoyes de alta velocidad que disfrutan otras comunidades. Desde los años ochenta, A Coruña ha incrementado el promedio de sus trenes pasando de 83 kilómetros por hora a 113, mejorando ligeramente la media de Vigo, que se queda en 105. Las comparaciones con las ciudades que disfrutan de la alta velocidad plena es realmente llamativa. Así, en el recorrido Madrid-Barcelona, donde los trenes pueden alcanzar la mayor velocidad punta del país -310 kilómetros por hora- se alcanza un registro medio de 248 por hora. En 1986 esa velocidad no llegaba a los 95 km/h. Un avance espectacular en poco tiempo.