La mayor presencia policial contiene los excesos de la noche de Sanxenxo

m. gago / v. giraldez SANXENXO / LA VOZ

GALICIA

Dos agentes patrullan por la zona de ocio nocturno
Dos agentes patrullan por la zona de ocio nocturno emilio moldes

Un dispositivo vela por la seguridad y el cumplimiento estricto de las normas cívicas más elementales

30 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

«Las noches de más gente están siendo las más tranquilas». Así se expresa uno de los policías locales del operativo especial que el Concello de Sanxenxo ha organizado este verano para poner coto a los desmanes de los últimos años. Conscientes de que la imagen de descanso y veraneo familiar se puede resquebrajar con rapidez, el alcalde, el popular Telmo Martín, tomó el toro por los cuernos nada más asumir el bastón de mando el pasado mayo. Desde principios de mes ha supervisado personalmente cómo van las cosas. Una prueba del resultado de este empeño por mejorar la calidad del turismo de Sanxenxo, aplaudido por el sector hostelero, se pudo comprobar el pasado viernes.

Despedidas de soltero dando el cante a altas horas de la madrugada por la calle, uso de megáfonos a las cinco de la mañana por el paseo de Silgar, jóvenes que no tienen reparo en hacer sus necesidades al raso -preferentemente cerca de unos baños públicos abiertos las 24 horas-, peleas, botellón y hasta empujones para coger un taxi. Esto es lo que Sanxenxo ni puede ni quiere permitirse. Es a estos comportamientos a los que se está poniendo freno. Aún se dan, pero cada vez menos.

Es de noche. A la entrada de la villa, un control de Tráfico ya advierte que no todo vale. Las patrullas estaban apostadas en todos los accesos a la capital turística de las Rías Baixas.

En el puerto, nada más llegar los visitantes se encuentran con una furgoneta de atestados y tres coches. Están allí únicamente para que nadie entre con alcohol al recinto portuario, donde se ubican la mayoría de los locales de marcha. Los agentes escoltan hasta contenedores para plástico y vidrio a todo aquel que se atreva a entrar con una copa en la mano. 

«Esto no es Magaluf»

Una vez en el área de la movida, tres parejas de fuerzas del orden velan por la seguridad, tanto en la vía pública como en los locales. «No es lo mismo llegar al puerto y ver a los agentes y la furgoneta de atestados a la entrada que no ver nada», precisa un policía. Y se nota. El verano pasado este dispositivo no existía. En los primeros quince días de este julio, se aplicaron a fondo para conseguir que diversión nocturna no esté reñida con el civismo.

Cuantiosas sanciones por orinar en la calle, hacer botellón y otras infracciones En dos semanas se impusieron 32 multas por orinar en la calle, a razón de 90 euros por sanción, 131 por botellón, con un desembolso de 200 euros. ¿Ha valido la pena? «Se han reducido hasta en un 60 % los conflictos», incide otro miembro del operativo. «Esto no es el Magaluf gallego», insisten. La noche de este viernes fue desapacible por la lluvia. Eso sí, convivieron en escasos metros los fanáticos de Bertín Osborne -que abrió su gira por España con un concierto en Sanxenxo- con los amantes de la fiesta. En la noche de la capital turística hay gente de distintas edades y, escuchando los acentos, también de media Europa. Aquí hay sitio para todos, menos para los alborotadores. Habrá que ver si estas medidas son suficientes para agosto.