El alcalde de Sanxenxo toma medidas para vigilar los excesos de la movida nocturna

Marcos Gago Otero
marcos gago SANXENXO / LA VOZ

GALICIA

Ramón Leiro

Telmo Martín no quiere que la localidad se convierta en el reino de las despedidas de soltero

26 jul 2017 . Actualizado a las 16:44 h.

Las noches de Sanxenxo no son barra libre para cualquier desfase. El alcalde, el popular Telmo Martín, con menos de dos meses en el cargo, se ha propuesto poner freno a los excesos de la movida y se ha implicado personalmente en conseguirlo. Una de las primeras cosas que hizo nada más asumir el bastón de mando fue reunirse con la Policía Local y coordinar un dispositivo especial, con un refuerzo importante en el número de agentes y auxiliares. Y él mismo se deja ver todas las noches de los fines de semana supervisando el buen funcionamiento de este dispositivo.

Martín, que agradeció la colaboración de los policías locales y de la Guardia Civil del cuartel local, hace una gira, a veces discreta y otras veces no tanto, por los lugares de marcha de Sanxenxo y Portonovo, acompañado por varios de sus concejales. «Si pedí a la Policía Local que se implique es muy importante que vean que yo también lo hago», sostiene.

El presidente del Consorcio de Empresarios Turísticos de Sanxenxo (CETS), Francisco González, explicaba el lunes que algo se nota de diferencia entre este verano y los últimos julios, aunque habrá que hacer algo más firme para el 2018.

Una unidad de atestados de la Policía Local hace guardia de forma permanente en la plaza de los Barcos, a la entrada del puerto deportivo. Se ha visto al alcalde hablando con los jóvenes que hacen botellón en el espigón de Portonovo, o con los grupos que salen de los locales de madrugada. Se ha reunido con los empresarios de estos establecimientos y les ha recordado que ni la música puede estar tan alta ni se pueden incumplir los horarios. Y, en más de una ocasión, el propio alcalde ha supervisado el desalojo de locales y su cierre. Sanxenxo no va a ser el reino de las despedidas de soltero ni de los botellones. El derecho de divertirse remata donde empieza el de los demás a descansar. 32 multas, a razón de 90 euros cada una por orinar en la calle, y 131 denuncias, con 200 euros de sanción por botellón. Todo en solo 15 días.