Villares: «Unha mágoa non escoitar os alcaldes de En Marea no plenario»

Susana Luaña Louzao
susana luaña SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

xoan a. soler

Niega un enfrentamiento con Beiras y considera «un luxo» discutir con él de política

17 jul 2017 . Actualizado a las 17:25 h.

«Quen quedara contento do resultado do plenario sería un irresponsable», admite Luís Villares sobre la asamblea de En Marea celebrada el sábado y que se cerró con una brecha profunda entre las dos facciones que dividen el partido. Pero el portavoz -que por una parte salió reforzado al obtener la mayoría de los apoyos, pero que por otra soportó una fuerte contestación interna- quiere sacar una lectura positiva de lo ocurrido, y es que «fronte a outros partidos, En Marea é un espazo de debate». Eso sí, entiende que, dada la diversa procedencia de sus miembros, es inevitable que haya diferencias, y por eso Villares insiste, y ese será su leitmotiv a partir de hoy, en que «tamén é un espazo de consensos, non de maiorías; todos somos diferentes e se xogamos a exaltar as diferenzas, os resultados van ser sempre frustrantes».

Pero los críticos no se lo van a poner fácil, porque si el sábado presentaron enmiendas a la totalidad de casi todas las ponencias oficiales, ayer insistían en que el resultado del plenario había sido negativo, en que la dirección actual de En Marea violaba los principios adoptados hace un año en Vigo, en que no se les había dejado defender su ponencia política y en que se hacía necesario recuperar el espíritu original de «unidade popular». Así se expresó, por ejemplo, la dirección de Anova que, en un comunicado, llamó a los actores que hace un año fundaron en Vigo En Marea a «reverter a situación actual e fortalecer e dar azos e continuidade á ferramenta de ruptura que ten que volver a ser En Marea». El partido fundado por Beiras y del que hoy es portavoz Antón Sánchez mostró su preocupación por la escasa participación en el plenario y por la falta de debate: «O resultado dun debate político real concluiría nunha síntese común se non fose tratada unha emenda á totalidade como unha simple emenda máis». Pero no todos los rostros conocidos de Anova estuvieron presentes en la asamblea. El alcalde de Santiago, Martiño Noriega, que fundó el partido junto con Xosé Manuel Beiras, no acudió, y tampoco lo hizo el de A Coruña, Xulio Ferreiro. La presencia del regidor de Ferrol, Jorge Suárez, no llenó esos huecos, y Luís Villares no fue el único que los echó en falta. «Sorprendeume que despois de participar nas campañas previas non estiveran alí. Unha mágoa non escoitalos no plenario para aprender deles», dijo ayer el portavoz sin ocultar una cierta dosis de ironía.

Sin embargo, Villares quiso restarle importancia al hecho de que Beiras se posicionase a favor de las tesis políticas de los críticos en lugar de apoyar el documento oficial. Por una parte, porque el documento político de los críticos fue incluido finalmente al entender que «non eran antitéticos». Por otra, porque la relación personal con Beiras, asegura, sigue intacta: «Isto non vai cambiar nada. É un luxo discutir de política con Beiras e o seguiremos facendo». Otra voz autorizada de En Marea que ayer se pronunció fue la de Yolanda Díaz en una entrevista televisiva. La diputada gallega en el Congreso dijo que lo ocurrido en el plenario obligaba a «parar un pouquiño, pensar o que estamos a facer e empezar de novo» .

Los diputados podrán cobrar 800 euros más, menos Luca Chao por su dedicación parcial

La aprobación de la carta financiera también llegó con polémica. En el último momento se retiró de la propuesta oficial el lucro cesante -una compensación para quien cobraba más fuera de la política- y, a cambio, se decidió aumentar el tope salarial hasta los 3.000 euros, al entender que el salario mínimo, de 707 euros, es insuficiente para llevar una vida digna, de ahí que se fijase como baremo salarial los 1.000 euros, una cantidad a la que Villares cree que se debería aspirar de año en año para evitar «que os traballadores sigan a ser pobres».

O sea, que si los diputados lo desean, podrán subirse el sueldo de los 2.200 euros que ahora se llevan a casa hasta los 3.000, a costa de las aportaciones al partido. Todos menos Luca Chao, dado que una enmienda aceptada estipula que los cargos con dedicación parcial destinen a En Marea el 50 % del salario. De ser así, Chao -que ya cobra la mitad-, se llevaría a casa 700 euros, una cantidad que reconoce «insuficiente» para vivir, por lo que se plantea recuperar la dedicación exclusiva. Dolida por lo ocurrido, cree que fue un ataque personal e incluso puso su cargo a disposición del partido.