El liderazgo de Iglesias se desmorona

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño CRÓNICAS DESDE MADRID

GALICIA

Román Ríos | EFE

La fallida moción de censura y el exceso de tacticismo en torno al referendo debilitan su autoridad en Podemos y sus confluencias

10 jul 2017 . Actualizado a las 09:45 h.

Todavía no ha transcurrido un mes desde la moción de censura presentada por Unidos Podemos contra Mariano Rajoy, pero empiezan a comprobarse ya los catastróficos efectos que ese arriesgado movimiento táctico ha tenido para la formación morada y muy especialmente para su líder, Pablo Iglesias. La apuesta política del secretario general de Podemos fue aprovechar la debilidad de un PSOE descabezado e inmerso en un proceso interno de primarias para consolidarse como el líder de facto de la oposición de izquierda en el Parlamento y reforzar su propia figura política como presidenciable. El efecto, sin embargo, ha sido absolutamente el contario.

Lejos del modelo de moción de censura que Felipe González presentó contra Adolfo Suárez, de la que el líder socialista salió reforzado y catapultado hacia la Moncloa pese a perder la votación, Iglesias no solo fracasó en su intento de aglutinar el voto contra Rajoy en el Congreso, sino que ha reforzado a Pedro Sánchez y su figura se ha debilitado en su propio partido, hasta el punto de que hoy es mucho menos líder de Unidos Podemos de lo que lo era antes de postularse como presidente del Gobierno.

Pilar Canicoba

Los problemas para Iglesias comenzaron antes incluso de que arrancara la sesión en el Parlamento, cuando sus socios de Compromís cuestionaron la oportunidad de esa moción de censura. Pero, un mes después, esos problemas se multiplican, porque la autoridad de Iglesias es ya abiertamente desafiada desde las organizaciones territoriales de su propio partido, desde las confluencias que conforman Unidos Podemos y desde Izquierda Unida, cuyo líder, Alberto Garzón, aprovecha para reclamar protagonismo propio. El ejemplo más claro de ese desafío a la figura de Iglesias y a su guardia pretoriana lo ha dado Podem Catalunya, la rama catalana de Podemos, desoyendo por completo la consigna del líder morado de instar a sus votantes a no participar en el referendo catalán. Al contario, Podem promete trabajar para lograr una «participación masiva» en el referendo ilegal. Y, cuando Iglesias trataba de afianzarse señalando que su postura es secundada por los líderes de En Comú Podem, Ada Colau y Xavier Domènech, ha sido otro teórico socio y amigo del dirigente morado, Xosé Manuel Beiras, el que ha criticado duramente su posición. Frente a las tesis de Iglesias, el dirigente de Anova se plantó el pasado viernes en Cataluña para decir que el referendo independentista se tiene que hacer «pase lo que pase» porque es «una hostia monumental al poder autocrático del Estado». «En Comú Podem no puede tener dudas», clamó Beiras. El cuestionamiento de Iglesias crece también en Galicia a lomos de las luchas intestinas de En Marea, y en el País Vasco.

El exceso de tacticismo en la relación con el PSOE, que se reflejó en la moción de censura, y las dificultades para mantener un discurso diferenciado y unitario en toda España han debilitado su figura hasta el punto de que en este momento Iglesias no solo no es el líder de la izquierda parlamentaria que pretendía llegar a ser, sino que ni siquiera es ya el líder indiscutido del conglomerado que forman Podemos, sus confluencias y sus socios.

Gonzalo Caballero cotiza al alza en la quiniela del PSdeG

A falta de que surjan más candidatos y de que Valentín González Formoso mantenga o no hasta el final su negativa pública a convertirse en el secretario general del  PSdeG, Gonzalo Caballero empieza a ser considerado en el partido como opción para liderar el socialismo gallego y tratar de devolverle una estabilidad que se le resiste en Galicia desde hace ya muchos años. Caballero ha jugado sus cartas con prudencia y habilidad, eludiendo entrar en enfrentamientos estériles con otros aspirantes y manteniendo una interlocución propia con Madrid que le ha permitido estar situado en un momento clave. En Ferraz se apunta a Caballero como un posible candidato, sin fijar escenarios definitivos.

Montoro sigue fuerte tras liquidar al G5 al completo

El poder de Cristóbal Montoro y su influencia sobre Mariano Rajoy está desconcertando incluso a destacados dirigentes del PP. Muchos daban por hecho que el tiempo del ministro de Hacienda tocaba a su fin tras el varapalo del Constitucional a su amnistía fiscal. Pero Montoro no solo resiste, sino que parece cada vez más fuerte. Hay quien se piensa mejor lo de tratar de debilitar a un ministro que va liquidando enemigos en el Ejecutivo. De aquel G5 enfrentado a Montoro y los sorayos que formaban los ministros García-Margallo, Jorge Fernández, Arias Cañete, José Manuel Soria y Ana Pastor ya no queda ninguno, aunque la confianza de Rajoy en la presidenta del Congreso sigue siendo absoluta.

Rajoy da aire a Sánchez para que sea líder de la oposición

Las dos horas de conversación que el pasado jueves mantuvieron Mariano Rajoy y Pedro Sánchez escenifican el retorno del bipartidismo. El socialista está convencido de haber logrado ya su objetivo de consolidarse como jefe de la oposición y líder sin discusión de la izquierda, y se dispone a ejercer como tal. Pero, para llegar a ese aparente triunfo, Sánchez ha contado con la ayuda inestimable del propio Rajoy, que ha abandonado la táctica de situar a Pablo Iglesias como jefe de la oposición y ha vuelto a dar aire al dirigente socialista en un momento especialmente complicado para él. Es obvio que para un presidente del Gobierno es mucho más cómodo tener al líder de la oposición fuera del Congreso.