Los hosteleros temen por las reservas si se radicaliza la huelga de transporte

Juan María Capeáns Garrido
Juan Capeáns SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

XOAN A. SOLER

Comienzan a percibir inquietud entre los turistas y los operadores de excursiones

08 jul 2017 . Actualizado a las 16:35 h.

Las seis primeras jornadas de la huelga del transporte por carretera en Galicia, que se desarrollaron los martes y miércoles de las tres últimas semanas, han servido a los ciudadanos para calibrar el impacto en distintos ámbitos, como el escolar o el de los viajeros generales. Metidos de lleno en el mes de julio, el golpe empieza a temerse en el sector turístico, que nota el runrún de turistas y operadores de viajes de media distancia, que mueven a miles de personas cada verano y que no encuentran empresas de buses que garanticen las salidas.

«Nos vamos a quedar sin los excursionistas de Portugal y de las comunidades autónomas más cercanas», advierte Juan Maril, que preside el gremio de hospedaje vinculado al Camino de Santiago. Su negocio está en Compostela, donde fue testigo directo de la desesperación de los turistas, que «sin información ni servicios mínimos» comprobaron que el autobús del aeropuerto no operaba y que los taxis de la ciudad no eran suficientes para abastecer el tránsito de viajeros. «El daño en los clientes está hecho, porque se van muy molestos», describe Maril, quien advierte que el problema de las excursiones de uno o dos días en autobús es que no se aplazan para más adelante, «es dinero perdido, no vuelve».

La misma inquietud invade al sector hostelero de Sanxenxo, aunque hasta ahora no perciben una incidencia directa todavía, según informa Marcos Gago, de la redacción de La Voz en Pontevedra. El presidente del Consorcio de Empresarios Turísticos de Sanxenxo, Francisco González, explicó que «cualquier situación que pueda generar molestias claro que nos preocupa». González, que también es el presidente del Clúster de Turismo de Galicia, dice no tener constancia de que se hayan comunicado bajas de reservas en los hoteles de las Rías Baixas por esta circunstancia, ya que la gran mayoría de los clientes llegan directamente en coche, aunque les inquieta la repercusión directa e indirecta que pueda dispararse si se activa la huelga indefinida a partir del 13. «La incertidumbre es el peor enemigo del turismo», recuerdan los hospederos del Camino.

Excursiones suspendidas

La incidencia en los polos turísticos es desigual, ya que algunas comarcas como Arousa tienen una dependencia menor del autobús al contar con la alternativa del tren, que no es tal en Ferrol y que simplemente no existe en otras áreas como Barbanza, en las que empieza a haber movimiento vacacional.

De activarse la huelga indefinida, otros destinos como Fisterra o la Costa da Morte pueden despedirse temporalmente de las excursiones que parten normalmente desde Santiago o A Coruña, donde las agencias locales están tratando de ajustar los viajes para el lunes o hacia el final de la semana. La extensión del paro sería demoledora para los cruceristas que optan por contratar alguna excursión por Galicia en la jornada de recalada, aunque los beneficiados en este caso serán los cascos urbanos de Vigo y A Coruña, «donde se quedarían a pasar el día», advierte un agente con intereses turísticos en Compostela. De hecho, durante las jornadas de huelga se suspendieron numerosas excursiones.

Las incidencias, sin poner en jaque pilares económicos como el turismo, sí están provocando molestias y cambios de planes en los tradicionales campamentos de niños del mes de julio, pero sin unas repercusiones graves. Otros tienen que rascarse el bolsillo, como le ocurrió a las decenas de personas que querían acercarse en transporte público al Resurrection Fest en Viveiro, y que tuvieron que arreglarse con taxis.

Desde el sector turístico respetan los motivos de la convocatoria de huelga, pero reclaman «responsabilidade» a todas las partes y, sobre todo, más información. Si los gallegos con acceso a la información más cercana han tenido problemas y se han plantado en las estaciones por despiste en las jornadas de huelga, la presencia de turistas ha sido habitual. Dependiendo de las compañías, la información es más o menos visible en las páginas web, pero a veces es inexistente. En casos como el bus de Lavacolla ya aparecen los servicios mínimos entre el martes y el viernes de la próxima semana.

El frente político

La agitación por el paro del transporte también se va haciendo más intensa en el ruedo político. El viernes, el portavoz parlamentario del PSdeG, Xoaquín Fernández Leiceaga, advirtió del peligro de que el conflicto se «enquiste». El dirigente socialista censuró la actitud del Gobierno gallego, al que ha acusado de provocar un «choque de trens» al enfrentarse directamente tanto con patronal como con sindicatos, y acusó al Ejecutivo de «perseverar no erro» y huir del consenso.

Cada empresa podrá optar a un máximo del 25 % de los contratos

Uno de los temores coincidentes de los empresarios y los trabajadores es la persistencia de las empresas pequeñas y medianas con el nuevo plan. Ese aspecto fue uno de los que quiso blindar la Xunta con la aprobación del acuerdo en el Consello del jueves, que además de los detalles de la subrogación de trabajadores explica cómo son las condiciones para acceder a los contratos. La Administración se reserva la posibilidad de invitar a las firmas pequeñas con prioridad y de limitar el número máximo de estas invitaciones a una misma compañía. En todo caso, el órgano de contratación limitará hasta el 25 % el número total de lotes a los que una firma puede aspirar. Además, también se regula la subcontratación de empresas, que no podrá superar el 30 %.

Nueva reunión el martes en una jornada de huelga y de debate parlamentario

Las personas implicadas en la negociación del conflicto empiezan a ofrecer síntomas de cansancio físico y mental por los densos contenidos de las reuniones. En el caso de los sindicatos es más acusado, ya que los representantes de las centrales mantienen abiertas desde el jueves las dos líneas de diálogo con la Xunta y los empresarios, a lo que suman las asambleas internas y la labor informativa. Quizás por ello, la cita entre el equipo de la conselleira Ethel Vázquez y los trabajadores duró apenas dos horas y media.

Con más sosiego que en jornadas anteriores, se analizaron detalles en los contratos, que es lo que quieren palpar ahora los sindicalistas. Quieren ver la aplicación directa de los proyectos, una cuestión que no es nada sencilla por la amplia documentación que hay que manejar, lo que obliga a ir analizando punto a punto. Con todo, el convencimiento de que el conflicto se extenderá al menos hasta el miércoles es generalizado, porque el fin de semana parece destinado a recuperar fuerzas y la movilización ha sido muy potente como para dar un paso atrás «en falso», según apuntan fuentes sindicales.

Encuentro suspendido

Los trabajadores iban a repetir el viernes doblete, pero el encuentro vespertino con la patronal se suspendió finalmente porque algunos de los portavoces no podían asistir. El problema es que, lejos de apurar el calendario, han quedado para el martes por la tarde, que volverá a ser una jornada con varios puntos calientes. La huelga para esa jornada está servida, y a la tensión de los últimos días se sumará un debate político que se presume bronco y que no deja de suponer un nuevo frente para el equipo de Ethel Vázquez, que mientras responde en el Parlamento sobre este asunto no avanza en las negociaciones. Sus interlocutores estarán en la rúa do Hórreo en una concentración convocada por UGT, CIG y CC. OO.

Las tres centrales, que se han dado por satisfechas con las cláusulas sociales logradas, también miran ahora hacia la patronal, a la que le piden una respuesta sobre los convenios colectivos y la subida salarial. De alguna forma, los empresarios, muy enfadados con la Xunta, tienen ahora la llave del conflicto.